Nicolás II,
de la dinastía Romanov, el último zar. Se lo consideraba según
Tolstoi, hombre con extraordinaria severidad, como un débil
mental que intentaba parar la historia. Para otros era un hombre
bien intencionado, en cualquier caso carecía de educación
política.
Nicolás II
Familia Imperial rusa. De
izquierda a derecha:
Olga, María, Nicolás, Alejandra, Anastasia, Alexei y Tatiana
El proceso
revolucionario que se inicia en el Imperio zarista en 1905 y
culmina en octubre de 1917 constituye uno de lo fenómenos más
importantes del siglo XX. La transformación fue grandiosa. Un
Imperio mastodóntico, gobernado por un autócrata, se transformó
en república federal socialista; una sociedad de campesinos
empobrecidos se elevó a la condición de gran potencia
industrial.
Al
representar la primera experiencia de revolución social se
convirtió en el modelo de todos los revolucionarios de la
centuria: China, Cuba, bastantes países europeos y africanos
intentarían reproducir los pasos de los soviets rusos. Miles de
libros y varias generaciones de historiadores, politólogos,
economistas, sociólogos, ensayistas se han ocupado del gran
acontecimiento.
¿Fue el
cambio un accidente, un golpe de fortuna para unos
revolucionarios profesionales que aprovecharon las
circunstancias propicias de la Primera Guerra Mundial?
¿Se trató de
un proceso meticulosamente preparado?
¿O
simplemente debe ser considerado el resultado fatal de los
errores del zarismo, un sistema político que permanecía de
espaldas a los cambios del mundo?
El proceso
derivó en una dictadura, en el momento en que Stalin, a la
muerte de Lenin, se convirtió en el conductor supremo de la
Revolución.
¿Se trató de
una desviación del proceso? Así se había interpretado, y en
abono de esta hipótesis se recogían advertencias de Lenin acerca
de las tendencias autocráticas de Stalin. Pero no es un tema
definitivamente resuelto. Documentación publicada recientemente,
después de la apertura de los archivos soviéticos, muestra que
un similar designio dictatorial albergaba Lenin, aunque la
enfermedad no le permitiera materializarlo.
El Domingo sangriento y la Revolución de
1905
El fracasado
levantamiento que siguió a la guerra ruso-japonesa de 1905,
constituyó un pavoroso preludio de la Revolución de Octubre de
1917. Se inició el domingo 9 de enero, cuando unos 200.000
trabajadores rusos acudieron en manifestación ante el Palacio de
Invierno del zar, en San Petersburgo. Iban dirigidos por el
sacerdote Georgi Gapon y demandaban la formación de una asamblea
constituyente, la reducción de la jornada laboral a 8 horas y un
salario mínimo diario de un rublo para todos los trabajadores.
Los manifestantes estaban desarmados y marchaban ordenadamente,
cantando, portando iconos y entonando el himno «Dios salve al
zar». Pero un aluvión de huelgas había enrarecido el ambiente de
la ciudad, por lo que falanges de soldados y policías ordenaron
dispersarse a la multitud. Cuando los trabajadores se negaron,
las tropas abrieron fuego, matando posiblemente a 500
manifestantes e hiriendo a varios centenares más.
Lo sucedido,
que pasó a conocerse como el domingo sangriento, indignó a
Rusia. Millones de trabajadores se declararon en huelga y en
muchas ciudades brotaron consejos locales del pueblo (soviets).
La reacción del zar fue astuta y despiadada. Primero buscó el
apoyo popular de los soviets con las concesiones liberales de su
Manifiesto de Octubre; luego arrestó en masa al Soviet de San
Petersburgo y aplastó un levantamiento armado en Moscú. La
revolución de 1905 fue aniquilada, pero de sus heridas sin sanar
surgiría otra revolución más sangrienta 12 años después.
El fracaso
de la revolución de 1905 acentuó las diferencias existentes
desde 1903 entre los bolcheviques de Lenin y los mencheviques.
Los bolcheviques constituían mayoría, y Lenin consiguió imponer
dentro del partido su idea de impulsar las luchas de liberación
nacional, convirtiendo en guerra revolucionaria la guerra
imperialista, en contra de las tesis de la socialdemocracia
europea que prefería pactar y participar en los gobiernos
estatuidos.
Idea General de la Situación Antes de la
Revolución:
·En el siglo
XIX Europa Oriental (Turquía, Rusia, Austria) tenía un economía
netamente agraria con una relación laboral de tipo feudal.
·No había
industrias, por lo tanto la burguesía industrial casi no
existía.
·Los grandes
terratenientes dueños de extensas zonas de tierras fértiles
explotaban a los campesinos.
·
Políticamente Rusia era un imperio conducido por un zar, dueño
de un poder absoluto, con decisiones únicas sin
cuestionamientos.
·Los
campesinos que conformaban un 85% de la población vivían en
condiciones de extrema pobreza, al intenso frío se sumaba el
hambre y las pestes debido a su debilidad.
·
Los campesinos comenzaron a organizarse
para tratar de rebelarse contra este sistema injusto y opresor.
El gobierno ruso percibía esta inconformidad popular y decidió
iniciar una serie de reformas: a) Social: abolió la servidumbre
y b) Económico: permitió la entrada de capitales extranjeros
para la instalación de industrias, que en realidad fueron muy
pocos.(ver:
Abolición de la Servidumbre en Rusia)
·A pesar de
estas medidas las gente no mejoró su estándar de vida y siguió
pasando por las mismas penurias.
·Los
campesinos también recibieron el apoyo de una gran masa de
estudiantes y a partir de 1880 comenzaron a fortalecerse para
luchar contra el poder del zar Nicolás.
·Dentro de la
oposición había dos opiniones enfrentadas:
a) los que
deseaban un país capitalista como el resto de Europa
occidental, con tendencias liberales.
b) una
gran mayoría con una política de tipo socialista.(los
campesinos, obreros y soldados)
·En 1905
Rusia pierde la guerra con Japón, y el país se encuentra en una
situación de debilidad política, por lo tanto la oposición
aprovecha para crear una revuelta en San Petersburgo,
denunciando la incompetencia del monarca.
·Como medida
de reacción el zar reprime a los manifestantes y dispara en las
puertas del Palacio de Gobierno, matando a más de cien hombres y
mujeres. También se rebelan los marineros del acorazado Potemki.
De igual manera el zar acepta las quejas y acepta la creación de
una especia de parlamento, llamado Duna que debía trabajar en
combinación con el zar, pero cuando éste fue presionado
automáticamente la disolvió.
·De esta
manera las primeras reformas liberales fracasaron, pues el zar,
ni los nobles estaban dispuestos a ceder sus derechos y
privilegios.
·Además Rusia
había entrado en la primer Guerra Mundial y su economía estaba
estancada debido a los costos de la guerra y a que los hombres
debieron dejar sus tierras para alistarse como soldados.
·No había
comida, combustible, materia prima, etc.
Lenin, fue
el artífice de la revolución. Adaptó la tesis de Marx a la
realidad rusa, y organizó las bases del estado mayor. En abril
de 1917, Vladimir Ilyich Ulyanov, más conocido por su nombre
revolucionario, Lenin, llegó a Rusia de incógnito en un furgón
desde Finlandia. (Los alemanes le habían facilitado su paso por
Europa porque estaban interesados en aumentar el malestar
interno en Rusia.) El líder bolchevique llevaba tres demandas:
«¡El final de la guerra! ¡Toda la tierra para los campesinos!
¡Todo el poder para los soviets!». El zar había abandonado el
trono, víctima de su propio mal juicio. La nave del Estado se
inclinaba de modo peligroso bajo el liderazgo de Aleksandr
Kerensky, antiguo revolucionario, y su gobierno provisional se
tambaleaba. Lenin, cuyas esperanzas de revolución habían ido
disminuyendo durante la interminable guerra mundial, consideró
que era el momento de tomar el poder.
Las décadas
de incompetencia zarista ya habían hecho estragos en Rusia; la
Primera Guerra Mundial la destrozó completamente. En 1917, la
escasez de comida y la inflación de la época de guerra devoraba
los ingresos de los trabajadores de la ciudad (200.000 de ellos
salieron a las calles de Petrogrado en febrero para protestar).
Una milicia hambrienta y helada ofrecía una resistencia dudosa.
Cuando las huelgas y los disturbios llenaron la ciudad, Nicolás
abdicó y finalizó así la dinastía Romanov de tres siglos de
antigüedad.
Contexto Económico-Social De Esa Época:
El zar con
todo el poder político
Una elite de
terratenientes con todas sus tierras que explotaban a los
campesinos.
Un burguesía
industrial sumamente débil.
Pocos obreros
y no agremiados.
Algunos
campesinos ricos, con algo de tierras, los kulaks.
Muchos
soldados muy descontentos y sin trabajo.
Los más
perjudicados eran:
Los
campesinos explotados
Los soldados
sin trabajo
Los obreros
con sueldos de miseria.
Los tres grupos
se organizaron formando soviets, los soviets de soldados, los de
campesinos y los de obreros, y se organizaron en toda la nación
para crear lo que fue la primera revolución socialista del
mundo, en 1917.
Luego de la
revolución el zar abdicó y nuevamente las ideas liberales
tomaron fuerza, se creo el gobierno de la Duma, formada por
demócratas, socialistas, revolucionarios, y trataron de
implementar medidas políticas como la división de poderes, la
soberanía popular, libertad religiosa y de prensa, etc., pero no
se logró ejercer el poder de manera efectiva, además el
parlamento decidió continuar la guerra mundial, medida que le
generó un hondo y popular rechazo.
Ahora los
soviets, dirigidos por Lenin, que estaba exiliado, forman el
partido bolcheviques y inculcándoles la idea de que “todo el
poder es para los soviets” ó “pan, tierras y trabajo” se rebelan
tomando el Palacio de Invierno, asumiendo a partir de este
momento todo el poder, y se formó el Consejo de Comisarios del
Pueblo, dirigidos por Lenin y comenzaron a dar respuesta a la
gente que tan miserablemente vivía.
Por decreto
se puso en manos de campesinos la tierra de los
terratenientes.
