Revolución rusa
causas y consecuencias

 

Manifestación de trabajadores el primer día de la Revolución Rusa
Febrero de 1917



 

Nicolás II, de la dinastía Romanov, el último zar. Se lo consideraba según Tolstoi, hombre con extraordinaria severidad, como un débil mental que intentaba parar la historia. Para otros era un hombre bien intencionado, en cualquier caso carecía de educación política.

Nicolás II


Familia Imperial rusa. De izquierda a derecha:
Olga, María, Nicolás, Alejandra, Anastasia, Alexei y Tatiana

El proceso revolucionario que se inicia en el Imperio zarista en 1905 y culmina en octubre de 1917 constituye uno de lo fenómenos más importantes del siglo XX. La transformación fue grandiosa. Un Imperio mastodóntico, gobernado por un autócrata, se transformó en república federal socialista; una sociedad de campesinos empobrecidos se elevó a la condición de gran potencia industrial.

Al representar la primera experiencia de revolución social se convirtió en el modelo de todos los revolucionarios de la centuria: China, Cuba, bastantes países europeos y africanos intentarían reproducir los pasos de los soviets rusos. Miles de libros y varias generaciones de historiadores, politólogos, economistas, sociólogos, ensayistas se han ocupado del gran acontecimiento.

¿Fue el cambio un accidente, un golpe de fortuna para unos revolucionarios profesionales que aprovecharon las circunstancias propicias de la Primera Guerra Mundial?

¿Se trató de un proceso meticulosamente preparado?

¿O simplemente debe ser considerado el resultado fatal de los errores del zarismo, un sistema político que permanecía de espaldas a los cambios del mundo?

El proceso derivó en una dictadura, en el momento en que Stalin, a la muerte de Lenin, se convirtió en el conductor supremo de la Revolución.

¿Se trató de una desviación del proceso? Así se había interpretado, y en abono de esta hipótesis se recogían advertencias de Lenin acerca de las tendencias autocráticas de Stalin. Pero no es un tema definitivamente resuelto. Documentación publicada recientemente, después de la apertura de los archivos soviéticos, muestra que un similar designio dictatorial albergaba Lenin, aunque la enfermedad no le permitiera materializarlo.

El Domingo sangriento y la Revolución de 1905

El fracasado levantamiento que siguió a la guerra ruso-japonesa de 1905, constituyó un pavoroso preludio de la Revolución de Octubre de 1917. Se inició el domingo 9 de enero, cuando unos 200.000 trabajadores rusos acudieron en manifestación ante el Palacio de Invierno del zar, en San Petersburgo. Iban dirigidos por el sacerdote Georgi Gapon y demandaban la formación de una asamblea constituyente, la reducción de la jornada laboral a 8 horas y un salario mínimo diario de un rublo para todos los trabajadores. Los manifestantes estaban desarmados y marchaban ordenadamente, cantando, portando iconos y entonando el himno «Dios salve al zar». Pero un aluvión de huelgas había enrarecido el ambiente de la ciudad, por lo que falanges de soldados y policías ordenaron dispersarse a la multitud. Cuando los trabajadores se negaron, las tropas abrieron fuego, matando posiblemente a 500 manifestantes e hiriendo a varios centenares más.

Lo sucedido, que pasó a conocerse como el domingo sangriento, indignó a Rusia. Millones de trabajadores se declararon en huelga y en muchas ciudades brotaron consejos locales del pueblo (soviets). La reacción del zar fue astuta y despiadada. Primero buscó el apoyo popular de los soviets con las concesiones liberales de su Manifiesto de Octubre; luego arrestó en masa al Soviet de San Petersburgo y aplastó un levantamiento armado en Moscú. La revolución de 1905 fue aniquilada, pero de sus heridas sin sanar surgiría otra revolución más sangrienta 12 años después.

El fracaso de la revolución de 1905 acentuó las diferencias existentes desde 1903 entre los bolcheviques de Lenin y los mencheviques. Los bolcheviques constituían mayoría, y Lenin consiguió imponer dentro del partido su idea de impulsar las luchas de liberación nacional, convirtiendo en guerra revolucionaria la guerra imperialista, en contra de las tesis de la socialdemocracia europea que prefería pactar y participar en los gobiernos estatuidos.

Idea General de la Situación Antes de la Revolución:

·         En el siglo XIX Europa Oriental (Turquía, Rusia, Austria) tenía un economía netamente agraria con una relación laboral de tipo feudal.

·         No había industrias, por lo tanto la burguesía industrial casi no existía.

·         Los grandes terratenientes dueños de extensas zonas de tierras fértiles explotaban a los campesinos.

·         Políticamente Rusia era un imperio conducido por un zar, dueño de un poder absoluto, con decisiones únicas sin cuestionamientos.

·         Los campesinos que conformaban un 85% de la población vivían en condiciones de extrema pobreza, al intenso frío se sumaba el hambre y las pestes debido a su debilidad.

·         Los campesinos comenzaron a organizarse para tratar de rebelarse contra este sistema injusto y opresor. El gobierno ruso percibía esta inconformidad popular y decidió iniciar una serie de reformas: a) Social: abolió la servidumbre y b) Económico: permitió la entrada de capitales extranjeros para la instalación de industrias, que en realidad fueron muy pocos.(ver: Abolición de la Servidumbre en Rusia)

·         A pesar de estas medidas las gente no mejoró su estándar de vida y siguió pasando por las mismas penurias.

·         Los campesinos también recibieron el apoyo de una gran masa de estudiantes y a partir de 1880 comenzaron a fortalecerse para luchar contra el poder del zar Nicolás.

·         Dentro de la oposición había dos opiniones enfrentadas:

a) los que deseaban un país capitalista como el resto de Europa occidental, con tendencias liberales.

b) una gran mayoría con una política de tipo socialista.(los campesinos, obreros y soldados)

·         En 1905 Rusia pierde la guerra con Japón, y el país se encuentra en una situación de debilidad política, por lo tanto la oposición aprovecha para crear una revuelta en San Petersburgo, denunciando la incompetencia del monarca.

·         Como medida de reacción el zar reprime a los manifestantes y dispara en las puertas del Palacio de Gobierno, matando a más de cien hombres y mujeres. También se rebelan los marineros del acorazado Potemki. De igual manera el zar acepta las quejas y acepta la creación de una especia de parlamento, llamado Duna que debía trabajar en combinación con el zar, pero cuando éste fue presionado automáticamente la disolvió.

·         De esta manera las primeras reformas liberales fracasaron, pues el zar, ni los nobles estaban dispuestos a ceder sus derechos y privilegios.

·         Además Rusia había entrado en la primer Guerra Mundial y su economía estaba estancada debido a los costos de la guerra y a que los hombres debieron dejar sus tierras para alistarse como soldados.

·         No había comida, combustible, materia prima, etc.

Lenin, fue el artífice de la revolución. Adaptó la tesis de Marx a la realidad rusa, y organizó las bases del estado mayor. En abril de 1917, Vladimir Ilyich Ulyanov, más conocido por su nombre revolucionario, Lenin, llegó a Rusia de incógnito en un furgón desde Finlandia. (Los alemanes le habían facilitado su paso por Europa porque estaban interesados en aumentar el malestar interno en Rusia.) El líder bolchevique llevaba tres demandas: «¡El final de la guerra! ¡Toda la tierra para los campesinos! ¡Todo el poder para los soviets!». El zar había abandonado el trono, víctima de su propio mal juicio. La nave del Estado se inclinaba de modo peligroso bajo el liderazgo de Aleksandr Kerensky, antiguo revolucionario, y su gobierno provisional se tambaleaba. Lenin, cuyas esperanzas de revolución habían ido disminuyendo durante la interminable guerra mundial, consideró que era el momento de tomar el poder.

Las décadas de incompetencia zarista ya habían hecho estragos en Rusia; la Primera Guerra Mundial la destrozó completamente. En 1917, la escasez de comida y la inflación de la época de guerra devoraba los ingresos de los trabajadores de la ciudad (200.000 de ellos salieron a las calles de Petrogrado en febrero para protestar). Una milicia hambrienta y helada ofrecía una resistencia dudosa. Cuando las huelgas y los disturbios llenaron la ciudad, Nicolás abdicó y finalizó así la dinastía Romanov de tres siglos de antigüedad.

Contexto Económico-Social De Esa Época:

  • El zar con todo el poder político

  • Una elite de terratenientes con todas sus tierras que explotaban a los campesinos.

  • Un burguesía industrial sumamente débil.

  • Pocos obreros y no agremiados.

  • Algunos campesinos ricos, con algo de tierras, los kulaks.

  • Muchos soldados muy descontentos y sin trabajo.

Los más perjudicados eran:

  • Los campesinos explotados

  • Los soldados sin trabajo

  • Los obreros con sueldos de miseria.

Los tres grupos se organizaron formando soviets, los soviets de soldados, los de campesinos y los de obreros, y se organizaron en toda la nación para crear lo que fue la primera revolución socialista del mundo, en 1917.

Luego de la revolución el zar abdicó y nuevamente las ideas liberales tomaron fuerza, se creo el gobierno de la  Duma, formada por demócratas, socialistas, revolucionarios, y trataron de implementar medidas políticas como la división de poderes, la soberanía popular, libertad religiosa y de prensa, etc., pero no se logró ejercer el poder de manera efectiva, además el parlamento decidió continuar la guerra mundial, medida que le generó un hondo y popular rechazo.

Ahora los soviets, dirigidos por Lenin, que estaba exiliado, forman el partido bolcheviques y inculcándoles la idea de que “todo el poder es para los soviets” ó “pan, tierras y trabajo” se rebelan tomando el Palacio de Invierno, asumiendo a partir de este momento todo el poder, y se formó el Consejo de Comisarios del Pueblo, dirigidos por Lenin y comenzaron a dar respuesta a la gente que tan miserablemente vivía.

