No tengo palabras |
3 de febrero de 2014 |
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Me dispongo a escribir la columna semanal, pero percibo que me he
quedado sin palabras. No tengo nada que decir; y mira que están
sucediendo cosas en el mundo, en El Mundo y en España no digamos.
Siempre hay algo nuevo que se puede decir, pero casi todo está dicho
de casi todo. Yo mismo he escrito infinidad de artículos sobre
historia y actualidad, pero hoy, sin palabras, sería sensato cerrar el
ordenador y callarme, pero me resisto a ello; es más justo y necesario
hablar del gobierno. |
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La rebelión de las batas blancas ha ganado. La justicia, en este caso,
ha dado la razón a quién la tenía desde el principio y no a quienes
pretendían eliminar uno de los pilares del estado de bienestar, con la
privatización —«externalizacion» lo llaman— de la sanidad pública
madrileña. La razón ha ganado en la calle por la presión ciudadana, la
acción sindical y política y la firme aptitud de los profesionales de
la medicina. Se ha ganado en los tribunales por la iniciativa del PSM
(Partido Socialista de Madrid) y de la AFEM (Asociación de
Facultativos Especialistas de Madrid), pese a los manejos y presiones
que el gobierno ha ejercido ante el Tribunal Superior de Justicia. Se
ha ganado esta batalla, pero la guerra continúa; hay que seguir
alerta, porque la Mato, mata con sus recortes y la «sanidad no se
vende, se defiende».
Los pagos, copagos y repagos de los medicamentos, servicios médicos y
hospitalarios, están afectando más, como es lógico, a los más
necesitados. Es un ataque a los derechos fundamentales y derechos
humanos. El Consejo de Europa considera ilegal que España excluya a
los «sin papeles» de la Sanidad, pero como si oyen llover, también
están excluyendo de este derecho a españoles con papeles, pero sin
trabajo. La sanidad ha dejado de ser un derecho universal. Están
desmantelado el sistema de salud, entregándoselo a las amistades
económicas del PP y tenemos que evitarlo. La «solución final»
particular del PP, pasa por los enfermos crónicos, las personas
dependientes y los jubilados primero. Y ojo, hay más colectivos para
poner en la lista.
Otra de las políticas regresivas del gobierno se ha centrado en el
Sistema Educativo, que también están desmantelando, creando su propio
modelo, adaptado a su ideología, característico de la rancia derecha
reaccionaria española. El ministro dijo querer españolizar a los
catalanes y nacionalizarcatolizar al resto de los españoles. Ahora
parece que Wert, tiene dificultades para poner en marcha su Ley para
la Mejora de la Calidad Educativa; no hay tiempo ni dinero en las
comunidades autónomas. Con el nuevo sistema desaparece la asignatura
de Educación para la Ciudadanía, y tanto Valores Sociales y Cívicos
(Primaria) como Valores Éticos (Secundaria) serán las alternativas a
la religión. El gobierno ha puesto la educación en manos de la
iglesia, no quieren que se reduzca la ignorancia, puesto que si esto
ocurre, su dios y su poder, también se ven reducidos.
El ministro de educación, no solo rebaja el importe de las becas, sino
que tarde y a traición, reclama a miles de alumnos el importe de las
becas del curso pasado. La medida, restrictiva y con carácter
retroactivo, afecta a todos los estudiantes que no hayan aprobado el
50% de la carga lectiva. Solo en Madrid, según CCOO, puede haber
10.000 estudiantes de Formación Profesional y de Bachillerato
afectados, perjudicando más, como siempre, a las familias con más
necesidades. Las becas son para quienes lo necesitan por falta de
recursos, para fomentar la igualdad de oportunidades en el acceso a la
educación y no pueden ligarse a los resultados académicos.