Los dueños de
las fábricas mantuvieron su propiedad pero la producción fue
manejada y controlado por los obreros.
Se negoció la
guerra y se puso fin a las acciones bélicas, perdiendo gran
parte de territorio ruso frente a Alemania, que al finalizar
la guerra debió devolver estas zonas.
El nuevo
gobierno estaría formado por obreros y campesinos.
A partir de
este momento se comenzaría a formar el estado socialista.
Para este
camino había dos vías una establecer usa serie de medidas duras
que produzcan los cambios necesarios para llegar al régimen
socialista o bien aplicar medidas mas moderadas pero con el
tiempo llegarían a la construcción definitiva de las ideas
marxistas. Lenin era partidario de esta última opción y ese fue
el camino seguido.
Se
nacionalizaron los bancos, el transporte como los ferrocarriles
y barcos, y las grandes empresas. También se repudió la deuda
externa nacional. Inicialmente convivían dos sistemas uno que
permitía la propiedad privada de algunos bienes y otra que los
nacionalizaba.
Diez días
que estremecieron al mundo
El periodista
norteamericano John Reed fue testigo de la revolución. Así
describió el primer discurso de Lenin luego del triunfo: “Eran
exactamente las 8.40 del 26 de octubre cuando una atronadora ola
de aplausos anunció la entrada de Lenin.[…] Estaba de pie,
agarrado a los bordes de la tribuna, recorriendo con los ojos
entornados la masa de los delegados y esperaba, sin reparar en
la creciente ovación que duró varios minutos. Cuando ésta cesó,
dijo breve y simplemente: ‘Ha llegado el momento de emprender la
construcción del socialismo’. Nuevo estallido atronador de la
tempestad humana, lo primero que debemos hacer es adoptar
medidas prácticas para realizar la paz. Debemos ofrecer la paz a
los pueblos de todos los países beligerantes en las condiciones
soviéticas, sin anexiones, sin contribuciones. […] La Revolución
de Octubre inicia la era de la Revolución Socialista. El
movimiento obrero, en nombre de la paz y el socialismo alcanzará
la victoria y cumplirá su misión.'[…] Un impulso inesperado y
espontáneo nos levantó a todos y nuestra unanimidad se tradujo
en los acordes armoniosos y emocionantes de La Internacional. Un
soldado viejo y canoso lloraba como un niño. El potente himno
inundó la sala, atravesó ventanas y puertas y voló al cielo
sereno.”
Los 10 Días
Que Estremecieron Al Mundo
Esta revolución
socialista, asombró y asustó al mundo occidental, de orientación
capitalista por lo que diversos países como Inglaterra y
Francia, apoyaron al ejército blanco, comandado por generales
zaristas, para que se rebelen contra el nuevo régimen, evitando
de esta manera que el socialismo se expanda hacia el occidente
poniendo en peligro al capitalismo.
El ejército
blanco estaba apoyado por la burguesía industrial y los
terratenientes, que fueron los perjudicados de este sistema, por
otro lado Trosky segundo de Lenin organizó el ejército rojo
apoyado por el resto del país y logró conformar un ejército de
mas de 3.000.000 de soldados en poco tiempo y le dio la victoria
definitiva a los bolcheviques. Murieron 7.000.000 de ciudadanos
en esta guerra civil que duró 3 años. Se impuso el régimen de
Partido Único, el bolchevique, que comenzó a llamarse comunista,
y la prohibió la disidencia interna en el partido.
El gobierno
ruso nacionalizó todas las empresas con el correr del tiempo y
obligó a los campesino a entregar el excedente de su producción
agrícola, es decir, se confiscaban los granos, de esta manera
lograba asegurar el pan a toda la población rusa durante la
guerra civil. La producción cayó notablemente ya que los
campesinos se negaron a producir de más, sólo se dedicaron a
producir lo que consumían. A estas medidas se las conocen
como Comunismo de Guerra.
Terminada la
guerra civil como el país se encontraba en una difícil situación
económica y parecía que se volvería a repetir la historia
zarista, Lenin aplica unas leyes conocidas como en Nueva
Política Económica (NEP) y trata de recomponer la economía.
Para ello:
Suspende la
confiscación de granos.
Permite la
venta de los excedentes de producción.
Cobra un
nuevo impuesto en relación de la riqueza de cada campesino
Permite que
cualquier ciudadano instale una pequeña empresa, ya que las
grandes siguen en manos del estado.
En pocos años
la economía se recupera y algunos campesinos como los kulaks
dueños de tierras extensas se enriquecen. Algunos conductores
del socialismo no aceptan estas diferencias y dicen que estas
medidas del NEP eran de tipo capitalista y atrasan la
construcción del socialismo, uno de ellos es Trosky.
En 1922 Lenin
tiene un ataque de apoplejía lo que lo obliga a abandonar el
poder, y comienza una interna entre algunos conductores para
reemplazarlo, se crea un triunvirato formado por Stalin Kamanev
y Zinovied, y Trosky es exiliado en México, asesinado mas tarde
por orden de Stalin. (Lenin escribió en su testamento sobre
Stalin, y aduce que este hombre no es muy confiable como
continuador del régimen comunista, debido a su carácter
intolerante, cruel y violento, y creía necesario que sea
sustituido por alguien mas leal, afable y atento)
Stalin
cambia el rumbo de la economía
Como el precio
del grano bajó los campesinos especularon y retuvieron los
granos, generando una situación de desabastecimiento nacional.
Stalin no de acuerdo con esto abandona el NEP y cambia el rumbo
de la economía.
Expropió las
tierras a los kulaks, los cuales eran considerados enemigos del
socialismo y fueron exterminados , por otra parte, organizó a
los campesinos en granjas. Para acelerar este proceso de
colectivización les prometió tecnología agropecuaria y en solo 6
años todas las tierras se colectivizan. Por otro lado se
planifica minuciosamente el desarrollo industrial y se propone
triplicar la producción de maquinas pesadas, quintuplicar la
energía eléctrica y aumentar considerablemente la superficie
cultivada. Sabía que esta es la única manera de hacer funcionar
el socialismo.
Como
instrumento de fuerza para controlar y dominar al pueblo, Stalin
se apoyó en su Ejercito Rojo e instaló los gulasg, especies de
campos de concentración donde eran encarcelados y condenados a
trabajos de fuerzas a todos aquellos opositores.
Todas estas
medidas, se estipularon en el plan quinquenal, que tuvo un éxito
único, pero que costó el sacrificio y vida de millones de rusos.
Todos los disidentes fueron perseguidos, encerrados o
asesinados, cerca de 3.000.000 de habitantes. No había familia
numerosa que tenga al menos un hijo muerto o encarcelado por el
sistema político.
Stalin gobernó
desde 1927 hasta 1953, y consolidó un régimen sumamente duro y
autoritario, no toleró ningún tipo de oposición hacia el
oficialismo. En 1933 comienza una serie de purgas contra todo
sospechoso de oposición, acusándolos de antisovieticos, elimina
así a millones de ciudadanos rusos, incluyendo en ellos a
revolucionarios de 1917, como sus compañeros del triunvirato,
Kamamev y Zinoviev. Stalin deseaba consolidar el comunismo en
Rusia, y mas tarde extenderlo al resto del mundo, conocido esto
como Socialismo en un solo país. Para otros era necesario cuanto
antes traspasar las fronteras con estas ideas socialistas.
Stalin obligó
un culto nacional a su imagen. Con esta política de miedo
popular Stalin pudo concentrar todo el poder político de Rusia,
que acompañado de otros dirigentes, se adueñaron de todos los
organismos e instituciones del control estatal, y además
ocuparon importantes cargos que les permitió enriquecerse y se
fueron separando del resto de la población.
La
consolidación de este régimen estalinista hizo que aquellos
revolucionarios de 1917 con tendencias liberales y democráticas
abandonen definitivamente su lucha en pos de lograr imponer
políticamente sus propósitos.
La
Destalinización
La
desestalinización empezó apenas éste
murió. Primero se anunció que no existió una conjura de sus
médicos. En junio 1953 fue arrestado Beria, jefe de la KGB, el
servicio secreto ruso, que era temido de todos. Beria fue
ejecutado. El que usó con mas éxito la desestanilización fue
Nikita Khrushchev, nuevo secretario
del partido. En 1956 denunció en un discurso las aberraciones de
Stalin y liberó a millones de prisioneros de los campos de
trabajos forzados.
La oligarquía del partido que hizo dimitir
a Krushchev puso en su lugar a
Leonidad Brehnev. Este, que entró con
toda suavidad, logró eliminar de sus puestos a sus opositores e
iniciar un mini culto personal hacia mitades de los años 1970.
El comienzo de
la distensión: Los fines de Breznev eran obtener una
regularización de las relaciones con occidente y obtener así los
beneficios del comercio mundial pero sin relajar la sociedad
comunista hasta un punto tal de perder el control social o
económico. La Unión Soviética preocupó a occidente por sus
movimientos en el tercer mundo pero el resultado que hoy vemos
de ello es una marginalización del comunismo en las estructuras
políticas y económicas globales. Después que Breznev murió, en
1982, tuvo dos sucesores que duraron un año cada uno y luego
vino en primavera 1985 un hombre joven con un programa de
grandes cambios.
La perestroika de Mijaíl
Gorbachov
La idea de la
reestructuración de Gorbachov era mantener una doctrina
comunista con una estructura económica similar al capitalismo.
Ciertos partidos socialistas de Europa ya habían dado ejemplos
al respecto. Con su Glasnost (clarividencia) además buscaba
hacer un país lógico de una retórico.
La tarea
necesitaba mucha valentía, porque se adentraba en situaciones
políticas y económicas de menor estabilidad que él y Rusia
supieron sobrellevar. Las reformas de Gorbachov fueron
resistidas por el partido comunista que trató de tomar el poder
(agosto 1991) pero no pudieron destituir a Boris Yeltsin y el
gobierno federativo Ruso. El partido fue declarado fuera de la
ley.