  • Por decreto se puso en manos de campesinos la tierra de los terratenientes.

  • Los dueños de las fábricas mantuvieron su propiedad pero la producción fue manejada y controlado por los obreros.

  • Se negoció la guerra y se puso fin a las acciones bélicas, perdiendo gran parte de territorio ruso frente a Alemania, que al finalizar la guerra debió devolver estas zonas.

  • El nuevo gobierno estaría formado por obreros y campesinos.

  • A partir de este momento se comenzaría a formar el estado socialista.

Para este camino había dos vías una establecer usa serie de medidas duras que produzcan los cambios necesarios para llegar al régimen socialista o bien aplicar medidas mas moderadas pero con el tiempo llegarían a la construcción definitiva de las ideas marxistas. Lenin era partidario de esta última opción y ese fue el camino seguido.

Se nacionalizaron los bancos, el transporte como los ferrocarriles y barcos, y las grandes empresas. También se repudió la deuda externa nacional. Inicialmente convivían dos sistemas uno que permitía la propiedad privada de algunos bienes y otra que los nacionalizaba.

Diez días que estremecieron al mundo

El periodista norteamericano John Reed fue testigo de la revolución. Así describió el primer discurso de Lenin luego del triunfo: “Eran exactamente las 8.40 del 26 de octubre cuando una atronadora ola de aplausos anunció la entrada de Lenin.[…] Estaba de pie, agarrado a los bordes de la tribuna, recorriendo con los ojos entornados la masa de los delegados y esperaba, sin reparar en la creciente ovación que duró varios minutos. Cuando ésta cesó, dijo breve y simplemente: ‘Ha llegado el momento de emprender la construcción del socialismo’. Nuevo estallido atronador de la tempestad humana, lo primero que debemos hacer es adoptar medidas prácticas para realizar la paz. Debemos ofrecer la paz a los pueblos de todos los países beligerantes en las condiciones soviéticas, sin anexiones, sin contribuciones. […] La Revolución de Octubre inicia la era de la Revolución Socialista. El movimiento obrero, en nombre de la paz y el socialismo alcanzará la victoria y cumplirá su misión.'[…] Un impulso inesperado y espontáneo nos levantó a todos y nuestra unanimidad se tradujo en los acordes armoniosos y emocionantes de La Internacional. Un soldado viejo y canoso lloraba como un niño. El potente himno inundó la sala, atravesó ventanas y puertas y voló al cielo sereno.”

 

Los 10 Días Que Estremecieron Al Mundo

Esta revolución socialista, asombró y asustó al mundo occidental, de orientación capitalista por lo que diversos países como Inglaterra y Francia, apoyaron al ejército blanco, comandado por generales zaristas, para que se rebelen contra el nuevo régimen, evitando de esta manera que el socialismo se expanda hacia el occidente poniendo en peligro al capitalismo.

El ejército blanco estaba apoyado por la burguesía industrial y los terratenientes, que fueron los perjudicados de este sistema, por otro lado Trosky segundo de Lenin organizó el ejército rojo apoyado por el resto del país y logró conformar un ejército de mas de 3.000.000 de soldados en poco tiempo y le dio la victoria definitiva a los bolcheviques. Murieron 7.000.000 de ciudadanos en esta guerra civil que duró 3 años. Se impuso el régimen de Partido Único, el bolchevique, que comenzó a llamarse comunista, y la prohibió la disidencia interna en el partido.

El gobierno ruso nacionalizó todas las empresas con el correr del tiempo y obligó a los campesino a entregar el excedente de su producción agrícola, es decir, se confiscaban los granos, de esta manera lograba asegurar el pan a toda la población rusa durante la guerra civil. La producción cayó notablemente ya que los campesinos se negaron a producir de más, sólo se dedicaron a producir lo que consumían. A estas medidas se las conocen como Comunismo de Guerra.

Terminada la guerra civil como el país se encontraba en una difícil situación económica y parecía que se volvería a repetir la historia zarista, Lenin aplica unas leyes conocidas como en Nueva Política Económica (NEP) y trata de recomponer la economía.

Para ello:

  • Suspende la confiscación de granos.

  • Permite la venta de los excedentes de producción.

  • Cobra un nuevo impuesto en relación de la riqueza de cada campesino

  • Permite que cualquier ciudadano instale una pequeña empresa, ya que las grandes siguen en manos del estado.

En pocos años la economía se recupera y algunos campesinos como los kulaks dueños de tierras extensas se enriquecen. Algunos conductores del socialismo no aceptan estas diferencias y dicen que estas medidas del NEP eran de tipo capitalista y atrasan la construcción del socialismo, uno de ellos es Trosky.

En 1922 Lenin tiene un ataque de apoplejía lo que lo obliga a abandonar el poder, y comienza una interna entre algunos conductores para reemplazarlo, se crea un triunvirato formado por Stalin Kamanev y Zinovied, y Trosky es exiliado en México, asesinado mas tarde por orden de Stalin. (Lenin escribió en su testamento sobre Stalin, y aduce que este hombre no es muy confiable como continuador del régimen comunista, debido a su carácter intolerante, cruel y violento, y creía necesario que sea sustituido por alguien mas leal, afable y atento)

Stalin cambia el rumbo de la economía

Como el precio del grano bajó los campesinos especularon y retuvieron los granos, generando una situación de desabastecimiento nacional. Stalin no de acuerdo con esto abandona el NEP y cambia el rumbo de la economía.

 

 
 
 

Expropió las tierras a los kulaks, los cuales eran considerados enemigos del socialismo y fueron exterminados , por otra parte, organizó a los campesinos en granjas. Para acelerar este proceso de colectivización les prometió tecnología agropecuaria y en solo 6 años todas las tierras se colectivizan. Por otro lado se planifica minuciosamente el desarrollo industrial y se propone triplicar la producción de maquinas pesadas, quintuplicar la energía eléctrica y aumentar considerablemente la superficie cultivada. Sabía que esta es la única manera de hacer funcionar el socialismo.

Como instrumento de fuerza para controlar y dominar al pueblo, Stalin se apoyó en su Ejercito Rojo e instaló los gulasg, especies de campos de concentración donde eran encarcelados y condenados a trabajos de fuerzas a todos aquellos opositores.

Todas estas medidas, se estipularon en el plan quinquenal, que tuvo un éxito único, pero que costó el sacrificio y vida de millones de rusos. Todos los disidentes fueron perseguidos, encerrados o asesinados, cerca de 3.000.000 de habitantes. No había familia numerosa que tenga al menos un hijo muerto o encarcelado por el sistema político.

Stalin gobernó desde 1927 hasta 1953, y consolidó un régimen sumamente duro y autoritario, no toleró ningún tipo de oposición hacia el oficialismo. En 1933 comienza una serie de purgas contra todo sospechoso de oposición, acusándolos de antisovieticos, elimina así  a millones de ciudadanos rusos, incluyendo en ellos a revolucionarios de 1917, como sus compañeros del triunvirato, Kamamev y Zinoviev. Stalin deseaba consolidar el comunismo en Rusia, y mas tarde extenderlo al resto del mundo, conocido esto como Socialismo en un solo país. Para otros era necesario cuanto antes traspasar las fronteras con estas ideas socialistas.

Stalin obligó un culto nacional a su imagen. Con esta política de miedo popular Stalin pudo concentrar todo el poder político de Rusia, que acompañado de otros dirigentes, se adueñaron de todos los organismos e instituciones del control estatal, y además  ocuparon  importantes cargos  que les permitió enriquecerse y se fueron separando del resto de la población.

La consolidación de este régimen estalinista hizo que aquellos revolucionarios de 1917 con tendencias liberales y democráticas abandonen definitivamente su lucha en pos de lograr imponer políticamente sus propósitos.

La Destalinización

La desestalinización empezó apenas éste murió. Primero se anunció que no existió una conjura de sus médicos. En junio 1953 fue arrestado Beria, jefe de la KGB, el servicio secreto ruso, que era temido de todos. Beria fue ejecutado. El que usó con mas éxito la desestanilización fue Nikita Khrushchev, nuevo secretario del partido. En 1956 denunció en un discurso las aberraciones de Stalin y liberó a millones de prisioneros de los campos de trabajos forzados.

La oligarquía del partido que hizo dimitir a Krushchev puso en su lugar a Leonidad Brehnev. Este, que entró con toda suavidad, logró eliminar de sus puestos a sus opositores e iniciar un mini culto personal hacia mitades de los años 1970.

El comienzo de la distensión: Los fines de Breznev eran obtener una regularización de las relaciones con occidente y obtener así los beneficios del comercio mundial pero sin relajar la sociedad comunista hasta un punto tal de perder el control social o económico. La Unión Soviética preocupó a occidente por sus movimientos en el tercer mundo pero el resultado que hoy vemos de ello es una marginalización del comunismo en las estructuras políticas y económicas globales. Después que Breznev murió, en 1982, tuvo dos sucesores que duraron un año cada uno y luego vino en primavera 1985 un hombre joven con un programa de grandes cambios.

La perestroika de Mijaíl Gorbachov

La idea de la reestructuración de Gorbachov era mantener una doctrina comunista con una estructura económica similar al capitalismo. Ciertos partidos socialistas de Europa ya habían dado ejemplos al respecto. Con su Glasnost (clarividencia) además buscaba hacer un país lógico de una retórico.

La tarea necesitaba mucha valentía, porque se adentraba en situaciones políticas y económicas de menor estabilidad que él y Rusia supieron sobrellevar. Las reformas de Gorbachov fueron resistidas por el partido comunista que trató de tomar el poder (agosto 1991) pero no pudieron destituir a Boris Yeltsin y el gobierno federativo Ruso. El partido fue declarado fuera de la ley.

