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Defendiendo el bienestar |
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El bienestar está en peligro; alguien está haciendo desaparecer lo poco que de él teníamos. Las políticas liberales reducen los gastos sociales y con ello el propio estado social, patrimonio de todos. Los más perjudicados, los que menos tenemos. Debemos demandar y proteger unos servicios públicos de calidad para todos, que respondan con eficacia a las necesidades de la gente. Y como el sistema político actual lo impide, habrá que cambiarlo. Que es el bienestar: todo aquello que permita que vivamos mejor, con la menor angustia posible ante las incertidumbres y más tranquilos de cara al futuro, que nos permita sobrellevar la existencia sufriendo las menores calamidades posibles. La vida, por si misma, es dura, más, para los que solo tenemos como patrimonio la fuerza de nuestro trabajo y algunos ya ni eso. La felicidad absoluta es difícil de conseguir, pero no tanto ponernos en su camino. Mientras llega el desenlace definitivo, sobrevivir, con dignidad, con la mejor calidad de vida posible, tiene que ser un objetivo irrenunciable. Una sociedad justa y solidaria debe propiciarlo. La crisis económica sigue su camino, para la creación de un nuevo modelo. Nunca volverá a ser nada como antes; mientras, la destrucción de lo público. Destrucción de empleos, sin crear nuevos. Abandono a su suerte a jóvenes y mujeres, sin atender debidamente a niños, enfermos, ancianos o inmigrantes. Declaran que la reforma laboral está dando su fruto, y dicen bien: está consiguiendo el fruto que pretendían con su política: seis millones de desempleados, que se dice pronto. Es tanta la destrucción y tanto el daño que están haciendo, que será difícil que todo vuelva a ser ya como antes. Los gobiernos que representan a la derecha ideológica, están derribando la estructura y la infraestructura del Estado, construyendo otro modelo, adaptado a sus particulares intereses, que representa a la minoría que ostenta el poder económico, en detrimento de la mayoría trabajadora. Los partidos en la oposición, deberían declarar, y nosotros conocer, que al llegar al gobierno, derogarán todas y cada una de las normas injustas aprobadas por este gobierno; si es eso lo quieren hacer. El año pasado el paro subió en 691.700 personas, respecto a 2011, situándose el número total de desempleados en 5.965.400 personas (26,02% población activa), cifra desconocida en la historia española. Se han destruido en el último año 850.500 puestos de trabajo. El número de jóvenes menores de 25 años en paro, se sitúa en 930.200 jóvenes, lo que representa que más de la mitad de la juventud no encuentra trabajo (55,12%). El número de parados de larga duración se ha incrementado hasta situarse por encima de los 2,78 millones de personas (Datos EPA 2012). Los hogares con todos sus miembros en paro ascienden a 1.833.000. El paro registrado en febrero 2013, supera por primera vez los cinco millones. Cifras frías, cargadas de sufrimiento de personas con nombre y apellidos. Con sueldos a la baja, con empleos en precario, o simplemente en el paro, no hay bienestar que valga. No quieren que lo tengamos. Cada día más gente en España vive en la pobreza, pese a tener un trabajo y un sueldo. La crisis ha propiciado que en España aumente el índice de la llamada "pobreza laboral", aquella en el que el sueldo no impide al empleado dejar de estar bajo el umbral de la pobreza. España es uno de los países europeos con mayor desigualdad económica y el peor de la Eurozona, según los últimos datos de Eurostat. Más pobreza y menos bienestar, nos llevan a mayor infelicidad y menos calidad de vida. ¡Qué cansancio y que desvarío! Juegan con nuestro hartazgo y nuestros temores. Las políticas de austeridad no dan resultado. Ni la economía en general, ni el mercado laboral en particular, muestran signos de mejora. Quienes provocaron la crisis -los poderosos-, y quienes la gestionan -sus sicarios en los gobierno-, siguen argumentando que para salir de la crisis, se requiere reducir salarios, reducir prestaciones sociales, más recortes en el gasto social y una minoración de los sistemas fiscales. Pretenden la menor presencia de la actuación de los poderes públicos: reducir el Estado (que somos todos) en la vida económica y social. Lo quieren todo y para ellos. La crisis ha incrementado las desigualdades sociales. En España se produce una desigual distribución de la renta, con un