En diciembre,
los líderes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia declararon que una
Unión de Estados Independientes reemplazarían la URSS. Gorbachov
dimitió hacia fines de año. Ahí terminaron los 74 años de la
URSS. Pero Rusia y sus aliados siguen en la confederación y
Boris Yeltsin renunció como presidente en diciembre de 1999. Sin
él las transformaciones hacia el capitalismo no hubiesen seguido
en Rusia.
Hacia fines de
marzo 2000, Vladimir Putin, que había sido primer ministro de
Yeltsin, fue elegido presidente con mayoría de votos contra el
candidato del partido comunista. Putin, en una alocución
prometió luchar contra la corrupción con la ayuda de sus ex
camaradas de la antigua KGB.
Cronología
1917 – febrero
Manifestación por conmemoración del día de la mujer obrera
1917 – febrero – julio
Modelo burgués de revolución con asamblea constitucional
1917 – abril
Lenin llega a Rusia desde Alemania
1917 – julio
Gobierno de Kerensky
1917- julio – octubre
Levantamientos de bolcheviques y zaristas
1917 – octubre
Revolución bolchevique, congreso de los soviets. Toma del
palacio de invierno
1917 – diciembre
Firma de la paz de Brest Litovsk. Rusia pierde Ucrania,
Estonia, Letonia, Lituania
1918 – 1921
Guerra civil
1919
Creación de la III internacional Komintern
1918 – 1919
Intento revolucionario
1919 – 1923
Primeros congresos de la Internacional comunista. Su auge.
1929
Crisis económica mundial
1939
2º guerra mundial
1943
Stalin decreta la abolición de la Komintern
1944
Stalin decreta la disolución del partido comunista de EE.UU.
Fue un
político, revolucionario, teórico político y comunista
ruso. Líder del sector bolchevique del Partido Obrero
Socialdemócrata de Rusia, se convirtió en el principal
dirigente de la Revolución de Octubre de 1917. En 1917 fue
nombrado presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo (Sovnarkom),
convirtiéndose en el primer y máximo dirigente de la Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1922.
Políticamente marxista, sus contribuciones al pensamiento
marxista reciben el nombre de leninismo.
Militó
desde su juventud en la izquierda política revolucionaria.
Durante sus estudios universitarios fue arrestado y
exiliado durante tres años en Siberia. Luego huyó a varios
países de Europa occidental, y llegó a convertirse en un
destacado teórico del partido. En 1903 tuvo un papel clave
en el cisma vivido por el POSDR, erigiéndose en líder de
la facción bolchevique, en contraposición a la facción
menchevique liderada por Yuli Mártov. Regresó a Rusia
durante un breve periodo de tiempo con motivo de la
Revolución de 1905. En 1914, con el estallido de la
Primera Guerra Mundial, empezó a hacer campaña para
transformar la guerra en Europa en una revolución de todo
el proletariado.
Lenin
delante del teatro Bolshói, arengando a las tropas
dispuestas para partir al frente polaco, 5 de mayo de
1920. Su Gobierno tuvo que enfrentarse a una variada
serie de enemigos de manera casi ininterrumpida desde
1918 hasta 1920. A la derecha de la imagen puede verse
a Leon Trotski.
Fue el
principal dirigente bolchevique de la Revolución de
Octubre de 1917. Ya en el poder, Lenin procedió a aplicar
distintas reformas que incluían la transferencia al Estado
o a los trabajadores soviéticos del control de propiedades
y tierras en manos de la aristocracia, la antigua corona o
terratenientes. Frente a la amenaza de una invasión por
parte del Imperio alemán, firmó un tratado de paz que
llevó a la salida de Rusia de la Primera Guerra Mundial.
En 1921, el gobierno de Lenin instauró la Nueva Política
Económica, que combinaba elementos socialistas y
capitalistas y que inició el proceso de industrialización
y recuperación del país tras la guerra civil rusa, un duro
conflicto que incluyó la participación de diez naciones
extranjeras contra el nuevo Estado soviético.
Después
de su muerte, el leninismo dio lugar a diversas escuelas
de pensamiento, entre las que se pueden citar el
marxismo-leninismo y el trotskismo, de y Trotski
respectivamente, que lucharon por el poder en la URSS,
ambos declarándose seguidores más fieles de Marx y Lenin
que el otro. El comunismo se convirtió en una ideología
que contó durante el siglo XX con cientos de millones de
seguidores a nivel mundial y cuyos planteamientos fueron
puestos en práctica por numerosos países, compitiendo por
la supremacía global con el sistema capitalista. Lenin
continúa siendo una figura altamente controvertida. Sus
detractores lo etiquetan como un dictador cuyo gobierno
fue responsable de múltiples violaciones de los derechos
humanos, mientras que sus seguidores lo describen como una
de las personas que más ha hecho por la obtención de
mejores condiciones laborales y de vida para la clase
obrera. Lenin tuvo una influencia muy significativa dentro
del movimiento comunista internacional y es considerado
una de las figuras más destacadas e influyentes, a la vez
que controvertidas, del siglo XX.
Lev Trotski
Lev Davídovich
Bronstein, más conocido como León Trotski, fue un político y
revolucionario ruso de origen judío.
Aunque
inicialmente simpatizó con los mencheviques y tuvo disputas
ideológicas y personales con el líder bolchevique, Vladímir
Lenin, Trotski fue uno de los organizadores clave de la
Revolución de Octubre, que permitió a los tomar el poder en
noviembre de 1917 en Rusia. Durante la guerra civil
subsiguiente, desempeñó el cargo de comisario de asuntos
militares.
Negoció la
retirada de Rusia de la Primera Guerra Mundial mediante la Paz
de Brest-Litovsk. Tuvo a su cargo la creación del Ejército Rojo
que consolidaría definitivamente los logros revolucionarios
venciendo a catorce ejércitos extranjeros y a los ejércitos
blancos contrarrevolucionarios durante la guerra civil rusa; fue
condecorado con la Orden de la Bandera Roja.
Llegada a
Petrogrado en mayo de 1917. Cada vez más cercano al partido
bolchevique, ingresó en él formalmente durante el verano
Posteriormente,
se enfrentó política e ideológicamente a Iósif Stalin, liderando
la oposición de izquierda, lo que le causó el exilio y posterior
asesinato. Tras su exilio de la Unión Soviética, fue el líder de
un movimiento internacional de izquierda revolucionaria
identificado con el nombre de trotskismo y caracterizado por la
idea de la «revolución permanente».
En 1938 fundó
la Cuarta Internacional.
Murió asesinado
en México por Ramón Mercader, un agente español de la NKVD
soviética.
Iósif Stalin
Fue
un dictador soviético, presidente del Consejo de Ministros de la
Unión Soviética entre 1941 y 1953.
Estuvo entre
los bolcheviques revolucionarios que impulsaron la Revolución de
Octubre en Rusia en 1917 y más tarde ocupó la posición de
secretario general del Comité Central del Partido Comunista de
la Unión Soviética desde 1922 hasta que el cargo fue formalmente
suprimido en 1952, poco antes de su muerte. Mientras que el
cargo de secretario general era oficialmente electivo y no se lo
consideraba como la máxima posición dentro del Estado soviético,
Stalin logró utilizarlo para acaparar cada vez más poder en sus
manos tras la muerte de Lenin en 1924 y para sofocar
gradualmente a todos los grupos opositores dentro del Partido
Comunista. Esto incluyó a León Trotski, un teórico socialista y
el principal crítico de Stalin entre los primeros líderes
soviéticos, que fue desterrado de la Unión Soviética en 1929. En
tanto que Trotski fue un exponente de la revolución mundial, fue
el concepto de Stalin de socialismo en un solo país el que se
convirtió en principal enfoque de la política soviética.
Antes de la
revolución de 1917, Stalin desempeñó un papel activo en la
lucha contra el gobierno zarista. Aquí se lo muestra en una
ficha de la policía de Petrogrado
En 1928, Stalin
reemplazó la Nueva Política Económica de la década de 1920 por
una economía planificada muy centralizada y por planes
quinquenales que iniciaron un período de rápida
industrialización y de colectivización económica en el campo.
Como resultado, la Unión pasó de ser una sociedad
mayoritariamente agraria a una gran potencia industrial, siendo
ésta la base de su aparición como segunda mayor economía del
mundo después de la Segunda Guerra Mundial. Como resultado de
los rápidos cambios económicos, sociales y políticos de la época
estalinista, millones de personas fueron enviadas a campos de
trabajo como castigo, y millones fueron deportadas y exiliadas a
zonas remotas de la Unión Soviética. La agitación inicial en el
sector agrícola interrumpió la producción de alimentos en la
década de 1930 y contribuyó a la catastrófica hambruna soviética
de 1932-1933. En 1937, una campaña contra supuestos enemigos de
su gobierno culminó en la Gran Purga, un período de represión
masiva en el que cientos de miles de personas fueron ejecutadas,
e incluso fueron condenados líderes del Ejército Rojo acusados
de participar en complots para derrocar el gobierno soviético.
En agosto de
1939, tras el fracaso para establecer una alianza
anglo-franco-soviética, la URSS de Stalin firmó un pacto de no
agresión con la Alemania nazi que dividió sus esferas de
influencia en Europa oriental. Este pacto permitió que la Unión
Soviética recuperase algunos de los antiguos territorios del
Imperio ruso con la invasión soviética de Polonia de 1939, la
Guerra de Invierno en Finlandia, y la ocupación de las
Repúblicas bálticas, de Besarabia y de Bucovina del Norte
durante la Segunda Guerra Mundial. Pero después de que Alemania
violara el pacto al invadir la Unión Soviética con la Operación
Barbarroja en 1941, se abrió un Frente Oriental y la Unión
Soviética se unió a los Aliados. A pesar de grandes pérdidas
humanas y territoriales en el período inicial de la guerra, la
Unión Soviética logró detener el avance del Eje en la batalla de
Moscú y la batalla de Stalingrado. Finalmente, el Ejército Rojo
avanzó a través de Europa en 1944-45 y capturó la capital del
Tercer Reich tras la batalla de Berlín en mayo de 1945. Habiendo
jugado el papel decisivo en la victoria aliada, la URSS surgió
como una superpotencia reconocida después de la guerra.