En diciembre, los líderes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia declararon que una Unión de Estados Independientes reemplazarían la URSS. Gorbachov dimitió hacia fines de año. Ahí terminaron los 74 años de la URSS. Pero Rusia y sus aliados siguen en la confederación y Boris Yeltsin renunció como presidente en diciembre de 1999. Sin él las transformaciones hacia el capitalismo no hubiesen seguido en Rusia.

Hacia fines de marzo 2000, Vladimir Putin, que había sido primer ministro de Yeltsin, fue elegido presidente con mayoría de votos contra el candidato del partido comunista. Putin, en una alocución prometió luchar contra la corrupción con la ayuda de sus ex camaradas de la antigua KGB.

Cronología

1917 – febrero

Manifestación por conmemoración del día de la mujer obrera

1917 – febrero – julio

Modelo burgués de revolución con asamblea constitucional

1917 – abril

Lenin llega a Rusia desde Alemania

1917 – julio

Gobierno de Kerensky

1917- julio – octubre

Levantamientos de bolcheviques y zaristas

1917 – octubre

Revolución bolchevique, congreso de los soviets. Toma del palacio de invierno

1917 – diciembre

Firma de la paz de Brest Litovsk. Rusia pierde Ucrania, Estonia, Letonia, Lituania

1918 – 1921

Guerra civil

1919

Creación de la III internacional Komintern

1918 – 1919

Intento revolucionario

1919 – 1923

Primeros congresos de la Internacional comunista. Su auge.

1929

Crisis económica mundial

1939

2º guerra mundial

1943

Stalin decreta la abolición de la Komintern

1944

Stalin decreta la disolución del partido comunista de EE.UU.

1945

Alianza de la URSS y EE.UU. Fin de la guerra

 Fuente: Historia y Biografías


 

Vladímir Ilich Uliánov; Lenin

 
   

Fue un político, revolucionario, teórico político y comunista ruso. Líder del sector bolchevique del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, se convirtió en el principal dirigente de la Revolución de Octubre de 1917. En 1917 fue nombrado presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo (Sovnarkom), convirtiéndose en el primer y máximo dirigente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1922. Políticamente marxista, sus contribuciones al pensamiento marxista reciben el nombre de leninismo.

Militó desde su juventud en la izquierda política revolucionaria. Durante sus estudios universitarios fue arrestado y exiliado durante tres años en Siberia. Luego huyó a varios países de Europa occidental, y llegó a convertirse en un destacado teórico del partido. En 1903 tuvo un papel clave en el cisma vivido por el POSDR, erigiéndose en líder de la facción bolchevique, en contraposición a la facción menchevique liderada por Yuli Mártov. Regresó a Rusia durante un breve periodo de tiempo con motivo de la Revolución de 1905. En 1914, con el estallido de la Primera Guerra Mundial, empezó a hacer campaña para transformar la guerra en Europa en una revolución de todo el proletariado.

Lenin delante del teatro Bolshói, arengando a las tropas dispuestas para partir al frente polaco, 5 de mayo de 1920. Su Gobierno tuvo que enfrentarse a una variada serie de enemigos de manera casi ininterrumpida desde 1918 hasta 1920. A la derecha de la imagen puede verse a Leon Trotski.

Fue el principal dirigente bolchevique de la Revolución de Octubre de 1917. Ya en el poder, Lenin procedió a aplicar distintas reformas que incluían la transferencia al Estado o a los trabajadores soviéticos del control de propiedades y tierras en manos de la aristocracia, la antigua corona o terratenientes. Frente a la amenaza de una invasión por parte del Imperio alemán, firmó un tratado de paz que llevó a la salida de Rusia de la Primera Guerra Mundial. En 1921, el gobierno de Lenin instauró la Nueva Política Económica, que combinaba elementos socialistas y capitalistas y que inició el proceso de industrialización y recuperación del país tras la guerra civil rusa, un duro conflicto que incluyó la participación de diez naciones extranjeras contra el nuevo Estado soviético.

Después de su muerte, el leninismo dio lugar a diversas escuelas de pensamiento, entre las que se pueden citar el marxismo-leninismo y el trotskismo, de y Trotski respectivamente, que lucharon por el poder en la URSS, ambos declarándose seguidores más fieles de Marx y Lenin que el otro. El comunismo se convirtió en una ideología que contó durante el siglo XX con cientos de millones de seguidores a nivel mundial y cuyos planteamientos fueron puestos en práctica por numerosos países, compitiendo por la supremacía global con el sistema capitalista. Lenin continúa siendo una figura altamente controvertida. Sus detractores lo etiquetan como un dictador cuyo gobierno fue responsable de múltiples violaciones de los derechos humanos, mientras que sus seguidores lo describen como una de las personas que más ha hecho por la obtención de mejores condiciones laborales y de vida para la clase obrera. Lenin tuvo una influencia muy significativa dentro del movimiento comunista internacional y es considerado una de las figuras más destacadas e influyentes, a la vez que controvertidas, del siglo XX.

 

 

Lev Trotski

Lev Davídovich Bronstein, más conocido como León Trotski, fue un político y revolucionario ruso de origen judío.

 
   

Aunque inicialmente simpatizó con los mencheviques y tuvo disputas ideológicas y personales con el líder bolchevique, Vladímir Lenin, Trotski fue uno de los organizadores clave de la Revolución de Octubre, que permitió a los  tomar el poder en noviembre de 1917 en Rusia. Durante la guerra civil subsiguiente, desempeñó el cargo de comisario de asuntos militares.

Negoció la retirada de Rusia de la Primera Guerra Mundial mediante la Paz de Brest-Litovsk. Tuvo a su cargo la creación del Ejército Rojo que consolidaría definitivamente los logros revolucionarios venciendo a catorce ejércitos extranjeros y a los ejércitos blancos contrarrevolucionarios durante la guerra civil rusa; fue condecorado con la Orden de la Bandera Roja.

Llegada a Petrogrado en mayo de 1917. Cada vez más cercano al partido bolchevique, ingresó en él formalmente durante el verano

Posteriormente, se enfrentó política e ideológicamente a Iósif Stalin, liderando la oposición de izquierda, lo que le causó el exilio y posterior asesinato. Tras su exilio de la Unión Soviética, fue el líder de un movimiento internacional de izquierda revolucionaria identificado con el nombre de trotskismo y caracterizado por la idea de la «revolución permanente».

En 1938 fundó la Cuarta Internacional.

Murió asesinado en México por Ramón Mercader, un agente español de la NKVD soviética.

 

 

Iósif Stalin

Fue un dictador soviético, presidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética entre 1941 y 1953.

Estuvo entre los bolcheviques revolucionarios que impulsaron la Revolución de Octubre en Rusia en 1917 y más tarde ocupó la posición de secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética desde 1922 hasta que el cargo fue formalmente suprimido en 1952, poco antes de su muerte. Mientras que el cargo de secretario general era oficialmente electivo y no se lo consideraba como la máxima posición dentro del Estado soviético, Stalin logró utilizarlo para acaparar cada vez más poder en sus manos tras la muerte de Lenin en 1924 y para sofocar gradualmente a todos los grupos opositores dentro del Partido Comunista. Esto incluyó a León Trotski, un teórico socialista y el principal crítico de Stalin entre los primeros líderes soviéticos, que fue desterrado de la Unión Soviética en 1929. En tanto que Trotski fue un exponente de la revolución mundial, fue el concepto de Stalin de socialismo en un solo país el que se convirtió en principal enfoque de la política soviética.

Antes de la revolución de 1917, Stalin desempeñó un papel activo en la lucha contra el gobierno zarista. Aquí se lo muestra en una ficha de la policía de Petrogrado

En 1928, Stalin reemplazó la Nueva Política Económica de la década de 1920 por una economía planificada muy centralizada y por planes quinquenales que iniciaron un período de rápida industrialización y de colectivización económica en el campo. Como resultado, la Unión pasó de ser una sociedad mayoritariamente agraria a una gran potencia industrial, siendo ésta la base de su aparición como segunda mayor economía del mundo después de la Segunda Guerra Mundial. Como resultado de los rápidos cambios económicos, sociales y políticos de la época estalinista, millones de personas fueron enviadas a campos de trabajo como castigo, y millones fueron deportadas y exiliadas a zonas remotas de la Unión Soviética. La agitación inicial en el sector agrícola interrumpió la producción de alimentos en la década de 1930 y contribuyó a la catastrófica hambruna soviética de 1932-1933. En 1937, una campaña contra supuestos enemigos de su gobierno culminó en la Gran Purga, un período de represión masiva en el que cientos de miles de personas fueron ejecutadas, e incluso fueron condenados líderes del Ejército Rojo acusados de participar en complots para derrocar el gobierno soviético.

En agosto de 1939, tras el fracaso para establecer una alianza anglo-franco-soviética, la URSS de Stalin firmó un pacto de no agresión con la Alemania nazi que dividió sus esferas de influencia en Europa oriental. Este pacto permitió que la Unión Soviética recuperase algunos de los antiguos territorios del Imperio ruso con la invasión soviética de Polonia de 1939, la Guerra de Invierno en Finlandia, y la ocupación de las Repúblicas bálticas, de Besarabia y de Bucovina del Norte durante la Segunda Guerra Mundial. Pero después de que Alemania violara el pacto al invadir la Unión Soviética con la Operación Barbarroja en 1941, se abrió un Frente Oriental y la Unión Soviética se unió a los Aliados. A pesar de grandes pérdidas humanas y territoriales en el período inicial de la guerra, la Unión Soviética logró detener el avance del Eje en la batalla de Moscú y la batalla de Stalingrado. Finalmente, el Ejército Rojo avanzó a través de Europa en 1944-45 y capturó la capital del Tercer Reich tras la batalla de Berlín en mayo de 1945. Habiendo jugado el papel decisivo en la victoria aliada, la URSS surgió como una superpotencia reconocida después de la guerra.