sistema tributario injusto y regresivo. La crisis económica no está afectando a todos por igual, ni todas las rentas contribuyen con la misma intensidad al sostenimiento del gasto público. Lo que dicen desde el gobierno, al servicio del poder económico es: arreglároslas como podáis; no vamos a pagar impuestos para que jubilados, enfermos y parados vivan del cuento ¡que se jodan! Efectivamente sin recursos suficientes, no puede haber una adecuada política social. Lo saben y por eso destruyen estructuras y privatizan servicios. La universalización de las prestaciones sociales, pensiones, sanidad y educación, son principios y derechos que caracterizan a un “estado social”. Mientras cambiamos la Constitución, hay que cumplir con el mandato que hace a los poderes públicos, para que desarrollen políticas redistributivas activas, que garanticen, de forma real y efectiva, los principios de igualdad, justicia y participación. Para la derecha, la crisis es una buena excusa para eliminar los derechos de todos, y proteger los intereses de algunos. Parece que disfrutan con hacer daño a los que sufren miseria. Es su particular "vendetta" contra los humildes. Habrá que dar la vuelta a la tortilla. Para conseguir sus objetivos, destruyen los servios públicos, eliminan los puestos de trabajo de los funcionarios, provocando el vacío. Alguien vendrá que ocupe el espacio, presuponen: alguna empresa, de algún amigo, quién previamente lo hubiera privatizado. Es imprescindible defender la gestión pública directa, como mejor formula para garantizar el acceso universal a los servicios públicos, favorecer la justicia social, la igualdad y la calidad de los servicios. El acceso y disfrute a estos servicios, debe ser igual para todos y en las mismas condiciones, ya sea en el ámbito rural, como el urbano, para inmigrantes y nacionales, pobres y, si quieren también para los ricos. La última decisión de este gobierno, que solo gobierna en favor de los ricos y defraudadores y en perjuicio de los más débiles y trabajadores, es decretar -tramitándose de urgencia-, una reforma del sistema de pensiones y jubilación anticipada voluntaria y forzosa -eludiendo los compromisos del Pacto de Toledo y del diálogo social-, así como endurecer, mucho más, las condiciones en el acceso al subsidio de desempleo para los mayores de 55 años. En lugar de facilitar el acceso a la prestación, lo endurecen mucho más, para quienes tienen una situación peor y con más dificultades para volver al mercado de trabajo. Sus argumentos son una burda mentira, la jubilación anticipada no significa un coste añadido al sistema. Esta nueva reforma, representa un atentado más contra la dignidad y el bienestar de los más débiles. El Decreto aprobado el viernes, y que está en vigor desde el domingo, reza así: Real Decreto-ley 5/2013, de 15 de marzo, de "medidas para favorecer la continuidad de la vida laboral de los trabajadores de mayor edad y promover el envejecimiento activo". Es vergonzoso, no solo sus preceptos, sino el propio título. Nos toman el pelo, nos han perdido el respeto, nos desprecian y además se creen que somos tontos. Cuando el título dice "medidas para favorecer la continuidad laboral de los trabajadores de más edad", quiere decir que no vas a poder jubilarte, ni de anciano y hasta que te mueras. "Promover el envejecimiento activo", significa que te vas a hacer viejo en el tajo, pero como estarás despedido, no cobrarás pensión de jubilación porque no habrás cotizado suficientemente. Además, como serás mayor de 55 años, tendrás, no solo gran dificultad para encontrar nuevo trabajo -que ni lo hay ni se le espera-, sino que te van a poner multitud de trabas para cobrar el subsidio de paro, y te quedarás viejo activo, sin cobrar, lo que te llevará a la tumba; que es lo que realmente pretende Rajoy, Báñez y el resto de los miembros de su gobierno y partido. Como el gobierno hace todo lo contrario para solucionar las necesidades sociales, tenemos que ser los afectados, la ciudadanía organizada y en libertad -jóvenes y mayores, mujeres y hombres, trabajadores por cuenta ajena y autónomos, emprendedores y pequeños empresarios-, quienes actuemos, defendiendo un modelo social basado en la justicia social, la igualdad, la solidaridad, los valores democráticos y los derechos económicos, sociales, civiles y laborales, para todas las personas, que constituimos el pueblo llano; para nuestro mayor bienestar y ¡mañana es tarde!
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