Los tres
líderes aliados: Stalin, Franklin D. Roosevelt y Winston
Churchill reunidos en la Conferencia de Teherán
Stalin encabezó
las delegaciones soviéticas en las conferencias de Yalta y
Potsdam, en las que se trazó el mapa de la Europa de posguerra.
En los Estados satélites del Bloque del Este se instalaron
gobiernos de izquierda leales a la Unión Soviética. En esa época
la URSS había entrado en una lucha por el dominio global,
conocida como la Guerra Fría, con los Estados Unidos. En Asia,
estableció buenas relaciones con Mao Zedong en China y Kim Il-sung
en Corea del Norte y de diversas maneras, la Unión Soviética de
la era estalinista sirvió como modelo para la recién formada
República Popular de China y República Popular Democrática de
Corea.
Al mantenerse
en el poder hasta su muerte en 1953, Stalin dirigió la URSS
durante el período de reconstrucción de la posguerra, marcado
por el predominio de la arquitectura estalinista. El desarrollo
exitoso del programa nuclear soviético permitió que el país se
convirtiese en la segunda potencia mundial en armas nucleares.
También se inició el programa espacial soviético. En sus últimos
años, Stalin lanzó los denominados Grandes Proyectos de
Construcción del Comunismo y el Gran Plan para la Transformación
de la Naturaleza.
Tras su muerte,
Stalin y su régimen han sido condenados en numerosas ocasiones.
La más significativa de estas condenas se dio durante el XX
Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética en 1956,
cuando su sucesor, Nikita Jrushchov, denunció su legado en una
famosa intervención con la que se inició un proceso de
desestalinización de la URSS. Las visiones modernas de Stalin en
la Federación de Rusia siguen siendo mixtas, con algunas
personas viéndolo como un tirano y otras como un líder capaz.
Fue nominado al Premio Nobel de la Paz de 1945 y 1948.
Los Soviets en la
Revolución Rusa
Sería imposible
comprender la revolución rusa sin tener en cuenta el fundamental
papel de los soviets, una de las más grandes aportaciones que
hizo a la historia revolucionaria. Con los Soviets nacían las
nuevas instituciones de democracia obrera, a través de las
cuales las masas podían aspirar a ver realizados sus anhelos
revolucionarios, y serían también el embrión del estado
socialista soviético, las bases sobre las que se apoyarían los
bolcheviques en la insurrección de Octubre y la posterior guerra
civil.
Y sin embargo,
por fundamental que fuera su papel, los soviets no serían una
creación de lo más avanzado del proletariado, de la vanguardia
constituida en el Partido Obrero Socialdemócrata bolchevique
Ruso (el POSD(b)R, también conocidos como bolcheviques), ni de
algunos de los líderes más brillantes de la historia comunista
como era el caso de Lenin, sino que fueron fruto de la
creatividad espontánea de las amplias masas obreras
revolucionarias de un país atrasado y eminentemente campesino
como era la Rusia zarista.
Nacimiento de
los Soviets
La Rusia
atrasada, bajo la influencia de una serie de factores históricos
completamente originales, dio al mundo el primer ejemplo, no
sólo de un salto brusco de la actividad espontánea en época de
revolución de las masas oprimidas (cosa que ocurrió en todas las
grandes revoluciones), sino también de la significación de un
proletariado que desempeñaba un papel infinitamente superior a
su importancia numérica en la población; mostró por vez primera
la combinación de la huelga económica y la huelga política, con
la transformación de ésta en insurrección armada, el nacimiento
de una nueva forma de lucha de masas y organización de las masas
de las clases oprimidas por el capitalismo, los Soviets.
Lenin. “La
enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”.
Los Soviets
aparecen en la historia por primera vez en 1905, en el marco de
una insurrección espontánea de soldados, obreros y campesinos, a
partir de una huelga política en San Petersburgo (después
denominada Petrogrado, durante la era socialista Leningrado, y
tras el triunfo definitivo de la reacción capitalista de nuevo
San Petersburgo) que deviene en insurrección de las masas y
sublevación de numerosos regimientos de soldados. En ese vacío
de poder consecuencia del rápido colapso del estado zarista, las
masas se organizan en los soviets de diputados obreros y
soldados, donde eligen a sus representantes, siempre revocables,
para que administren todas las esferas del poder estatal y
económico.
Sin embargo, el
contexto en que nacen de forma espontánea sólo puede ser
calificado de particular; mientras el Estado ruso permanece bajo
la forma de una monarquía absoluta y autocrática, sustentada por
la vieja aristocracia, y obligada a emprender la “modernización”
e industrialización del país por sus aspiraciones como potencia
imperialista y la competencia de las potencias vecinas, en la
sociedad rusa esta industrialización a marchas forzadas provoca
el surgimiento de importantes contradicciones sociales, con una
burguesía urbana que no ve satisfechas sus demandas
democrático-burguesas en el zarismo, y una clase obrera joven,
apenas sindicada y con escaso peso de la aristocracia obrera,
pero imbuida de una ideología marxista madura y notablemente
desarrollada en los países capitalistas de Europa Occidental.
En este
contexto, las tensiones a las que se ven sometidas las clases
sociales rusas como consecuencia de las guerras imperialistas,
terminan de agudizar la tensión existente entre una sociedad
protocapitalista y un Estado autocrático y semifeudal. Así es
como la humillante derrota recibida en la guerra ruso-japonesa
de 1905, prende la mecha insurreccional, que en pocas semanas se
extiende por las principales ciudades de Rusia. Los campesinos
se rebelan contra los terratenientes, las masas obreras
transforman las reivindicaciones laborales en una huelga
revolucionaria política, y los soldados, en su mayoría
campesinos, se amotinan contra sus oficiales y se unen a los
obreros en las calles al son de la Marsellesa. Así debe sonar
toda revolución burguesa; salvo que en este caso, la burguesía
rusa no tiene la fuerza ni la voluntad política para tomar las
riendas de una insurrección que le coge a desmano mientras hacía
malabarismos para salvar la monarquía zarista bajo una nueva
fachada “constitucional”.
“... la
humanidad no conoció hasta 1905 lo inmensa, lo grandiosa que
puede ser y será la tensión de fuerzas del proletariado cuando
se trata de luchar por objetivos verdaderamente grandes, de
luchar de un modo verdaderamente revolucionario. (...). Delante
iban los mejores elementos de la clase obrera, arrastrando tras
de sí a los vacilantes, despertando a los dormidos y animando a
los débiles. (...). Gracias a esta lucha, un nuevo espíritu
agitó al pueblo ruso en su conjunto. Y sólo entonces fue cuando
la Rusia feudal, sumida en un sueño letárgico, la Rusia
patriarcal, piadosa y sumisa, se despidió del viejo Adán; sólo
entonces tuvo el pueblo ruso una educación verdaderamente
democrática, verdaderamente revolucionaria.
Lenin, “Informe
sobre la revolución de 1905”
No era la
primera vez en la historia que las masas populares armadas
interpretaban un papel protagonista en el curso de una
revolución burguesa; en 1789 sería la “chusma parisina”, los
sans culottes, quienes armados asaltarán la Bastilla y tomarán
el Palacio de las Tullerías. Sin embargo, las masas parisinas
carecen de la conciencia de clase que sí estaba ya presente en
el proletariado ruso; la clase obrera no ha alcanzado su
madurez, y fluctúa entre las reminiscencias reaccionarias de
artesanos y campesinos feudales, y la radicalidad democrática de
la incipiente pequeña burguesía urbana. Por ello, aunque hasta
1795 no dejan de presionar a las distintas asambleas
parlamentarias burguesas que surgen al calor de la revolución
para ver satisfechas sus reivindicaciones, en ese momento
histórico era imposible que dichas masas desclasadas pudiesen
crear de forma espontánea sus propias instituciones, su propio
poder en competencia con el recién nacido estado de la
burguesía.
En 1905, las
condiciones subjetivas del proletariado ruso, sí posibilitan el
nacimiento de los Soviets, del poder proletario, durante el
vacío causado por una revolución democrática pendiente. Así lo
certifica Lenin, cuando apenas conoce la noticia desde el exilio
escribe:“El Soviet de diputados obreros ha nacido de
una huelga general, con motivo de la huelga y para propiciar los
fines de la huelga. ¿Quién ha sostenido y ha terminado
victoriosamente dicha huelga? Todo el proletariado, dentro del
cual se cuentan, por fortuna en minoría, los que no son
socialdemócratas. ¿Qué fines perseguía la huelga? Económicos y
políticos, al mismo tiempo…”
Lenin.
“Nuestras tareas y el soviet de diputados obreros.”
Ante los
Soviets, la postura de algunos bolcheviques fue dubitativa en un
principio, entre aquellos que rechazaban los soviets y pensaban
que toda organización obrera revolucionaria debía estar dentro
de los márgenes del Partido, y aquellos que abogaban por la
participación en ellos de los revolucionarios. Sin embargo Lenin
aprecia desde el principio, en 1905, la importancia histórica de
esta nueva institución, pese a que las masas “soviéticas”
abracen como referente a los oportunistas mencheviques. Por
ello, Lenin llama a sus camaradas a “aprovechar la lucha
conjunta con los camaradas proletarios, sin establecer
diferencias por sus ideas, para predicar sin descanso y con
firmeza el marxismo, la única concepción del mundo
verdaderamente consecuente y verdaderamente proletaria.
“Cada paso de
la lucha proletaria indisolublemente unido a nuestra actividad
planificada y organizada de socialdemócratas, acercará cada vez
más las masas de la clase obrera rusa a la socialdemocracia”.
Lenin.
“Nuestras tareas y el soviet de diputados obreros”.
Fracasada la
insurrección de 1905 gracias a la dubitativa postura de los
oportunistas “socialdemócratas”, a la conciliación con los
zaristas de los liberal-conservadores, y la inmadurez política
de la clase obrera, los revolucionarios se enfrentarían a una
oleada represiva que arrastraría a muchos al exilio, la cárcel o
la horca. Sin embargo, la esperanzadora experiencia de su
participación en los soviets quedaría como un recuerdo
imborrable para las masas obreras rusas, y en el tiempo
transcurrido entre 1905 y la insurrección de Febrero de 1917
este recuerdo no dejaría de alimentarse e idealizarse,
manteniendo la llama revolucionaria en un proletariado al que le
había bastado con apenas saborear las mieles de su dictadura de
clase y del socialismo para anhelarlo con toda su fuerza.