Los tres líderes aliados: Stalin, Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill reunidos en la Conferencia de Teherán

Stalin encabezó las delegaciones soviéticas en las conferencias de Yalta y Potsdam, en las que se trazó el mapa de la Europa de posguerra. En los Estados satélites del Bloque del Este se instalaron gobiernos de izquierda leales a la Unión Soviética. En esa época la URSS había entrado en una lucha por el dominio global, conocida como la Guerra Fría, con los Estados Unidos. En Asia, estableció buenas relaciones con Mao Zedong en China y Kim Il-sung en Corea del Norte y de diversas maneras, la Unión Soviética de la era estalinista sirvió como modelo para la recién formada República Popular de China y República Popular Democrática de Corea. 

Al mantenerse en el poder hasta su muerte en 1953, Stalin dirigió la URSS durante el período de reconstrucción de la posguerra, marcado por el predominio de la arquitectura estalinista. El desarrollo exitoso del programa nuclear soviético permitió que el país se convirtiese en la segunda potencia mundial en armas nucleares. También se inició el programa espacial soviético. En sus últimos años, Stalin lanzó los denominados Grandes Proyectos de Construcción del Comunismo y el Gran Plan para la Transformación de la Naturaleza.

Tras su muerte, Stalin y su régimen han sido condenados en numerosas ocasiones. La más significativa de estas condenas se dio durante el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética en 1956, cuando su sucesor, Nikita Jrushchov, denunció su legado en una famosa intervención con la que se inició un proceso de desestalinización de la URSS. Las visiones modernas de Stalin en la Federación de Rusia siguen siendo mixtas, con algunas personas viéndolo como un tirano y otras como un líder capaz. Fue nominado al Premio Nobel de la Paz de 1945 y 1948.

 

 

Los Soviets en la Revolución Rusa

Sería imposible comprender la revolución rusa sin tener en cuenta el fundamental papel de los soviets, una de las más grandes aportaciones que hizo a la historia revolucionaria. Con los Soviets nacían las nuevas instituciones de democracia obrera, a través de las cuales las masas podían aspirar a ver realizados sus anhelos revolucionarios, y serían también el embrión del estado socialista soviético, las bases sobre las que se apoyarían los bolcheviques en la insurrección de Octubre y la posterior guerra civil.

Y sin embargo, por fundamental que fuera su papel, los soviets no serían una creación de lo más avanzado del proletariado, de la vanguardia constituida en el Partido Obrero Socialdemócrata bolchevique Ruso (el POSD(b)R, también conocidos como bolcheviques), ni de algunos de los líderes más brillantes de la historia comunista como era el caso de Lenin, sino que fueron fruto de la creatividad espontánea de las amplias masas obreras revolucionarias de un país atrasado y eminentemente campesino como era la Rusia zarista.

Nacimiento de los Soviets

La Rusia atrasada, bajo la influencia de una serie de factores históricos completamente originales, dio al mundo el primer ejemplo, no sólo de un salto brusco de la actividad espontánea en época de revolución de las masas oprimidas (cosa que ocurrió en todas las grandes revoluciones), sino también de la significación de un proletariado que desempeñaba un papel infinitamente superior a su importancia numérica en la población; mostró por vez primera la combinación de la huelga económica y la huelga política, con la transformación de ésta en insurrección armada, el nacimiento de una nueva forma de lucha de masas y organización de las masas de las clases oprimidas por el capitalismo, los Soviets.

Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”.

Los Soviets aparecen en la historia por primera vez en 1905, en el marco de una insurrección espontánea de soldados, obreros y campesinos, a partir de una huelga política en San Petersburgo (después denominada Petrogrado, durante la era socialista Leningrado, y tras el triunfo definitivo de la reacción capitalista de nuevo San Petersburgo) que deviene en insurrección de las masas y sublevación de numerosos regimientos de soldados. En ese vacío de poder consecuencia del rápido colapso del estado zarista, las masas se organizan en los soviets de diputados obreros y soldados, donde eligen a sus representantes, siempre revocables, para que administren todas las esferas del poder estatal y económico.

Sin embargo, el contexto en que nacen de forma espontánea sólo puede ser calificado de particular; mientras el Estado ruso permanece bajo la forma de una monarquía absoluta y autocrática, sustentada por la vieja aristocracia, y obligada a emprender la “modernización” e industrialización del país por sus aspiraciones como potencia imperialista y la competencia de las potencias vecinas, en la sociedad rusa esta industrialización a marchas forzadas provoca el surgimiento de importantes contradicciones sociales, con una burguesía urbana que no ve satisfechas sus demandas democrático-burguesas en el zarismo, y una clase obrera joven, apenas sindicada y con escaso peso de la aristocracia obrera, pero imbuida de una ideología marxista madura y notablemente desarrollada en los países capitalistas de Europa Occidental.

En este contexto, las tensiones a las que se ven sometidas las clases sociales rusas como consecuencia de las guerras imperialistas, terminan de agudizar la tensión existente entre una sociedad protocapitalista y un Estado autocrático y semifeudal. Así es como la humillante derrota recibida en la guerra ruso-japonesa de 1905, prende la mecha insurreccional, que en pocas semanas se extiende por las principales ciudades de Rusia. Los campesinos se rebelan contra los terratenientes, las masas obreras transforman las reivindicaciones laborales en una huelga revolucionaria política, y los soldados, en su mayoría campesinos, se amotinan contra sus oficiales y se unen a los obreros en las calles al son de la Marsellesa. Así debe sonar toda revolución burguesa; salvo que en este caso, la burguesía rusa no tiene la fuerza ni la voluntad política para tomar las riendas de una insurrección que le coge a desmano mientras hacía malabarismos para salvar la monarquía zarista bajo una nueva fachada “constitucional”.

“... la humanidad no conoció hasta 1905 lo inmensa, lo grandiosa que puede ser y será la tensión de fuerzas del proletariado cuando se trata de luchar por objetivos verdaderamente grandes, de luchar de un modo verdaderamente revolucionario. (...). Delante iban los mejores elementos de la clase obrera, arrastrando tras de sí a los vacilantes, despertando a los dormidos y animando a los débiles. (...). Gracias a esta lucha, un nuevo espíritu agitó al pueblo ruso en su conjunto. Y sólo entonces fue cuando la Rusia feudal, sumida en un sueño letárgico, la Rusia patriarcal, piadosa y sumisa, se despidió del viejo Adán; sólo entonces tuvo el pueblo ruso una educación verdaderamente democrática, verdaderamente revolucionaria.

Lenin, “Informe sobre la revolución de 1905”

No era la primera vez en la historia que las masas populares armadas interpretaban un papel protagonista en el curso de una revolución burguesa; en 1789 sería la “chusma parisina”, los sans culottes, quienes armados asaltarán la Bastilla y tomarán el Palacio de las Tullerías. Sin embargo, las masas parisinas carecen de la conciencia de clase que sí estaba ya presente en el proletariado ruso; la clase obrera no ha alcanzado su madurez, y fluctúa entre las reminiscencias reaccionarias de artesanos y campesinos feudales, y la radicalidad democrática de la incipiente pequeña burguesía urbana. Por ello, aunque hasta 1795 no dejan de presionar a las distintas asambleas parlamentarias burguesas que surgen al calor de la revolución para ver satisfechas sus reivindicaciones, en ese momento histórico era imposible que dichas masas desclasadas pudiesen crear de forma espontánea sus propias instituciones, su propio poder en competencia con el recién nacido estado de la burguesía.

En 1905, las condiciones subjetivas del proletariado ruso, sí posibilitan el nacimiento de los Soviets, del poder proletario, durante el vacío causado por una revolución democrática pendiente. Así lo certifica Lenin, cuando apenas conoce la noticia desde el exilio escribe: “El Soviet de diputados obreros ha nacido de una huelga general, con motivo de la huelga y para propiciar los fines de la huelga. ¿Quién ha sostenido y ha terminado victoriosamente dicha huelga? Todo el proletariado, dentro del cual se cuentan, por fortuna en minoría, los que no son socialdemócratas. ¿Qué fines perseguía la huelga? Económicos y políticos, al mismo tiempo…”

Lenin. “Nuestras tareas y el soviet de diputados obreros.”

Ante los Soviets, la postura de algunos bolcheviques fue dubitativa en un principio, entre aquellos que rechazaban los soviets y pensaban que toda organización obrera revolucionaria debía estar dentro de los márgenes del Partido, y aquellos que abogaban por la participación en ellos de los revolucionarios. Sin embargo Lenin aprecia desde el principio, en 1905, la importancia histórica de esta nueva institución, pese a que las masas “soviéticas” abracen como referente a los oportunistas mencheviques. Por ello, Lenin llama a sus camaradas a “aprovechar la lucha conjunta con los camaradas proletarios, sin establecer diferencias por sus ideas, para predicar sin descanso y con firmeza el marxismo, la única concepción del mundo verdaderamente consecuente y verdaderamente proletaria.

“Cada paso de la lucha proletaria indisolublemente unido a nuestra actividad planificada y organizada de socialdemócratas, acercará cada vez más las masas de la clase obrera rusa a la socialdemocracia”.

Lenin. “Nuestras tareas y el soviet de diputados obreros”.