Por su parte el ministro de justicia, representante de lo más granado
de la ultraderecha, está empeñado en criminalizar las protestas
sociales, por medio del Código Penal, mostrando su política
autoritaria, totalitaria y por tanto antidemocrática. El gobierno
legisla para reprimir y castigar el ejercicio de los derechos
fundamentales de expresión, reunión y manifestación; al penalizar
éstos, ataca la base misma del Estado social y Democrático de Derecho.
Esta política es apoyada por el ministro representante del Opus Dei en
el gobierno y a cargo de la policía. La «ley mordaza» no ha entrado en
vigor, aunque los cuerpos y fuerzas de seguridad, están actuando como
si estuviera, reprimiendo las manifestaciones con la mayor
contundencia. Si con persistencia se ha podido evitar la privatización
de la sanidad madrileña, con la misma y con todos los medios, podemos
exigir que esta ley nunca se apruebe.
El pasado sábado miles de mujeres y hombres, han venido a Madrid en
«trenes de la libertad», exigiendo al ministro Gallardón y al gobierno
del PP, que no toque ni retoque la Ley de Reproducción Sexual e
Interrupción voluntaria del Embarazo del 2010. Ha sido un acto de
denuncia por el «ataque frontal contra la libertad, la dignidad y la
integridad de las mujeres». Frente a la marea, el ministro dice a los
suyos: «Tenéis mi compromiso de que ni un grito me hará abdicar en mi
empeña». Se cree faraón y considera que «la reforma representará un
impacto neto positivo por los beneficios esperados por el incremento
de la natalidad». Recuerda a los teólogos del Barroco, dice Berta Cao,
que definían la tarea de las mujeres en la procreación como «vasija,
donde el hombre dejaba su semilla». La Iglesia dice que la reforma es
un avance positivo pero insuficiente; que manía, son insaciables.
Mientras todo, la política cicatera contra el mal trato y la violencia
hacia las mujeres, hace que ya sean 8 las asesinadas este año víctimas
del #terrorismomachista y más de 12.000 mil casos de maltrato
detectados por los médicos en un año. Si las 820 mujeres asesinadas
desde el año 2001, lo hubieran sido por el terrorismo político, el
Estado temblaría. El gobierno, que defiende la vida de los que están
por nacer, consiente que en su España, casi tres millones de niños se
encuentren en riesgo de pobreza o exclusión. Miles de enfermos
crónicos no reciben sus medicamentos necesarios, y las personas
dependientes están desatendidas. Somos el país con mayor desigualdad
social de la Europa de los Veintisiete. Nunca en los últimos años la
distancia entre ricos y pobres ha sido tan grande ni la diferencia de
ingresos tan amplia.
Las próximas citas electorales, el desgaste por sus crueles políticas
antisociales ejecutadas, la ruptura de la derecha, por la derecha y
las presiones sociales sin precedentes en los últimos años, van a
hacer, posiblemente, que el gobierno y su partido se centre, diciendo
que se ha descargado de sus ultras y evite la confrontación social,
bajando impuestos y algo más, pero será un espejismo. Son como son:
cínicos fascistas.
Mientras que el Sistema permita que una mayoría absoluta
parlamentaria, que no social, pueda hacer y deshacer a su antojo,
subvirtiendo el orden constitucional, atacando los derechos
fundamentales, estamos en sus manos. Y la oposición sin reaccionar
adecuadamente. Hay que seguir en la protesta y tener memoria, para que
cuando llegue el momento de votar, nadie les vote, ni a quienes no
ofrezcan la derogación de todas las leyes injustas del PP.
Si al principio no tenía palabras, parece que las he encontrado y en
el empeño estoy. La semana que viene seguiremos hablando del gobierno
—como decían los inigualables Tip y Coll, con chistera y bombín—,
también de la oposición y sus primarias (las abiertas no las
entiendo), los recortes que se avecinan, el drama de los niños pobres,
de Pedro J., del paseíllo de la hija del rey en su «infantamóvil» y de
la justicia, que está contra los que de verdad la ejercen. Con
acritud. |
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