¿Qué son los Soviets?
"Los Soviets --
decía Lenin ya en septiembre de 1917 -- son un nuevo aparato de
Estado que, en primer lugar, proporciona la fuerza armada de los
obreros y de los campesinos, fuerza que no está, como lo estaba
la del viejo ejército permanente, apartada del pueblo, sino
ligada a él del modo más estrecho; en el sentido militar, esta
fuerza es incomparablemente más poderosa que las anteriores; en
el sentido revolucionario, no puede ser remplazada por ninguna
otra. En segundo lugar, este aparato proporciona una ligazón tan
estrecha e indisoluble con las masas, con la mayoría del pueblo,
una ligazón tan fácil de controlar y renovar, que en el aparato
del Estado anterior no hay nada que se le parezca. En tercer
lugar, este aparato, por ser elegibles y revocables a voluntad
del pueblo, sin formalidades burocráticas, los hombres que lo
integran, es mucho más democrático que los aparatos anteriores.
En cuarto lugar, este aparato proporciona una sólida ligazón con
las profesiones más diversas, facilitando de este modo, sin
burocracia, las más distintas y más profundas reformas. En
quinto lugar, proporciona una forma de organización de la
vanguardia, es decir, de la parte más consciente, más enérgica y
más avanzada de las clases oprimidas, de los obreros y de los
campesinos, constituyendo, de este modo, un aparato por medio
del cual la vanguardia de las clases oprimidas puede elevar,
educar, instruir y guiar a toda la gigantesca masa de estas
clases, que hasta hoy permanecía completamente al margen de la
vida política, al margen de la historia. En sexto lugar,
proporciona la posibilidad de conjugar las ventajas del
parlamentarismo con las ventajas de la democracia inmediata y
directa, es decir, reúne en la persona de los representantes
elegidos por el pueblo la función legislativa y la ejecutiva.
Comparado con el parlamentarismo burgués, es un avance de
trascendencia histórica mundial en el desarrollo de la
democracia.
Sin la
iniciativa creadora popular de las clases revolucionarias no
hubiera organizado los Soviets, la revolución proletaria en
Rusia se vería condenada al fracaso, pues, con el viejo aparato,
el proletariado no habría podido, indudablemente, mantenerse en
el Poder. En cuanto al nuevo aparato, es imposible crearlo de
golpe" (Lenin v. t. XXI, págs. 258-259).
Citado por J.
V. Stalin. “La Revolución de Octubre y la táctica de los
comunistas rusos”.
Con estas
precisas palabras resumía Lenin “qué eran los soviets”, el
germen de la dictadura del proletariado, la organización para la
conquista y gestión democrática del poder ejecutivo y
legislativo de las masas armadas bajo la vanguardia proletaria,
y concienciadas a través de su práctica revolucionaria directa.
Y cabe destacar que en este texto hable de “crear el nuevo
aparato” del Estado Socialista, mientras que en otros textos
sitúe su nacimiento espontáneo (según la experiencia
revolucionaria rusa, pero que sin embargo no se repitió en
ningún otro país).
El embrión de
la República Socialista Soviética, coexistiendo tanto en 1905
(con la monarquía zarista) como en 1917 (con el Gobierno
Provisional) con un poder paralelo
Coexistencia “pacífica” del poder burgués y el poder proletario
Explicar a las
masas que los Soviets de diputados obreros son la única forma
posible de gobierno revolucionario y que, por ello, mientras
este Gobierno se someta a la influencia de la burguesía, nuestra
misión sólo puede consistir en explicar los errores de su
táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado
especialmente a las necesidades prácticas de las masas.
Lenin. “Las
tareas del proletariado en la presente revolución”
En el vacío de
poder que sigue a la caída del régimen zarista en 1917, surge
una dualidad de poderes; el poder obrero y campesino de los
Soviets, y el poder burgués del Comité de la Duma de Estado, el
embrión del parlamento y la democracia burguesa. Ambos poderes
compiten en un primer momento por controlar a la fuerza armada,
a los soldados sublevados. Los bolcheviques apuestan desde el
principio por los soviets, mientras que los oportunistas
mencheviques y social-revolucionarios, aún con mayoría en los
propios soviets y amplio apoyo en las masas, pretenden crear una
caricatura de soviets que solo sirva como sostén del parlamento
burgués y refuerzo de sus reivindicaciones en el mismo. Por
ello, desde los propios soviets en los que tenían la mayoría,
llamaban al pueblo a apoyar al gobierno provisional compuesto
por miembros de los partidos de la burguesía y la pequeña
burguesía, lo que en la práctica significaba una traición a la
voluntad revolucionaria de las masas obreras, y una negación de
la independencia política del proletariado. Su pretensión era
conciliar los intereses de la pequeña burguesía, el campesinado
y la clase obrera con los de la gran burguesía con la excusa de
que la sociedad rusa “no estaba lo bastante desarrollada para la
revolución socialista” y asumiendo que solo la burguesía podía
liderar la presente revolución burguesa, poniendo toda la
confianza de las masas en el Gobierno Provisional y no en los
Soviets de diputados obreros. Sin embargo, Lenin y los
bolcheviques defendían que solo el proletariado revolucionario
podía liderar y desarrollar la revolución burguesa sin las
vacilaciones de la burguesía rusa, y desde la dictadura del
proletariado dar paso seguido al socialismo.
Esta dualidad
de poderes era considerada por Lenin un momento “transitorio” en
el que la revolución proletaria (que según Lenin ya estaba en
marcha aún antes de la insurrección de Octubre) “ha rebasado ya
los cauces de la revolución democrática burguesa corriente”.
De hecho, los
pocos Soviets que desde el principio contaron con una mayoría de
diputados obreros de tendencia bolchevique, en general en
ciudades industriales de la zona central, iniciaron ya en Marzo
una confrontación directa contra el poder burgués, con medidas
como la incautación de imprentas, el desarme de la policía, la
organización de milicias o asumiendo la administración de la
justicia y de la producción fabril arrebatada a sus dueños
capitalistas. Valga de ejemplo el Soviet de Viázniki, que
actuaría como único poder “legislativo”, imponiendo las
reivindicaciones obreras a los empresarios sin negociación de
ningún tipo. Este control de la producción sería asumido por
otros soviets bolcheviques, ante lo cual la burguesía, por boca
de los mencheviques, dando por perdida la administración privada
de los medios de producción, reclamaba la “gestión estatal” a
sabiendas de que el estado democrático-burgués servía a sus
intereses de clase, lo cual recuerda en la actualidad a ciertos
países y sus apoyos entre algunos comunistas locales que bajo la
“presión popular” aceptan la “gestión estatal de la economía”
pero sin dictadura del proletariado.
El referente de
estos primeros soviets revolucionarios confrontado con los
soviets conciliadores y pasivos dirigidos por eseristas y
mencheviques, mostraría en la práctica a las masas la
imposibilidad de que los partidos burgueses tuvieran en cuenta
sus reivindicaciones y cumplieran sus promesas, dejando al
descubierto la vacía retórica revolucionaria de los oportunistas
que a la hora de la verdad reprimían cualquier tendencia
revolucionaria del proletariado.
Explicar a las
masas que los Soviets de diputados obreros son la única forma
posible de gobierno revolucionario y que, por ello, mientras
este Gobierno se someta a la influencia de la burguesía, nuestra
misión sólo puede consistir en explicar los errores de su
táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado
especialmente a las necesidades prácticas de las masas.
Mientras
estemos en minoría, desarrollaremos una labor de crítica y
esclarecimiento de los errores, propugnando al mismo tiempo, la
necesidad de que todo el poder del Estado pase a los Soviets de
diputados obreros, a fin de que, sobre la base de la
experiencia, las masas corrijan sus errores.
Lenin. “Las
tareas del proletariado en la presente revolución” (Tesis de
Abril)
Los
bolcheviques, como resultado de su correcta crítica al
oportunismo y su táctica revolucionaria, amparada en la
maniobrabilidad que posibilita el Partido de Nuevo Tipo armado
ideológicamente para la revolución, irán ganando la mayoría en
todos los soviets, convirtiéndose así en soviets revolucionarios
ejecutando el programa del Partido leninista. El proceso es
relativamente largo, y en él los bolcheviques concilian momentos
de ofensiva como las manifestaciones de Abril contra la guerra
imperialista o asumiendo el liderazgo de la ira espontánea de
las masas en Junio y la oposición armada de los Guardias Rojos
al intento de golpe de estado de la reacción encabezada por
Kornílov como momentos de repliegue en Julio tras el fracaso
insurreccional de Junio y la represión amparada por los soviets
conciliadores liderados por los mencheviques y eseristas. La
capacidad de alternar sus consignas de los bolcheviques sin
perder el objetivo revolucionario les lleva a abandonar la
consigna de “todo el poder para los soviets” cuando estos
reprimían a los obreros en defensa del gobierno burgués en
Julio, y retomarla posteriormente, cuando los Guardias Rojos
organizados por los bolcheviques derrotan a las tropas
contrarevolucionarias de Kornílov luchando al lado del Gobierno
Provisional y de mencheviques y eseristas, pero no por ellos,
demostrando así la debilidad y vacilaciones del gobierno
provisional y de los oportunistas cuando derrotada la reacción
éstos se niegan a tomar el poder para “sus” soviets, y en vez de
ello pretenden que sigan sosteniendo el ficticio gobierno de
Kerenski. La propia percepción y experiencia de las masas en
estos meses revolucionarios desde Febrero a Septiembre
desenmascara a los oportunistas y su papel conciliador con la
burguesía al frente de los Soviets, a la vez que erige a los
bolcheviques como su referente. Es así como los bolcheviques
consiguen la mayoría en los soviets de soldados y obreros de las
principales ciudades, ganando así al nuevo poder para la causa
revolucionaria, y sólo entonces, solo una vez controlados los
soviets, que se habían extendido por toda Rusia, pudieron los
bolcheviques encarar con garantías de éxito la insurrección.