Fracasada la insurrección de 1905 gracias a la dubitativa postura de los oportunistas “socialdemócratas”, a la conciliación con los zaristas de los liberal-conservadores, y la inmadurez política de la clase obrera, los revolucionarios se enfrentarían a una oleada represiva que arrastraría a muchos al exilio, la cárcel o la horca. Sin embargo, la esperanzadora experiencia de su participación en los soviets quedaría como un recuerdo imborrable para las masas obreras rusas, y en el tiempo transcurrido entre 1905 y la insurrección de Febrero de 1917 este recuerdo no dejaría de alimentarse e idealizarse, manteniendo la llama revolucionaria en un proletariado al que le había bastado con apenas saborear las mieles de su dictadura de clase y del socialismo para anhelarlo con toda su fuerza.

¿Qué son los Soviets?

"Los Soviets -- decía Lenin ya en septiembre de 1917 -- son un nuevo aparato de Estado que, en primer lugar, proporciona la fuerza armada de los obreros y de los campesinos, fuerza que no está, como lo estaba la del viejo ejército permanente, apartada del pueblo, sino ligada a él del modo más estrecho; en el sentido militar, esta fuerza es incomparablemente más poderosa que las anteriores; en el sentido revolucionario, no puede ser remplazada por ninguna otra. En segundo lugar, este aparato proporciona una ligazón tan estrecha e indisoluble con las masas, con la mayoría del pueblo, una ligazón tan fácil de controlar y renovar, que en el aparato del Estado anterior no hay nada que se le parezca. En tercer lugar, este aparato, por ser elegibles y revocables a voluntad del pueblo, sin formalidades burocráticas, los hombres que lo integran, es mucho más democrático que los aparatos anteriores. En cuarto lugar, este aparato proporciona una sólida ligazón con las profesiones más diversas, facilitando de este modo, sin burocracia, las más distintas y más profundas reformas. En quinto lugar, proporciona una forma de organización de la vanguardia, es decir, de la parte más consciente, más enérgica y más avanzada de las clases oprimidas, de los obreros y de los campesinos, constituyendo, de este modo, un aparato por medio del cual la vanguardia de las clases oprimidas puede elevar, educar, instruir y guiar a toda la gigantesca masa de estas clases, que hasta hoy permanecía completamente al margen de la vida política, al margen de la historia. En sexto lugar, proporciona la posibilidad de conjugar las ventajas del parlamentarismo con las ventajas de la democracia inmediata y directa, es decir, reúne en la persona de los representantes elegidos por el pueblo la función legislativa y la ejecutiva. Comparado con el parlamentarismo burgués, es un avance de trascendencia histórica mundial en el desarrollo de la democracia.

Sin la iniciativa creadora popular de las clases revolucionarias no hubiera organizado los Soviets, la revolución proletaria en Rusia se vería condenada al fracaso, pues, con el viejo aparato, el proletariado no habría podido, indudablemente, mantenerse en el Poder. En cuanto al nuevo aparato, es imposible crearlo de golpe" (Lenin v. t. XXI, págs. 258-259).

Citado por J. V. Stalin. “La Revolución de Octubre y la táctica de los comunistas rusos”.

Con estas precisas palabras resumía Lenin “qué eran los soviets”, el germen de la dictadura del proletariado, la organización para la conquista y gestión democrática del poder ejecutivo y legislativo de las masas armadas bajo la vanguardia proletaria, y concienciadas a través de su práctica revolucionaria directa. Y cabe destacar que en este texto hable de “crear el nuevo aparato” del Estado Socialista, mientras que en otros textos sitúe su nacimiento espontáneo (según la experiencia revolucionaria rusa, pero que sin embargo no se repitió en ningún otro país).

El embrión de la República Socialista Soviética, coexistiendo tanto en 1905 (con la monarquía zarista) como en 1917 (con el Gobierno Provisional) con un poder paralelo

Coexistencia “pacífica” del poder burgués y el poder proletario

Explicar a las masas que los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario y que, por ello, mientras este Gobierno se someta a la influencia de la burguesía, nuestra misión sólo puede consistir en explicar los errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado especialmente a las necesidades prácticas de las masas.

Lenin. “Las tareas del proletariado en la presente revolución”

En el vacío de poder que sigue a la caída del régimen zarista en 1917, surge una dualidad de poderes; el poder obrero y campesino de los Soviets, y el poder burgués del Comité de la Duma de Estado, el embrión del parlamento y la democracia burguesa. Ambos poderes compiten en un primer momento por controlar a la fuerza armada, a los soldados sublevados. Los bolcheviques apuestan desde el principio por los soviets, mientras que los oportunistas mencheviques y social-revolucionarios, aún con mayoría en los propios soviets y amplio apoyo en las masas, pretenden crear una caricatura de soviets que solo sirva como sostén del parlamento burgués y refuerzo de sus reivindicaciones en el mismo. Por ello, desde los propios soviets en los que tenían la mayoría, llamaban al pueblo a apoyar al gobierno provisional compuesto por miembros de los partidos de la burguesía y la pequeña burguesía, lo que en la práctica significaba una traición a la voluntad revolucionaria de las masas obreras, y una negación de la independencia política del proletariado. Su pretensión era conciliar los intereses de la pequeña burguesía, el campesinado y la clase obrera con los de la gran burguesía con la excusa de que la sociedad rusa “no estaba lo bastante desarrollada para la revolución socialista” y asumiendo que solo la burguesía podía liderar la presente revolución burguesa, poniendo toda la confianza de las masas en el Gobierno Provisional y no en los Soviets de diputados obreros. Sin embargo, Lenin y los bolcheviques defendían que solo el proletariado revolucionario podía liderar y desarrollar la revolución burguesa sin las vacilaciones de la burguesía rusa, y desde la dictadura del proletariado dar paso seguido al socialismo.

Esta dualidad de poderes era considerada por Lenin un momento “transitorio” en el que la revolución proletaria (que según Lenin ya estaba en marcha aún antes de la insurrección de Octubre) “ha rebasado ya los cauces de la revolución democrática burguesa corriente”.

De hecho, los pocos Soviets que desde el principio contaron con una mayoría de diputados obreros de tendencia bolchevique, en general en ciudades industriales de la zona central, iniciaron ya en Marzo una confrontación directa contra el poder burgués, con medidas como la incautación de imprentas, el desarme de la policía, la organización de milicias o asumiendo la administración de la justicia y de la producción fabril arrebatada a sus dueños capitalistas. Valga de ejemplo el Soviet de Viázniki, que actuaría como único poder “legislativo”, imponiendo las reivindicaciones obreras a los empresarios sin negociación de ningún tipo. Este control de la producción sería asumido por otros soviets bolcheviques, ante lo cual la burguesía, por boca de los mencheviques, dando por perdida la administración privada de los medios de producción, reclamaba la “gestión estatal” a sabiendas de que el estado democrático-burgués servía a sus intereses de clase, lo cual recuerda en la actualidad a ciertos países y sus apoyos entre algunos comunistas locales que bajo la “presión popular” aceptan la “gestión estatal de la economía” pero sin dictadura del proletariado.

El referente de estos primeros soviets revolucionarios confrontado con los soviets conciliadores y pasivos dirigidos por eseristas y mencheviques, mostraría en la práctica a las masas la imposibilidad de que los partidos burgueses tuvieran en cuenta sus reivindicaciones y cumplieran sus promesas, dejando al descubierto la vacía retórica revolucionaria de los oportunistas que a la hora de la verdad reprimían cualquier tendencia revolucionaria del proletariado.

Explicar a las masas que los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario y que, por ello, mientras este Gobierno se someta a la influencia de la burguesía, nuestra misión sólo puede consistir en explicar los errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado especialmente a las necesidades prácticas de las masas.

Mientras estemos en minoría, desarrollaremos una labor de crítica y esclarecimiento de los errores, propugnando al mismo tiempo, la necesidad de que todo el poder del Estado pase a los Soviets de diputados obreros, a fin de que, sobre la base de la experiencia, las masas corrijan sus errores.

Lenin. “Las tareas del proletariado en la presente revolución” (Tesis de Abril)

Los bolcheviques, como resultado de su correcta crítica al oportunismo y su táctica revolucionaria, amparada en la maniobrabilidad que posibilita el Partido de Nuevo Tipo armado ideológicamente para la revolución, irán ganando la mayoría en todos los soviets, convirtiéndose así en soviets revolucionarios ejecutando el programa del Partido leninista. El proceso es relativamente largo, y en él los bolcheviques concilian momentos de ofensiva como las manifestaciones de Abril contra la guerra imperialista o asumiendo el liderazgo de la ira espontánea de las masas en Junio y la oposición armada de los Guardias Rojos al intento de golpe de estado de la reacción encabezada por Kornílov como momentos de repliegue en Julio tras el fracaso insurreccional de Junio y la represión amparada por los soviets conciliadores liderados por los mencheviques y eseristas. La capacidad de alternar sus consignas de los bolcheviques sin perder el objetivo revolucionario les lleva a abandonar la consigna de “todo el poder para los soviets” cuando estos reprimían a los obreros en defensa del gobierno burgués en Julio, y retomarla posteriormente, cuando los Guardias Rojos organizados por los bolcheviques derrotan a las tropas contrarevolucionarias de Kornílov luchando al lado del Gobierno Provisional y de mencheviques y eseristas, pero no por ellos, demostrando así la debilidad y vacilaciones del gobierno provisional y de los oportunistas cuando derrotada la reacción éstos se niegan a tomar el poder para “sus” soviets, y en vez de ello pretenden que sigan sosteniendo el ficticio gobierno de Kerenski. La propia percepción y experiencia de las masas en estos meses revolucionarios desde Febrero a Septiembre desenmascara a los oportunistas y su papel conciliador con la burguesía al frente de los Soviets, a la vez que erige a los bolcheviques como su referente. Es así como los bolcheviques consiguen la mayoría en los soviets de soldados y obreros de las principales ciudades, ganando así al nuevo poder para la causa revolucionaria, y sólo entonces, solo una vez controlados los soviets, que se habían extendido por toda Rusia, pudieron los bolcheviques encarar con garantías de éxito la insurrección.

