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José Jiménez Sevilla, Frakson (1891-1981) fue uno
de los más grandes magos de la historia. Lo
primero que destacaba en la magia de este
madrileño, al margen de su refinada técnica, era
el amor que transmitía, como mostraba su inmensa
sonrisa. Consideraba muy importante la relación
con el público, hasta el punto de que antes de
salir al escenario se repetía la frase "les quiero
y lo hago por ellos". Pero esta relación de amor
no era sólo para con el público sino también para
con la magia y el material que utilizaba. Cuidaba
cada detalle, hablaba con los objetos y los
mimaba, personificándolos y consiguiendo crear una
especial atmósfera mágica.
Se contaba entre los mejores manipuladores del
mundo y actuó en los lugares más emblemáticos de
su época. Sin embargo, no necesitaba de grandes
medios para impresionar con sus efectos, y al
verle actuar no se percibían técnicas o habilidad,
simplemente magia. Destacó enormemente por su
manipulación de cigarrillos, superando a su
maestro en este arte, Florences. Además de
conseguir llevar a los más alto lo aprendido de
éste, también cedió algunos de sus juegos, como la
famosísima producción inagotable de sal, que Fred
Kaps inmortalizó tras haber aprendido de él. Es
destacable su gran humanidad, que le llevó a
declinar un premio mundial en favor de otro mago,
por pensar que sería más útil para éste.
A parte de su genial manipulación de cigarrillos,
realizaba con maestría, y siempre poniendo su
sobresaliente toque personal, juegos como: "las
cartas gigantes ascendentes" (algo que no se había
realizado nunca con anterioridad), "el periódico
roto y recompuesto", "los pañuelos que se anundan
y desanudan", "manipulación de cartas, las famosas
cartas a la boca y abanicos a una mano", "la
lluvia de plata", "de uno a veinte billetes", "la
increíble desaparición y reaparición de una gran
jaula" o "la enorme radio que desaparece".
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