El 3 y 4 de
julio se podía, sin faltar a la verdad, plantear el problema
así: lo justo era tomar el Poder, pues, de no hacerlo, los
enemigos nos acusarán igualmente de insurrectos y nos tratarán
como a tales. Pero de aquí no se podía hacer la conclusión de
que hubiera sido conveniente tomar el Poder en aquel entonces,
pues a la sazón no existían las condiciones objetivas necesarias
para que la insurrección pudiera triunfar (…)
No contábamos
todavía con la mayoría de los obreros y soldados de las
capitales. Hoy tenemos ya la mayoría en ambos Soviets. Es fruto,
sólo de la historia de julio y agosto, de la experiencia de las
"represalias" contra los bolcheviques y de la experiencia de la
kornilovada.
Lenin, “El
marxismo y la insurrección”
Así hablaba el
propio Lenin de las “condiciones objetivas” para tomar el poder;
tener la mayoría en los Soviets revolucionarios. Estos soviets
bolcheviques serán auténticas bases para el triunfo de la
insurrección armada de Octubre, y desde donde las masas son
partícipes de la táctica de los comunistas y llevan a cabo su
revolución. La tan manoseada “acumulación de fuerzas” no tuvo
lugar en los sindicatos recientemente creados en la Rusia de
1917, ni en los comités fabriles (en manos bolcheviques desde
mucho antes) ni en la Duma o Asamblea Constituyente; tiene lugar
en los soviets obreros, en el Nuevo Poder proletario, donde las
masas, llevadas por su experiencia revolucionaria, abrazan el
comunismo y reconocen como suyo al Partido Bolchevique.
Si este proceso
fue salvo casos puntuales (Febrero, Junio y Agosto) “pacífico”,
o al menos de coexistencia de ambos poderes sin abierta
confrontación, sería gracias únicamente a las especiales e
irrepetibles circunstancias de Rusia, donde el estado zarista, y
especialmente su ejército, ha quedado desbaratado como
consecuencia de la insurrección de los soldados en Febrero, en
gran parte motivada por la carnicería de la guerra con Alemania,
y la demasiado tiempo postergada revolución democrática. Tras
esta insurrección surgen unos soviets dominados por el
oportunismo, que no representan un peligro inminente para la
burguesía, sino más bien un apoyo y un medio para la
pacificación y control del agitado proletariado ruso. A ello se
une que cuando los soviets viran hacia la revolución de manos de
los bolcheviques, la burguesía sigue sin tener el control del
fusil (de los soldados) y aún carece de una capacidad armada tal
como para aplastar y reprimir estos soviets (fuerza que estaban
en proceso de reconstruir con las unidades de cadetes). Y aún
así, pese a todas éstas particularidades, el triunfo
insurreccional de Octubre habría sido imposible sin los Guardias
Rojos, milicias obreras y masas que los bolcheviques no dejan de
armar desde Febrero.
Pero los
soviets para los bolcheviques son sobre todo la encarnación
institucional del Estado Socialista, el medio por el que las
masas podrían ejercer la dictadura del proletariado, y donde el
programa de los bolcheviques podía ser refrendado y ejecutado
por el proletariado. Por ello, sin la organización previa del
Nuevo Poder de los soviets, sin la experiencia política que este
proporcionaba a las masas, era imposible sostener el efímero
triunfo de la insurrección de Octubre. Solo la consolidación del
poder soviético posibilitaría la victoria de los bolcheviques en
la guerra civil que estalla tras la insurrección de Octubre, y
en la que oportunistas socialdemócratas, burgueses, aristócratas
y potencias imperialistas intentan aplastar y apagar en sangre
la llama revolucionaria que había prendido en Rusia.
Soviets y masas armadas
Sí, hay que
detenerse, en cambio, en algo que seguramente no está del todo
claro para todos los camaradas, a saber: que el paso del Poder a
los Soviets significa hoy, en la práctica, la insurrección
armada. Podría creerse que esto es algo evidente, y sin embargo,
no todos se han parado ni se paran a meditarlo. Renunciar hoy a
la insurrección armada equivaldría a renunciar a la consigna más
importante del bolchevismo (todo el Poder a los Soviets) y a
todo el internacionalismo revolucionario proletario en general.
Lenin,
“Consejos de un espectador”
Los Soviets
nacen en 1905 y de nuevo en 1917 bajo la protección de las
tropas y soldados insurrectos. El fusil y el poder obrero están
ligados así desde su mismo nacimiento. De ello son conscientes
los bolcheviques, que en Febrero de 1917 exhortaban a los
obreros a elegir diputados y organizar soviets “que se organicen
bajo la protección de las tropas” insurrectas a partir de los
comités que han protagonizado la huelga revolucionaria, y serán
los propios bolcheviques también partidarios de que los soviets
de obreros y los de soldados se fusionen.
La importancia
que tiene la cuestión de las armas para los bolcheviques queda
reflejada en su periódico, el Pravda, que sin dejar lugar pedía
a obreros y soldados que “no entreguéis las armas, pertrechad a
nuevos cuadros de la milicia revolucionaria. La revolución no ha
concluido, las reivindicaciones del pueblo en armas están
planteadas, pero aún no se han cumplido. Sólo nosotros podremos
realizarlas”. Y en Marzo, un Lenin en el exilio indicaba por
carta a los bolcheviques la táctica a seguir; “expectativa
armada, preparación armada de una base más amplia para una etapa
superior”, es decir, para la conquista del “poder por los
Soviets de diputados obreros”. Los bolcheviques no dejan en
ningún momento desde Febrero de 1917 de crear destacamentos de
obreros armados y milicias obreras, incautando el armamento en
las fábricas de armas. A partir de estos se formaría la Guardia
Roja, y de hecho fue incluso esta la misión inmediata “más
importante” para el Soviet en 1917.
En realidad,
los bolcheviques no tenían ni podían tener en marzo de 1917 un
ejército político preparado. Lo fueron formando (y lo formaron,
por fin, hacia octubre de 1917) sólo en el transcurso de la
lucha y de los choques de clases de abril a octubre de 1917; lo
formaron pasando por la manifestación de abril, y por las
manifestaciones de junio y julio, y por las elecciones a las
Dumas de distrito y urbanas, y por la lucha contra la
korniloviada, y por la conquista de los Soviets. Un ejército
político no es lo mismo que un ejército militar. Mientras que el
mando militar comienza la guerra disponiendo ya de un ejército
formado, el Partido debe crear su ejército en el curso de la
lucha misma, en el curso de los choques entre las clases, a
medida que las masas mismas se van convenciendo, por propia
experiencia, de que las consignas del Partido son acertadas, de
que su política es justa.
J. V. Stalin.
“La Revolución de Octubre y la táctica de los comunistas rusos.”
Como bien
afirma Stalin, el ejército rojo no se crea de un golpe, no nace
por un decreto de la noche a la mañana. Es un ejército político
conformado por las masas que se crea en torno a la lucha
revolucionaria, a la confrontación ideológica hasta 1917, y
lucha armada en la posterior guerra civil con los oportunistas y
conciliadores apoyados por los ejércitos imperialistas. Las
armas, como resaltaban los bolcheviques desde Febrero hasta
Octubre, eran necesarias, pero la experiencia revolucionaria de
las masas armadas, era indispensable para constituir el
“ejército rojo”.
Los Soviets rusos y su carácter universal
La historia ha
hecho esta jugarreta: los Soviets nacieron en Rusia en 1905,
fueron falsificados en febrero-octubre de 1917 por los
mencheviques, quienes fracasaron por no haber comprendido su
papel y su importancia, y hoy ha surgido en el mundo entero la
idea del Poder soviético, idea que se extiende con rapidez
inusitada entre el proletariado de todos los países, mientras
fracasan en todas partes, a su vez, los viejos héroes de la II
Internacional, por no haber sabido comprender, del mismo modo
que nuestros mencheviques, el papel y la importancia de los
Soviets. La experiencia ha demostrado que en algunas cuestiones
esenciales de la revolución proletaria todos los países pasarán
inevitablemente por lo mismo que ha pasado Rusia. Lenin. “La
enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”
Lenin y los
bolcheviques rusos comprendieron rápidamente el carácter
internacional de los Soviets, el papel que necesariamente
jugarían en el ciclo revolucionario que acababa de comenzar y
que sacudiría los cimientos de la sociedad de clases y agitaría
las conciencias de los obreros de medio mundo. Y Lenin y la
recién creada III Internacional parecían tener motivos para la
esperanza y el optimismo cuando el ejemplo soviético ruso, y la
idea de la revolución, se extendían por media Europa levantando
a los obreros, ayudándoles a romper las cadenas de la
explotación para intentar seguir la estela de la primera
revolución proletaria triunfante (tras la heroica derrota de la
Comuna de París).
Es muy probable
que la revolución llegue muy pronto en muchos países de Europa
Occidental, pero nosotros, como parte organizada de la clase
obrera, como partido, tendemos y debemos tener a lograr la
mayoría en los Soviets. Entonces estará garantizada nuestra
victoria, y no habrá fuerza capaz de emprender nada contra la
revolución comunista.
“Tesis e
informes sobre la democracia burguesa y la dictadura del
proletariado”
Y así parecía
en un primer momento; los Soviets nacen espontáneamente en
Alemania y Hungría aunque sin la participación en ellos de las
amplias masas obreras o campesinas. Parte del proletariado en su
afán revolucionario parece intentar reproducir así el ejemplo
ruso. Sin embargo, estos soviets son más nominales que reales,
la clase obrera de estos países no tiene la experiencia
revolucionaria que por el contrario si había acumulado el joven
proletariado ruso. La socialdemocracia está asentada tanto en
Alemania como en Hungría, sus prácticas sindicalistas y
parlamentarias han maleado la conciencia de los obreros, y el
partido de los espartaquistas alemanes o el de los comunistas
húngaros apenas acaba de ser “constituido” como simple escisión
del ala izquierda de los partidos socialdemócratas, sin la lucha
ideológica y política previa necesaria. Por ello, pese a que en
un principio las recientemente derrotadas potencias centrales
carecen de una fuerza armada leal para reprimir a estos soviets
embrionarios y surgidos por imitación del modelo ruso, los
socialdemócratas o socialtraidores rellenarán rápidamente este
vacío poniéndose al servicio de la burguesía y reprimiendo
sangrientamente cualquier germen revolucionario, sea como en
Alemania desde el gobierno y aliados con los esbozos de
fascistas que eran los Freikorps, o mediante el golpe de estado
contra la recién nacida República Soviética Húngaro apoyados en
los ejércitos imperialistas rumanos. Derrotado el espontaneismo
revolucionario alemán y húngaro, la historia no volverá a ver
nacer a soviets surgidos de forma espontánea.