El 3 y 4 de julio se podía, sin faltar a la verdad, plantear el problema así: lo justo era tomar el Poder, pues, de no hacerlo, los enemigos nos acusarán igualmente de insurrectos y nos tratarán como a tales. Pero de aquí no se podía hacer la conclusión de que hubiera sido conveniente tomar el Poder en aquel entonces, pues a la sazón no existían las condiciones objetivas necesarias para que la insurrección pudiera triunfar (…)

No contábamos todavía con la mayoría de los obreros y soldados de las capitales. Hoy tenemos ya la mayoría en ambos Soviets. Es fruto, sólo de la historia de julio y agosto, de la experiencia de las "represalias" contra los bolcheviques y de la experiencia de la kornilovada.

Lenin, “El marxismo y la insurrección”

Así hablaba el propio Lenin de las “condiciones objetivas” para tomar el poder; tener la mayoría en los Soviets revolucionarios. Estos soviets bolcheviques serán auténticas bases para el triunfo de la insurrección armada de Octubre, y desde donde las masas son partícipes de la táctica de los comunistas y llevan a cabo su revolución. La tan manoseada “acumulación de fuerzas” no tuvo lugar en los sindicatos recientemente creados en la Rusia de 1917, ni en los comités fabriles (en manos bolcheviques desde mucho antes) ni en la Duma o Asamblea Constituyente; tiene lugar en los soviets obreros, en el Nuevo Poder proletario, donde las masas, llevadas por su experiencia revolucionaria, abrazan el comunismo y reconocen como suyo al Partido Bolchevique.

Si este proceso fue salvo casos puntuales (Febrero, Junio y Agosto) “pacífico”, o al menos de coexistencia de ambos poderes sin abierta confrontación, sería gracias únicamente a las especiales e irrepetibles circunstancias de Rusia, donde el estado zarista, y especialmente su ejército, ha quedado desbaratado como consecuencia de la insurrección de los soldados en Febrero, en gran parte motivada por la carnicería de la guerra con Alemania, y la demasiado tiempo postergada revolución democrática. Tras esta insurrección surgen unos soviets dominados por el oportunismo, que no representan un peligro inminente para la burguesía, sino más bien un apoyo y un medio para la pacificación y control del agitado proletariado ruso. A ello se une que cuando los soviets viran hacia la revolución de manos de los bolcheviques, la burguesía sigue sin tener el control del fusil (de los soldados) y aún carece de una capacidad armada tal como para aplastar y reprimir estos soviets (fuerza que estaban en proceso de reconstruir con las unidades de cadetes). Y aún así, pese a todas éstas particularidades, el triunfo insurreccional de Octubre habría sido imposible sin los Guardias Rojos, milicias obreras y masas que los bolcheviques no dejan de armar desde Febrero.

Pero los soviets para los bolcheviques son sobre todo la encarnación institucional del Estado Socialista, el medio por el que las masas podrían ejercer la dictadura del proletariado, y donde el programa de los bolcheviques podía ser refrendado y ejecutado por el proletariado. Por ello, sin la organización previa del Nuevo Poder de los soviets, sin la experiencia política que este proporcionaba a las masas, era imposible sostener el efímero triunfo de la insurrección de Octubre. Solo la consolidación del poder soviético posibilitaría la victoria de los bolcheviques en la guerra civil que estalla tras la insurrección de Octubre, y en la que oportunistas socialdemócratas, burgueses, aristócratas y potencias imperialistas intentan aplastar y apagar en sangre la llama revolucionaria que había prendido en Rusia.

Soviets y masas armadas

Sí, hay que detenerse, en cambio, en algo que seguramente no está del todo claro para todos los camaradas, a saber: que el paso del Poder a los Soviets significa hoy, en la práctica, la insurrección armada. Podría creerse que esto es algo evidente, y sin embargo, no todos se han parado ni se paran a meditarlo. Renunciar hoy a la insurrección armada equivaldría a renunciar a la consigna más importante del bolchevismo (todo el Poder a los Soviets) y a todo el internacionalismo revolucionario proletario en general.

Lenin, “Consejos de un espectador”

Los Soviets nacen en 1905 y de nuevo en 1917 bajo la protección de las tropas y soldados insurrectos. El fusil y el poder obrero están ligados así desde su mismo nacimiento. De ello son conscientes los bolcheviques, que en Febrero de 1917 exhortaban a los obreros a elegir diputados y organizar soviets “que se organicen bajo la protección de las tropas” insurrectas a partir de los comités que han protagonizado la huelga revolucionaria, y serán los propios bolcheviques también partidarios de que los soviets de obreros y los de soldados se fusionen.

La importancia que tiene la cuestión de las armas para los bolcheviques queda reflejada en su periódico, el Pravda, que sin dejar lugar pedía a obreros y soldados que “no entreguéis las armas, pertrechad a nuevos cuadros de la milicia revolucionaria. La revolución no ha concluido, las reivindicaciones del pueblo en armas están planteadas, pero aún no se han cumplido. Sólo nosotros podremos realizarlas”. Y en Marzo, un Lenin en el exilio indicaba por carta a los bolcheviques la táctica a seguir; “expectativa armada, preparación armada de una base más amplia para una etapa superior”, es decir, para la conquista del “poder por los Soviets de diputados obreros”. Los bolcheviques no dejan en ningún momento desde Febrero de 1917 de crear destacamentos de obreros armados y milicias obreras, incautando el armamento en las fábricas de armas. A partir de estos se formaría la Guardia Roja, y de hecho fue incluso esta la misión inmediata “más importante” para el Soviet en 1917.

En realidad, los bolcheviques no tenían ni podían tener en marzo de 1917 un ejército político preparado. Lo fueron formando (y lo formaron, por fin, hacia octubre de 1917) sólo en el transcurso de la lucha y de los choques de clases de abril a octubre de 1917; lo formaron pasando por la manifestación de abril, y por las manifestaciones de junio y julio, y por las elecciones a las Dumas de distrito y urbanas, y por la lucha contra la korniloviada, y por la conquista de los Soviets. Un ejército político no es lo mismo que un ejército militar. Mientras que el mando militar comienza la guerra disponiendo ya de un ejército formado, el Partido debe crear su ejército en el curso de la lucha misma, en el curso de los choques entre las clases, a medida que las masas mismas se van convenciendo, por propia experiencia, de que las consignas del Partido son acertadas, de que su política es justa.

J. V. Stalin. “La Revolución de Octubre y la táctica de los comunistas rusos.”

Como bien afirma Stalin, el ejército rojo no se crea de un golpe, no nace por un decreto de la noche a la mañana. Es un ejército político conformado por las masas que se crea en torno a la lucha revolucionaria, a la confrontación ideológica hasta 1917, y lucha armada en la posterior guerra civil con los oportunistas y conciliadores apoyados por los ejércitos imperialistas. Las armas, como resaltaban los bolcheviques desde Febrero hasta Octubre, eran necesarias, pero la experiencia revolucionaria de las masas armadas, era indispensable para constituir el “ejército rojo”.

Los Soviets rusos y su carácter universal

La historia ha hecho esta jugarreta: los Soviets nacieron en Rusia en 1905, fueron falsificados en febrero-octubre de 1917 por los mencheviques, quienes fracasaron por no haber comprendido su papel y su importancia, y hoy ha surgido en el mundo entero la idea del Poder soviético, idea que se extiende con rapidez inusitada entre el proletariado de todos los países, mientras fracasan en todas partes, a su vez, los viejos héroes de la II Internacional, por no haber sabido comprender, del mismo modo que nuestros mencheviques, el papel y la importancia de los Soviets. La experiencia ha demostrado que en algunas cuestiones esenciales de la revolución proletaria todos los países pasarán inevitablemente por lo mismo que ha pasado Rusia. Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”

Lenin y los bolcheviques rusos comprendieron rápidamente el carácter internacional de los Soviets, el papel que necesariamente jugarían en el ciclo revolucionario que acababa de comenzar y que sacudiría los cimientos de la sociedad de clases y agitaría las conciencias de los obreros de medio mundo. Y Lenin y la recién creada III Internacional parecían tener motivos para la esperanza y el optimismo cuando el ejemplo soviético ruso, y la idea de la revolución, se extendían por media Europa levantando a los obreros, ayudándoles a romper las cadenas de la explotación para intentar seguir la estela de la primera revolución proletaria triunfante (tras la heroica derrota de la Comuna de París).

Es muy probable que la revolución llegue muy pronto en muchos países de Europa Occidental, pero nosotros, como parte organizada de la clase obrera, como partido, tendemos y debemos tener a lograr la mayoría en los Soviets. Entonces estará garantizada nuestra victoria, y no habrá fuerza capaz de emprender nada contra la revolución comunista.

“Tesis e informes sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado”

Y así parecía en un primer momento; los Soviets nacen espontáneamente en Alemania y Hungría aunque sin la participación en ellos de las amplias masas obreras o campesinas. Parte del proletariado en su afán revolucionario parece intentar reproducir así el ejemplo ruso. Sin embargo, estos soviets son más nominales que reales, la clase obrera de estos países no tiene la experiencia revolucionaria que por el contrario si había acumulado el joven proletariado ruso. La socialdemocracia está asentada tanto en Alemania como en Hungría, sus prácticas sindicalistas y parlamentarias han maleado la conciencia de los obreros, y el partido de los espartaquistas alemanes o el de los comunistas húngaros apenas acaba de ser “constituido” como simple escisión del ala izquierda de los partidos socialdemócratas, sin la lucha ideológica y política previa necesaria. Por ello, pese a que en un principio las recientemente derrotadas potencias centrales carecen de una fuerza armada leal para reprimir a estos soviets embrionarios y surgidos por imitación del modelo ruso, los socialdemócratas o socialtraidores rellenarán rápidamente este vacío poniéndose al servicio de la burguesía y reprimiendo sangrientamente cualquier germen revolucionario, sea como en Alemania desde el gobierno y aliados con los esbozos de fascistas que eran los Freikorps, o mediante el golpe de estado contra la recién nacida República Soviética Húngaro apoyados en los ejércitos imperialistas rumanos. Derrotado el espontaneismo revolucionario alemán y húngaro, la historia no volverá a ver nacer a soviets surgidos de forma espontánea.

