El 1º de Mayo es una fecha emblemática para la clase
trabajadora, en la lucha por conseguir derechos, mejores salarios,
seguridad y dignidad. En 1890, se estableció como Día Internacional de
los Trabajadores, en homenaje a los «Mártires de Chicago» ejecutados y
a las 5.000 huelgas simultaneas que se produjeron; se abandonaron las
fábricas, para ganar las calles al grito: «¡Ningún obrero debe
trabajar más de 8 horas por día! ¡8 horas de trabajo! ¡8 horas de
reposo! ¡8 horas de recreación!».
A finales del siglo XIX, las condiciones de vida de los
trabajadores seguía siendo de miseria y esclavitud; no podían ser
peores: jornada laboral de 16 horas, salario escaso y sin derechos.
Niños trabajando desde los 6 años y mujeres de noche para completar el
salario familiar. La miseria y la explotación eran un lugar común
entre la clase trabajadora y la represión policial al servicio del
patrón. Ante esta situación extrema por sobrevivir, empezó la lucha
obrera a partir de la década de 1880.
El 1° de Mayo de 1886 la huelga por la jornada de ocho
horas estalló de costa a costa de EEUU. Más de cinco mil fábricas
fueron paralizadas y 340.000 obreros salieron a calles a manifestar su
exigencia. En Chicago los sucesos tomaron un sesgo violento, que
culminaron en la masacre de la plaza Haymarket (4 de Mayo). En el
posterior juicio amañado contra los dirigentes anarquistas y
socialistas, cuatro de los cuales fueron condenados a morir en la
horca y ejecutados un año y medio después. Una lucha que aún continúa.
La historia ha sido olvidada, ocultada o eliminado todo contenido de
lucha social. En algunos países, como ocurrió en España durante el
franquismo, el 1° de Mayo se transformó en un mero día «festivo».
Recuperamos la memoria histórica, para que el Día Internacional de los
Trabajadores, adquiera plena significación.
También conmemoramos, que en la España de 1978, la
clase trabajadora participamos masivamente en la manifestación del 1º
de Mayo, reivindicando el pleno ejercicio de las libertades y la
consolidación de la democracia, la libertad sindical, por la
promulgación de un Estatuto de los Trabajadores, devolución del
patrimonio sindical, incautado durante la dictadura, regulación de las
Secciones Sindicales en las empresas, regulación de la negociación
colectiva y el derecho de huelga; así como exigir medidas eficaces
contra el paro y contra la subida escandalosa de los precios. ¡Qué
tiempos!
Hoy la lucha debe continuar contra las políticas
devastadoras del gobierno de Rajoy, con toda la fuerza y decisión
—aunque da la impresión, que las centrales sindicales mayoritarias,
pretendan un 1º de Mayo rutinario y desmovilizado—, cuando nos estamos
enfrentando al ataque más brutal y antidemocrático que hayan sufrido
los derechos de trabajadores y trabajadoras en mucho tiempo. La
reforma laboral, que se presenta como actuaciones contra la crisis, es
una rapiña sobre los salarios, las conquistas de la clase obrera y los
derechos sociales de la inmensa mayoría de la población. No importan
las personas y su derecho al trabajo digno y estable, sino el
beneficio de los bancos y de las multinacionales amigas. Dos años de
gobierno del PP han producido 648.300 parados más y un millón de
trabajadores menos. Más miseria.
El colectivo LA IZQUIERDA convoca a todos los
trabajadores y trabajadoras a movilizarse el 1º de Mayo, contra la
agresión generalizada a los derechos. Entienden que es necesaria la
unidad de todas las personas y las organizaciones sociales y
sindicales, para ser más fuertes, para luchar, no rendirse ni aceptar
que el capitalismo salvaje sea el único modelo posible. En su
manifiesto afirman que, el movimiento sindical reivindicativo y de
clase, el 1º de Mayo lo celebra recordando las luchas obreras, que
hicieron posible que la necesidad de trabajar no fuera sinónimo de
sumisión, pobreza, incultura, mala salud e indignidad.
«No podemos seguir perdiendo condiciones de trabajo a manos de la
patronal», ni consentir que los gobiernos de los partidos en el
gobierno, eliminen los derechos sociales, que se conquistaron, para
asegurar unas condiciones de vida más dignas. «El 1º de Mayo nos ha de
servir para recordar que todos los derechos conseguidos, laborales,
sociales y democráticos, forman parte de un mismo camino de luchas,
conquistas y defensa continua de lo avanzado».
Hay que seguir insistiendo en que la crisis es un
pretexto para atacar el estado social, eliminar el de bienestar y
desvirtuar el de Derecho. Todo con una sola intención, dice LA
IZQUIERDA «aumentar la tasa de ganancia del gran capital y, por lo
tanto, disminuir la parte de la riqueza producida que disfrutan las
clases populares». Se han empeorado las condiciones de jubilación y
cuantía de las pensiones; las relaciones laborales y condiciones
esenciales de trabajo, se han dejado en manos de la patronal, bajo la
amenaza de despido barato; se han reducido o eliminado las
prestaciones que la Ley de Dependencia preveía; se disminuye la
atención sanitaria pública, mientras se aumenta el pago de
medicamentos y servicios hospitalarios; disminuye el número de
profesores y se privatiza la oferta educativa publica; aumentan los
impuestos indirectos, precisamente los que pagamos todas las personas
por igual; disminuye de forma generalizada el empleo y los salarios
públicos, mientras se salva a la banca, causante de la crisis
financiera, nacionalizando las pérdidas y privatizando sus ganancias,
modificando incluso la Constitución al margen de los intereses
generales.
Hoy más que nunca «las organizaciones sindicales,
reivindicativas y de clase no pueden aceptar retrocesos en derechos,
ni dar por buenos los falsos argumentos, en cuanto a que debemos
asegurar los beneficios del capital para salir de la crisis». La
salida de la crisis viene de la mano de la lucha y la movilización.
Pretenden encerrarnos en casa con «leyes mordaza», con miedo a
represalias, al desempleo y la precariedad, pero debemos impedirlo. La
salida social de la crisis, favorable a la inmensa mayoría, está en el
esfuerzo de todos y de todas. Es necesaria una auténtica rebelión
ciudadana por nuestros derechos, por el empleo, la defensa de lo
público, el derecho a la vivienda, la igualdad social y la no
discriminación. Sin globos
de colores ¡Con acritud!
«C’est la lutte finale / Groupons-nous, et demain, /
L’Internationale / Sera le genre humain».Agrupémonos todos en la lucha
final. Y se alzan los pueblos ¡con valor!