… el curso
general de la revolución proletaria es igual en todo el mundo.
Primero, la formación espontánea de los Soviets, luego su
extensión y desarrollo, más tarde, se plantea prácticamente la
cuestión: Soviets o Asamblea Nacional, o Asamblea Constituyente,
o parlamentarismo burgués; completo desconcierto entre los
jefes, y por último, la revolución proletaria.
“Tesis e
informes sobre la democracia burguesa y la dictadura del
proletariado”
Quedaban así
reflejadas las limitaciones de la concepción de los soviets
elaborada por los bolcheviques, que basándose en la particular
experiencia rusa (la experiencia que ellos mismos habían
vivido), donde los soviets nacen de forma espontánea en el
contexto de una revolución burguesa en un estado autocrático y
semi-feudal, y tras una insurrección generalizada de soldados
que arrebata las armas a las clases dominantes y las pone en
manos de la clase obrera. Solo en este contexto podía darse el
nacimiento espontáneo de los soviets y su coexistencia pacífica
con el poder burgués hasta la insurrección. Sin embargo, estas
condiciones ni se daban ni se darían en ningún otro país de
Europa. Por tanto, los bolcheviques no habían teorizado sobre
como el sujeto revolucionario debía dar el primer paso (es
decir, la formación de los Soviets) ya que en su experiencia
revolucionaria este primer paso lo tomaban las masas de forma
espontánea. Por tanto, si los Soviets no surgían
espontáneamente, ¿significa que los bolcheviques se equivocaban
respecto al papel que estaban llamados a jugar? ¿Eran por tanto
los Soviets una particularidad rusa que no podía trasladarse a
otros países, tiempos y contextos?
Pero en este
momento histórico se trata precisamente de que el ejemplo ruso
muestra a todos los países algo, y algo muy sustancial, de su
futuro próximo e inevitable. Los obreros avanzados de todos los
países hace ya tiempo que lo han comprendido y, más que
comprenderlo, lo han percibido, lo han sentido con su instinto
revolucionario de clase.
De aquí la
"significación" internacional (en el sentido estrecho de la
palabra) del Poder soviético y de los fundamentos de la teoría y
de la táctica bolchevique.
Lenin. “La
enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”
Los
bolcheviques no se equivocaban juzgando el papel que los Soviets
están llamados a jugar en la revolución proletaria mundial. El
Poder soviético tiene un “significado” internacional y por tanto
debía pasar a formar parte de los fundamentos de la teoría y de
la táctica marxista-leninista. ¿Pero por qué son necesarios los
Soviets para el triunfo de la revolución proletaria? Muchas de
las razones ya se han desarrollado a lo largo de este
artículo... El propio Lenin podría señalar algunas más
igualmente fundamentales:
A) La dictadura del proletariado y el estado socialista
adquieren la forma de República Soviética.
La relación
entre jefes, partido, clase y masas, y, al mismo tiempo, la de
la dictadura del proletariado y su partido con respecto a los
sindicatos, se presenta actualmente entre nosotros en la forma
concreta siguiente: la dictadura la lleva a cabo el proletariado
organizado en Soviets, dirigido por el Partido Comunista
bolchevique (…) Se obtiene, en conjunto, un aparato proletario,
formalmente no comunista, flexible y relativamente amplio,
potentísimo, por medio del cual el Partido está estrechamente
vinculado a la clase y a la masa y por medio del cual se lleva a
cabo la dictadura de clase, bajo la dirección del Partido.
Lenin. “La
enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”
Y este Estado
es compatible con la extensión de la democracia a una mayoría
tan aplastante de la población, que la necesidad de una máquina
especial para la represión comienza a desaparecer. Como es
natural, los explotadores no pueden reprimir al pueblo sin una
máquina complicadísima que les permita cumplir este cometido,
pero el pueblo puede reprimir a los explotadores con una
"máquina" muy sencilla, casi sin "máquina", sin aparato
especial, por la simple organización de las masas armadas (como
los Soviets de Diputados Obreros y Soldados, digamos,
adelantándonos un poco).
Lenin. “El
Estado y la Revolución”.
B) La elevación de la conciencia de las amplias masas
proletarias solo puede lograrse mediante su participación
revolucionaria a través de los Soviets.
Mientras se
trate (como se trata aún ahora) de atraerse al comunismo a la
vanguardia del proletariado, la propaganda debe ocupar el primer
término; incluso los círculos, con todas las debilidades de la
estrechez inherente a los mismos, son útiles y dan resultados
fecundos en este caso. Pero cuando se trata de la acción
práctica de las masas, de poner en orden de batalla -- si es
permitido expresarse así -- al ejército de millones de hombres,
de la disposición de todas las fuerzas de clase de una sociedad
para la lucha final y decisiva, no conseguiréis nada con sólo
las artes de propagandista, con la repetición escueta de las
verdades del comunismo "puro".
Lenin. “La
enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”.
La verdadera
educación de las masas no puede ir nunca separada de la lucha
política independiente, y sobre todo, de la lucha revolucionaria
de las propias masas. Sólo la lucha educa a la clase explotada,
sólo la lucha le descubre la magnitud de su fuerza, amplía sus
horizontes, eleva su capacidad, aclara su inteligencia y forja
su voluntad.
Lenin, “Informe
sobre la revolución de 1905”
La importancia
capital e insustituible de los Soviets para el triunfo de la
revolución queda así más que demostrada. Sin embargo, el primer
paso del que Lenin hablaba para todo ello, “la formación
espontánea de los Soviets”, resulta basarse únicamente en la
particularidad rusa y ser irrepetible en los países
industrializados de Europa. Y sin Soviets, como los bolcheviques
habían comprobado, era imposible conquistar y organizar a las
amplias masas para el triunfo revolucionario y la construcción
del Estado socialista. Por tanto, si los Soviets son necesarios
para la revolución, y en los estados burgueses no surgen de
forma espontánea, los Soviets deben ser creados por el propio
Partido Comunista, deben formar parte de la estrategia de la
vanguardia proletaria.
En este
sentido, pretendemos que este artículo sirva para traer luz a
éstas cuestiones desconocidas de la Revolución de Octubre,
derribar los dogmas falsos sobre la misma difundidos por los
sectores más atrasados del movimiento comunista con la intención
de justificar su práctica oportunista presente, y para enfocar
el debate en el seno de la vanguardia hacia las cuestiones
fundamentales que toda estrategia revolucionaria debe tener en
cuenta; la creación de los Soviets o Nuevo Poder por el Partido
Comunista, y la participación de las masas revolucionarias en
los mismos.
El autor -(y
esperamos que a estas alturas también los lectores)- ha
comprendido admirablemente que no es el parlamento, sino sólo
los Soviets obreros, los que pueden proporcionar al proletariado
el instrumento necesario para conseguir sus objetivos, y,
naturalmente, el que hasta ahora no haya comprendido esto, es el
peor de los reaccionarios, aunque sea el hombre más ilustrado,
el más experimentado político, el socialista más sincero, el
marxista más erudito, el ciudadano y padre de familia más
honrado.
Lenin. “La
enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”
La Nueva
Política Económica trató de revertir lacrisisen
la que se encontraba sumida Rusia a causa de la guerra civil y
la agresión extranjera.
La
revolución había logrado sobrevivir, pero a costa de un
enormecoste:
la producciónagrícolahabía
descendido respecto a 1914 en un 60%, la producciónindustrialhabía quedado reducida a un 15%, laemigraciónal
campo y el despoblamiento de las ciudades era galopante
y elnivel
de vidade
la población estaba bajo mínimos.
Elinviernode
1920 y 1921 se caracterizó por su extremada dureza y
junto alhambrecausó
más de dos millones de muertos.
La guarnición de la fortaleza deKronstadt(Báltico),
una de las más leales al gobierno revolucionario, se
amotinó en marzo de 1921, descontenta con la situación
económica y política imperante. La rebelión, aunque
abortada, supuso un serio aviso para losbolcheviques,
cuyos líderes vieron necesario un cambio de tendencia.
En palabras
de Lenin,la
NEP constituía un sistema transitorio y mixto, un“obligado
paso atrás”en
el que la economía permanecería bajo la dirección yplanificación
del Estado, aunque secundada por lainiciativa
privada.
Era el restablecimiento de uncapitalismolimitado
y controlado cuyo objetivo era reconstruir la maltrecha
producción.
Cesaron las
incautaciones de granos a los agricultoresy
les fue concedida lalibertadde
cultivar y vender a su conveniencia, una vez hubiesen
satisfecho una cuota obligatoria(10%
de la cosecha)al
Estado. También se flexibilizaron las relaciones laborales
mediante la diversificación de lossalariosy
diversos incentivos a laproducción.
Se autorizó el librecomerciointerior,
se contratarontécnicos extranjeros y se
permitió lapropiedad
privadade
pequeñas y medianas empresas. El Estado mantuvo bajo su
control los transportes, el comercio exterior, la banca
y las grandes empresas. También se accedió a la
inversión decapitales
extranjeros, si bien estos no afluyeron de la
forma esperada, por la inseguridad que el régimen
despertaba a nivel internacional y por la negativa de
los nuevos dirigentes a hacerse cargo de la deuda
externa del estado zarista.
La NEP
consiguió una revitalización económica fulgurante,fundamentalmente en el campo agrícola, donde el
significativo incremento de laproducciónpermitió
eliminar el hambre. Asimismo incrementó elnivel
de vidade
la población y permitió implementar un ambicioso plan de
mejora de lasinfraestructurasy
laindustria.