… el curso general de la revolución proletaria es igual en todo el mundo. Primero, la formación espontánea de los Soviets, luego su extensión y desarrollo, más tarde, se plantea prácticamente la cuestión: Soviets o Asamblea Nacional, o Asamblea Constituyente, o parlamentarismo burgués; completo desconcierto entre los jefes, y por último, la revolución proletaria.

“Tesis e informes sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado”

Quedaban así reflejadas las limitaciones de la concepción de los soviets elaborada por los bolcheviques, que basándose en la particular experiencia rusa (la experiencia que ellos mismos habían vivido), donde los soviets nacen de forma espontánea en el contexto de una revolución burguesa en un estado autocrático y semi-feudal, y tras una insurrección generalizada de soldados que arrebata las armas a las clases dominantes y las pone en manos de la clase obrera. Solo en este contexto podía darse el nacimiento espontáneo de los soviets y su coexistencia pacífica con el poder burgués hasta la insurrección. Sin embargo, estas condiciones ni se daban ni se darían en ningún otro país de Europa. Por tanto, los bolcheviques no habían teorizado sobre como el sujeto revolucionario debía dar el primer paso (es decir, la formación de los Soviets) ya que en su experiencia revolucionaria este primer paso lo tomaban las masas de forma espontánea. Por tanto, si los Soviets no surgían espontáneamente, ¿significa que los bolcheviques se equivocaban respecto al papel que estaban llamados a jugar? ¿Eran por tanto los Soviets una particularidad rusa que no podía trasladarse a otros países, tiempos y contextos?

Pero en este momento histórico se trata precisamente de que el ejemplo ruso muestra a todos los países algo, y algo muy sustancial, de su futuro próximo e inevitable. Los obreros avanzados de todos los países hace ya tiempo que lo han comprendido y, más que comprenderlo, lo han percibido, lo han sentido con su instinto revolucionario de clase.

De aquí la "significación" internacional (en el sentido estrecho de la palabra) del Poder soviético y de los fundamentos de la teoría y de la táctica bolchevique.

Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”

Los bolcheviques no se equivocaban juzgando el papel que los Soviets están llamados a jugar en la revolución proletaria mundial. El Poder soviético tiene un “significado” internacional y por tanto debía pasar a formar parte de los fundamentos de la teoría y de la táctica marxista-leninista. ¿Pero por qué son necesarios los Soviets para el triunfo de la revolución proletaria? Muchas de las razones ya se han desarrollado a lo largo de este artículo... El propio Lenin podría señalar algunas más igualmente fundamentales:

A) La dictadura del proletariado y el estado socialista adquieren la forma de República Soviética.

La relación entre jefes, partido, clase y masas, y, al mismo tiempo, la de la dictadura del proletariado y su partido con respecto a los sindicatos, se presenta actualmente entre nosotros en la forma concreta siguiente: la dictadura la lleva a cabo el proletariado organizado en Soviets, dirigido por el Partido Comunista bolchevique (…) Se obtiene, en conjunto, un aparato proletario, formalmente no comunista, flexible y relativamente amplio, potentísimo, por medio del cual el Partido está estrechamente vinculado a la clase y a la masa y por medio del cual se lleva a cabo la dictadura de clase, bajo la dirección del Partido.

Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”

Y este Estado es compatible con la extensión de la democracia a una mayoría tan aplastante de la población, que la necesidad de una máquina especial para la represión comienza a desaparecer. Como es natural, los explotadores no pueden reprimir al pueblo sin una máquina complicadísima que les permita cumplir este cometido, pero el pueblo puede reprimir a los explotadores con una "máquina" muy sencilla, casi sin "máquina", sin aparato especial, por la simple organización de las masas armadas (como los Soviets de Diputados Obreros y Soldados, digamos, adelantándonos un poco).

Lenin. “El Estado y la Revolución”.

B) La elevación de la conciencia de las amplias masas proletarias solo puede lograrse mediante su participación revolucionaria a través de los Soviets.

Mientras se trate (como se trata aún ahora) de atraerse al comunismo a la vanguardia del proletariado, la propaganda debe ocupar el primer término; incluso los círculos, con todas las debilidades de la estrechez inherente a los mismos, son útiles y dan resultados fecundos en este caso. Pero cuando se trata de la acción práctica de las masas, de poner en orden de batalla -- si es permitido expresarse así -- al ejército de millones de hombres, de la disposición de todas las fuerzas de clase de una sociedad para la lucha final y decisiva, no conseguiréis nada con sólo las artes de propagandista, con la repetición escueta de las verdades del comunismo "puro".

Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”.

La verdadera educación de las masas no puede ir nunca separada de la lucha política independiente, y sobre todo, de la lucha revolucionaria de las propias masas. Sólo la lucha educa a la clase explotada, sólo la lucha le descubre la magnitud de su fuerza, amplía sus horizontes, eleva su capacidad, aclara su inteligencia y forja su voluntad.

Lenin, “Informe sobre la revolución de 1905”

La importancia capital e insustituible de los Soviets para el triunfo de la revolución queda así más que demostrada. Sin embargo, el primer paso del que Lenin hablaba para todo ello, “la formación espontánea de los Soviets”, resulta basarse únicamente en la particularidad rusa y ser irrepetible en los países industrializados de Europa. Y sin Soviets, como los bolcheviques habían comprobado, era imposible conquistar y organizar a las amplias masas para el triunfo revolucionario y la construcción del Estado socialista. Por tanto, si los Soviets son necesarios para la revolución, y en los estados burgueses no surgen de forma espontánea, los Soviets deben ser creados por el propio Partido Comunista, deben formar parte de la estrategia de la vanguardia proletaria.

En este sentido, pretendemos que este artículo sirva para traer luz a éstas cuestiones desconocidas de la Revolución de Octubre, derribar los dogmas falsos sobre la misma difundidos por los sectores más atrasados del movimiento comunista con la intención de justificar su práctica oportunista presente, y para enfocar el debate en el seno de la vanguardia hacia las cuestiones fundamentales que toda estrategia revolucionaria debe tener en cuenta; la creación de los Soviets o Nuevo Poder por el Partido Comunista, y la participación de las masas revolucionarias en los mismos.

El autor -(y esperamos que a estas alturas también los lectores)- ha comprendido admirablemente que no es el parlamento, sino sólo los Soviets obreros, los que pueden proporcionar al proletariado el instrumento necesario para conseguir sus objetivos, y, naturalmente, el que hasta ahora no haya comprendido esto, es el peor de los reaccionarios, aunque sea el hombre más ilustrado, el más experimentado político, el socialista más sincero, el marxista más erudito, el ciudadano y padre de familia más honrado.

Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”

Fuente: Fusilable al amanecer

 

 

Nueva Política Económica de Lenin - NEP

(1921-1929)

La Nueva Política Económica trató de revertir la crisis en la que se encontraba sumida Rusia a causa de la guerra civil y la agresión extranjera.
 
La revolución había logrado sobrevivir, pero a costa de un enorme coste: la producción agrícola había descendido respecto a 1914 en un 60%, la producción industrial había quedado reducida a un 15%, la emigración al campo y el despoblamiento de las ciudades era galopante y el nivel de vida de la población estaba bajo mínimos.
 

El invierno de 1920 y 1921 se caracterizó por su extremada dureza y junto al hambre causó más de dos millones de muertos.

La guarnición de la fortaleza de Kronstadt (Báltico), una de las más leales al gobierno revolucionario, se amotinó en marzo de 1921, descontenta con la situación económica y política imperante. La rebelión, aunque abortada, supuso un serio aviso para los bolcheviques, cuyos líderes vieron necesario un cambio de tendencia.

 

En palabras de Lenin, la NEP constituía un sistema transitorio y mixto, un “obligado paso atrás” en el que la economía permanecería bajo la dirección y planificación del Estado, aunque secundada por la iniciativa privada.
Era el restablecimiento de un capitalismo limitado y controlado cuyo objetivo era reconstruir la maltrecha producción.
 
Cesaron las incautaciones de granos a los agricultores y les fue concedida la libertad de cultivar y vender a su conveniencia, una vez hubiesen satisfecho una cuota obligatoria (10% de la cosecha) al Estado. También se flexibilizaron las relaciones laborales mediante la diversificación de los salarios y diversos incentivos a la producción.
 
Se autorizó el libre comercio interior, se contrataron técnicos extranjeros y se permitió la propiedad privada de pequeñas y medianas empresas. El Estado mantuvo bajo su control los transportes, el comercio exterior, la banca y las grandes empresas. También se accedió a la inversión de capitales extranjeros, si bien estos no afluyeron de la forma esperada, por la inseguridad que el régimen despertaba a nivel internacional y por la negativa de los nuevos dirigentes a hacerse cargo de la deuda externa del estado zarista.
 
La NEP consiguió una revitalización económica fulgurante, fundamentalmente en el campo agrícola, donde el significativo incremento de la producción permitió eliminar el hambre. Asimismo incrementó el nivel de vida de la población y permitió implementar un ambicioso plan de mejora de las infraestructuras y la industria.
 