En 1927 se habían logrado
recuperar lascotasde
1914.
Contrariamente a estos
beneficiosos efectos económicos, la NEP acarreótensionesde
carácter político y social: resurgimiento de laburguesía,
enriquecimiento de los propietarios industriales y
comerciales, así como de los viejos campesinos acaudalados
de la época zarista(los
kulaks).
La NEPsobrevivióa
Lenin(que
falleció en 1924)y
continuó su andadura durante el mandato deStalin,
hasta que éste decidió ponerle fin en 1928-1929,
sustituyéndola por laestatalizaciónde
la economía, inaugurando con ello una nueva etapa en la
construcción del Estado soviético, caracterizada en lo
económico por la vuelta aldirigismoestatal
que había sido puesto en práctica en los primeros tiempos
de la revolución.
Fuente: Clases de Historia
El Ejército Rojo
Ejército Rojo:
Fuerzas Armadas de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
(URSS), constituido oficialmente el 28 de enero de 1918 a partir
del Ejército Imperial ruso y cuya existencia llegó a su fin en
diciembre de 1991, cuando tuvo lugar la desintegración del
Estado soviético. El encargado de su formación fue el dirigente
bolchevique León Trotski. Su objetivo inicial era defender las
fronteras de la URSS y proteger los logros de la Revolución Rusa
frente a sus enemigos.
Formación del
Ejército Rojo
Desde 1905 los
bolcheviques poseían una organización militar propia que se
orientaba fundamentalmente a la propaganda revolucionaria entre
las tropas, a conseguir apoyo entre los soldados de cara a la
futura revolución. Después de la revolución de Febrero de 1917
los bolcheviques fueron ganando influencia entre los soldados,
lo que equivalía a ganarla dentro del campesinado, y la
existencia de la organización militar permitió una selección de
los primeros cuadros que posteriormente jugaron un papel
decisivo en Octubre.
La organización
militar bolchevique extendió su influencia, primero en
Petrogrado y sobre todo en el frente norte y en la flota del
Báltico. El 15 de abril de 1917 apareció el primer número del
diario La verdad del soldado, órgano central de la organización
militar.
En el congreso
de organizaciones militares que se celebró el 16 de julio en
Petrogrado estuvieron presentes 500 unidades, que contaban con
unos efectivos de 30.000 bolcheviques. La organización militar
llevó a cabo directamente la insurrección, bajo la dirección del
Comité Militar Revolucionario, presidido por Trotsky.
Sin embargo,
las dificultades para poner en pie un ejército revolucionario
con el que combatir a la contrarrevolución zarista y a sus
aliados imperialistas eran muy importantes. La revolución surgió
directamente de la guerra, de un Ejército deshecho y que ansiaba
la paz. Este hecho fue la piedra de toque en las conversaciones
de Brest-Litovsk. Lenin tomaba muy en serio esta actitud de la
tropa para combatir la posición de los llamados ‘comunistas de
izquierda’, que abogaban por una guerra revolucionaria contra
los imperialistas alemanes.
Consciente de
la moral del Ejército ruso, Lenin sabía perfectamente que una
acción de ese tipo acabaría en una aventura desdichada. En una
situación en la que el Ejército se componía de jirones humanos
cansados y ansiosos de volver a casa con sus familias, se hacía
inevitable la firma de la humillante paz de Brest-Litovsk.
Partiendo de
esta consideración, los bolcheviques no se decidieron en los
primeros meses por el reclutamiento obligatorio, sino por el
voluntariado, lo que dio a los nuevos regimientos un carácter
inestable y poco seguro, algo que quedó confirmado con las
pérdidas de Kazan y Simbirsk. A partir de ese momento se
recurrió al método de la movilización masiva de comunistas y al
reclutamiento obligatorio en Moscú y en la Región del Volga.
Tras las
primeras vacilaciones, la movilización adquirió un carácter muy
amplio gracias a la agitación de los cuadros comunistas, la
política de reclutamiento, y las medidas severas contra los
desertores y traidores. En ese periodo se conforman nuevos
cuadros militares, los comisarios, y se establecen los
tribunales militares revolucionarios.
Historia
Conocido con el
nombre oficial de Ejército rojo de los Trabajadores y los
Campesinos , este ejército fue el conjunto de las fuerzas
armadas de los bolcheviques organizado durante la Guerra Civil
Rusa en 1918.
El ejército
rojo tomó su nombre del color de la bandera de la clase obrera y
se organizó para apoyar a la fuerzas del pueblo en su lucha
contra el capitalismo que buscaba retornar a Rusia. En 1946
cambió su nombre a Ejército Soviético, pero popularmente siguió
conservando el mismo nombre, llegando a identificarse con él a
todas las fuerzas armadas de cualquier país comunista.
Revolución de
octubre
Tras la
Revolución de octubre y la organización del antiguo imperio ruso
como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) el
ejército rojo pasó a convertirse en el ejército nacional, el más
grande y uno de los más poderosos del mundo en la década de los
cuarenta y hasta la desintegración del estado socialista ruso en
1991. Antes que el ejército rojo, existió la Guardia Roja
provisional.
La
incorporación a filas fue voluntaria en un principio, de acuerdo
con los ideales comunistas, pero al cabo de unos meses se
introdujo el reclutamiento obligatorio. Como resultado de la
revolución bolchevique el Ejército Rojo no introdujo ningún
saludo oficial y careció de una jerarquía definida hasta 1935;
sin embargo, adquirió una estructura mucho más convencional en
los años siguientes, en los que aumentaron las comodidades
ofrecidas a los soldados y las pagas.
Antes de que se
produjera la desintegración de la URSS en 1991 —lo que supuso la
propia fragmentación de este cuerpo en los distintos ejércitos
de los nuevos estados—, estas tropas tomaron parte en tres
importantes conflictos bélicos: la Guerra Civil rusa
(1918-1922), la II Guerra Mundial (1939-1945) y la Guerra de
Afganistán (1979-1989).
El Ejército
Rojo llegó a disponer de 12,5 millones de soldados situados en
los frentes noroccidental, occidental y suroccidental cuando,
durante la II Guerra Mundial, la lucha que tenía lugar entre la
URSS gobernada por Iósiv Stalin y el III Reich dirigido por
Adolf Hitler se encontraba en su punto más crítico.
Sufrió
terribles pérdidas en 1942 durante las batallas decisivas de
Moscú, Leningrado y Stalingrado, pero finalmente consiguió
cambiar el rumbo de la guerra en favor de los aliados en la
Batalla de Kursk (1943), la mayor batalla de la historia de la
humanidad, en la que participaron directamente dos millones de
soldados.
Cuando concluyó
la II Guerra Mundial y comenzó la era nuclear, el Ejército Rojo
pasó a ser una fuerza de vigilancia establecida en los estados
del Pacto de Varsovia que se utilizó para aplastar las
rebeliones contra los regímenes comunistas desatadas en Hungría
en 1956 (Revolución húngara) y en Checoslovaquia en 1968
(primavera de Praga).
A lo largo de
la década de 1970 se reforzó este cuerpo ante la posibilidad de
tener que librar una guerra convencional en Europa y para
proyectar el poder soviético sobre el mundo, como oposición al
de Estados Unidos. Durante la década de 1980 comenzó la era de
la perestroika bajo el mandato de Mijaíl Gorbachov, que puso fin
a la Guerra Fría; por último, la retirada final del Ejército
Rojo de Afganistán en 1989 asestó un golpe definitivo al sistema
al que había apoyado fielmente durante siete décadas.
En 1922 se
estableció la Unión Soviética, tres años después la mala
situación financiera motivo la reducción del ejército a poco
menos de medio millón de efectivos, una décima parte de los que
había tenido durante la guerra civil.
Tras la muerte
de Lenin y el exilio de Trotsky, Stalin sube al poder y firma
pactos con Alemania, En esa época el Ejército Rojo tiene
notables avances en cuanto a estrategias y teorías militares,
fruto de su experiencia en las pasadas guerras, una de las
cuales fue la teorías de las “operaciones profundas”
contrapuesta a la guerra relámpago.
La aparición de
nueva tecnología de guerra permitió la experimentación de estas
teorías, que se vieron impulsadas. El desarrollo de aviones más
potentes y de técnicas de blindaje dieron mejores armas al
ejército soviético, fortaleciéndolo.
Stalin aprobó
la utilización de la teoría de Operaciones Profundas ,
aprobación que determinó el desarrollo de la industria
armamentista. En 1933, la Unión Soviética fabricaba 3.000
tanques al año Un año antes, el Ejército Rojo contaba con la
primera gran unidad acorazada del mundo y adiestraba a unidades
paracaidistas de élite.
El pujante
Ejército Rojo, llegó al millón y medio de efectivos, Con el
ascenso al poder del nazismo en Alemania, el Ejército Rojo
suponía un rival de cuidado frente al ejército alemán, conocido
como la Wehrmacht. Por obra de Stalin, esta situación se
revirtió cuando ordena la gran purga contra el Ejército,
ejecutando, enviando al Gulag y persiguiendo a más de 30 000 de
las cabezas militares que estaban en franca oposición a su
régimen o eran sospechosos de estarlo.
Segunda Guerra Mundial
La Segunda
Guerra Mundial representó la consolidación del Ejército Rojo,
propinándole al ejército alemán sus más duras derrotas. El
Ejército Rojo fue el primero en entrar en Berlín y colocar la
bandera roja en el antiguo edificio del Reichstag.
Tras esta
guerra, se inició la llamada Guerra Fría, que dividió al mundo
en dos polos contrapuestos: el capitalista y el comunista.
Rusia controló
con mano férrea los territorios que quedaron bajo su control en
Europa, utilizando al ejército para reprimir los levantamientos
armados en contra de su hegemonía, así, invadió Hungría en 1956
y Checoslovaquia en 1968.
La última
guerra en la que tomo parte fue la de Afganistán, entre 1980 y
1988. Tras la caída del socialismo en Rusia en los noventa,
comenzó la disolución del Ejército Rojo pasando a convertirse en
las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa.
Fuente: EcuRed
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