En 1927 se habían logrado recuperar las cotas de 1914.

Contrariamente a estos beneficiosos efectos económicos, la NEP acarreó tensiones de carácter político y social: resurgimiento de la burguesía, enriquecimiento de los propietarios industriales y comerciales, así como de los viejos campesinos acaudalados de la época zarista (los kulaks).

 
La NEP sobrevivió a Lenin (que falleció en 1924) y continuó su andadura durante el mandato de Stalin, hasta que éste decidió ponerle fin en 1928-1929, sustituyéndola por la estatalización de la economía, inaugurando con ello una nueva etapa en la construcción del Estado soviético, caracterizada en lo económico por la vuelta al dirigismo estatal que había sido puesto en práctica en los primeros tiempos de la revolución.

Fuente: Clases de Historia

 

 

El Ejército Rojo

Ejército Rojo: Fuerzas Armadas de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), constituido oficialmente el 28 de enero de 1918 a partir del Ejército Imperial ruso y cuya existencia llegó a su fin en diciembre de 1991, cuando tuvo lugar la desintegración del Estado soviético. El encargado de su formación fue el dirigente bolchevique León Trotski. Su objetivo inicial era defender las fronteras de la URSS y proteger los logros de la Revolución Rusa frente a sus enemigos.

Formación del Ejército Rojo

Desde 1905 los bolcheviques poseían una organización militar propia que se orientaba fundamentalmente a la propaganda revolucionaria entre las tropas, a conseguir apoyo entre los soldados de cara a la futura revolución. Después de la revolución de Febrero de 1917 los bolcheviques fueron ganando influencia entre los soldados, lo que equivalía a ganarla dentro del campesinado, y la existencia de la organización militar permitió una selección de los primeros cuadros que posteriormente jugaron un papel decisivo en Octubre.

La organización militar bolchevique extendió su influencia, primero en Petrogrado y sobre todo en el frente norte y en la flota del Báltico. El 15 de abril de 1917 apareció el primer número del diario La verdad del soldado, órgano central de la organización militar.

En el congreso de organizaciones militares que se celebró el 16 de julio en Petrogrado estuvieron presentes 500 unidades, que contaban con unos efectivos de 30.000 bolcheviques. La organización militar llevó a cabo directamente la insurrección, bajo la dirección del Comité Militar Revolucionario, presidido por Trotsky.

Sin embargo, las dificultades para poner en pie un ejército revolucionario con el que combatir a la contrarrevolución zarista y a sus aliados imperialistas eran muy importantes. La revolución surgió directamente de la guerra, de un Ejército deshecho y que ansiaba la paz. Este hecho fue la piedra de toque en las conversaciones de Brest-Litovsk. Lenin tomaba muy en serio esta actitud de la tropa para combatir la posición de los llamados ‘comunistas de izquierda’, que abogaban por una guerra revolucionaria contra los imperialistas alemanes.

Consciente de la moral del Ejército ruso, Lenin sabía perfectamente que una acción de ese tipo acabaría en una aventura desdichada. En una situación en la que el Ejército se componía de jirones humanos cansados y ansiosos de volver a casa con sus familias, se hacía inevitable la firma de la humillante paz de Brest-Litovsk.

Partiendo de esta consideración, los bolcheviques no se decidieron en los primeros meses por el reclutamiento obligatorio, sino por el voluntariado, lo que dio a los nuevos regimientos un carácter inestable y poco seguro, algo que quedó confirmado con las pérdidas de Kazan y Simbirsk. A partir de ese momento se recurrió al método de la movilización masiva de comunistas y al reclutamiento obligatorio en Moscú y en la Región del Volga.

Tras las primeras vacilaciones, la movilización adquirió un carácter muy amplio gracias a la agitación de los cuadros comunistas, la política de reclutamiento, y las medidas severas contra los desertores y traidores. En ese periodo se conforman nuevos cuadros militares, los comisarios, y se establecen los tribunales militares revolucionarios.

Historia

Conocido con el nombre oficial de Ejército rojo de los Trabajadores y los Campesinos , este ejército fue el conjunto de las fuerzas armadas de los bolcheviques organizado durante la Guerra Civil Rusa en 1918.

El ejército rojo tomó su nombre del color de la bandera de la clase obrera y se organizó para apoyar a la fuerzas del pueblo en su lucha contra el capitalismo que buscaba retornar a Rusia. En 1946 cambió su nombre a Ejército Soviético, pero popularmente siguió conservando el mismo nombre, llegando a identificarse con él a todas las fuerzas armadas de cualquier país comunista.

Revolución de octubre

Tras la Revolución de octubre y la organización del antiguo imperio ruso como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) el ejército rojo pasó a convertirse en el ejército nacional, el más grande y uno de los más poderosos del mundo en la década de los cuarenta y hasta la desintegración del estado socialista ruso en 1991. Antes que el ejército rojo, existió la Guardia Roja provisional.

La incorporación a filas fue voluntaria en un principio, de acuerdo con los ideales comunistas, pero al cabo de unos meses se introdujo el reclutamiento obligatorio. Como resultado de la revolución bolchevique el Ejército Rojo no introdujo ningún saludo oficial y careció de una jerarquía definida hasta 1935; sin embargo, adquirió una estructura mucho más convencional en los años siguientes, en los que aumentaron las comodidades ofrecidas a los soldados y las pagas.

Antes de que se produjera la desintegración de la URSS en 1991 —lo que supuso la propia fragmentación de este cuerpo en los distintos ejércitos de los nuevos estados—, estas tropas tomaron parte en tres importantes conflictos bélicos: la Guerra Civil rusa (1918-1922), la II Guerra Mundial (1939-1945) y la Guerra de Afganistán (1979-1989).

El Ejército Rojo llegó a disponer de 12,5 millones de soldados situados en los frentes noroccidental, occidental y suroccidental cuando, durante la II Guerra Mundial, la lucha que tenía lugar entre la URSS gobernada por Iósiv Stalin y el III Reich dirigido por Adolf Hitler se encontraba en su punto más crítico.

Sufrió terribles pérdidas en 1942 durante las batallas decisivas de Moscú, Leningrado y Stalingrado, pero finalmente consiguió cambiar el rumbo de la guerra en favor de los aliados en la Batalla de Kursk (1943), la mayor batalla de la historia de la humanidad, en la que participaron directamente dos millones de soldados.

Cuando concluyó la II Guerra Mundial y comenzó la era nuclear, el Ejército Rojo pasó a ser una fuerza de vigilancia establecida en los estados del Pacto de Varsovia que se utilizó para aplastar las rebeliones contra los regímenes comunistas desatadas en Hungría en 1956 (Revolución húngara) y en Checoslovaquia en 1968 (primavera de Praga).

A lo largo de la década de 1970 se reforzó este cuerpo ante la posibilidad de tener que librar una guerra convencional en Europa y para proyectar el poder soviético sobre el mundo, como oposición al de Estados Unidos. Durante la década de 1980 comenzó la era de la perestroika bajo el mandato de Mijaíl Gorbachov, que puso fin a la Guerra Fría; por último, la retirada final del Ejército Rojo de Afganistán en 1989 asestó un golpe definitivo al sistema al que había apoyado fielmente durante siete décadas.

En 1922 se estableció la Unión Soviética, tres años después la mala situación financiera motivo la reducción del ejército a poco menos de medio millón de efectivos, una décima parte de los que había tenido durante la guerra civil.

Tras la muerte de Lenin y el exilio de Trotsky, Stalin sube al poder y firma pactos con Alemania, En esa época el Ejército Rojo tiene notables avances en cuanto a estrategias y teorías militares, fruto de su experiencia en las pasadas guerras, una de las cuales fue la teorías de las “operaciones profundas” contrapuesta a la guerra relámpago.

La aparición de nueva tecnología de guerra permitió la experimentación de estas teorías, que se vieron impulsadas. El desarrollo de aviones más potentes y de técnicas de blindaje dieron mejores armas al ejército soviético, fortaleciéndolo.

Stalin aprobó la utilización de la teoría de Operaciones Profundas , aprobación que determinó el desarrollo de la industria armamentista. En 1933, la Unión Soviética fabricaba 3.000 tanques al año Un año antes, el Ejército Rojo contaba con la primera gran unidad acorazada del mundo y adiestraba a unidades paracaidistas de élite.

El pujante Ejército Rojo, llegó al millón y medio de efectivos, Con el ascenso al poder del nazismo en Alemania, el Ejército Rojo suponía un rival de cuidado frente al ejército alemán, conocido como la Wehrmacht. Por obra de Stalin, esta situación se revirtió cuando ordena la gran purga contra el Ejército, ejecutando, enviando al Gulag y persiguiendo a más de 30 000 de las cabezas militares que estaban en franca oposición a su régimen o eran sospechosos de estarlo.

Segunda Guerra Mundial

La Segunda Guerra Mundial representó la consolidación del Ejército Rojo, propinándole al ejército alemán sus más duras derrotas. El Ejército Rojo fue el primero en entrar en Berlín y colocar la bandera roja en el antiguo edificio del Reichstag.

Tras esta guerra, se inició la llamada Guerra Fría, que dividió al mundo en dos polos contrapuestos: el capitalista y el comunista.

Rusia controló con mano férrea los territorios que quedaron bajo su control en Europa, utilizando al ejército para reprimir los levantamientos armados en contra de su hegemonía, así, invadió Hungría en 1956 y Checoslovaquia en 1968.

La última guerra en la que tomo parte fue la de Afganistán, entre 1980 y 1988. Tras la caída del socialismo en Rusia en los noventa, comenzó la disolución del Ejército Rojo pasando a convertirse en las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa.

Fuente: EcuRed

 

 

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