Operación «Margen protector» contra Gaza

14 de julio de 2014

 
Lo que Israel sigue haciendo al pueblo palestino es una canallada, una aberración histórica, además de un crimen contra la humanidad. Disculpen que me repita en algunas cuestiones históricas, que son las que son. Todo comenzó cuando Naciones Unidas, fomentado por naciones participantes en la Segunda Guerra Mundial, sintieron la necesidad de favorecer al pueblo judío, que tanto había sufrido, por el criminal régimen nazi y el Holocausto y partieron Palestina en dos, de forma irreconciliable.
 

En estos días, la ofensiva israelí denominada «Margen Protector» es aérea y marítima, habiéndose producidos enfrentamientos terrestres y no se descarta la invasión de Gaza, para lo que Israel ha llamado a filas a 40.000 reservistas. Tanto el gobierno israelí como el movimiento islamista palestino, han dicho estar dispuestos a intensificar sus acciones. Los bombardeos de artillería y aéreos contra Gaza, están produciendo una masacre de muertos, heridos y destrucción. Parece que ahora «van en serio» y lo quieren todo, pero sin el pueblo palestino. La onda expansiva de los proyectiles de los drones mata todo lo que encuentra en un radio de entre 10 y 15 metros.

En respuesta al lanzamiento de cohetes por parte de Hamás, comenzó la ofensiva aérea israelí. Los más de 1.100 ataques en los últimos seis días, al medio día del domingo habían provocado 167 personas muertas, de ellos 30 niños y más de mil heridos, tres cuartas partes de ellos civiles; y la vergüenza de la humanidad por consentirlo. Esta operación de castigo va a resultar larga y sangrienta contra Hamás, anunció el gobierno israelita. «La muerte de familias enteras es un genocidio», ha declarado el presidente palestino, Mahmud Abás. La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras ha advertido que la intensidad de los bombardeos está dificultando la atención a los heridos. Como se ve, se siguen sin cumplir los acuerdos y tratados internacionales al respecto. Naciones Unidas, la Unión Europea y la comunidad internacional, piden la «máxima contención» de las partes y los ministros de exteriores de EEUU, Reino Unido, Francia y Alemania, manifiestan que intentarán conducir el conflicto hacia un alto el fuego. Como es su costumbre, hablan pero no actúan y actúan donde no deben.

Las dos partes amenazan con intensificar el mayor conflicto desde 2012. Lo que empezó con el asesinato de tres jóvenes israelíes a sangre fría, ha desembocado en una guerra no declarada. Israel ha confirmado haber alcanzado más objetivos de Hamás en 36 horas que en toda la operación «Pilar Defensivo», que duró ocho días en noviembre de 2012. Aquella operación contra Gaza, comenzó tras el asesinato selectivo de Ahmed Yabari, jefe militar de Hamás en Gaza, por parte israelí. Las milicias palestinas no se hicieron esperar y una lluvia de cohetes cayó sobre Tel Aviv y Jerusalén. El Ejército israelí, bombardeo el estrecho pedazo de territorio palestino, ocasionando 1.300 heridos, al menos la muerte de 170 palestinos. Por parte de Israel murieron cinco israelíes. Ahora todo está por ver, pero se avecinan lluvias de misiles, que originarán ríos de sangre. 
Hamás y las milicias palestinas están respondiendo, a los intensos bombardeos, con el lanzamiento de más de 500 cohetes tierra-tierra, con un alcance de hasta 100 kilómetros. Los proyectiles han llegado hasta Jerusalén, Tel Aviv, Rishon Letzion y Hadera, sin dejar víctimas hasta ahora. En esta ocasión la operación «Margen Protector», según el ministro de Defensa, Moshe Yaalon, se ampliará y se intensificará de forma paulatina: «Estamos asesinando terroristas de diferente rango, y esta operación proseguirá y se intensificará. Por nuestra parte, no va a ser una batalla corta; golpearemos duro a Hamás y a otros grupos terroristas». No dice que la mayoría de los llamados «terroristas» son mujeres y niños y sus armas el pan, la justicia y la libertad que les falta.

En 1947, la ONU, aprobó el Plan para la partición de Palestina. Con supuesta buena fe, se pretendía dar respuesta al conflicto entre árabes y judíos en la zona. La presión de la comunidad judía internacional y la mala conciencia de los actores, han hecho que aquel plan fuera un fracaso, como todos los acuerdos, pactos y hojas de ruta, que desde entonces se han venido produciendo. La historia se está encargando de demostrarlo. 
La partición de la zona en dos estados, no contentó a ninguna de las partes. La Liga Árabe aprobó otra resolución que rechazaba frontalmente la de la ONU y en la que advertía que, para evitar la ejecución del plan de partición, emplearía todos los medios a su alcance, incluyendo la intervención armada. Reino Unido abandonó Palestina el 15 de mayo de 1948, un día después de que David Ben Gurión declarase la independencia de Israel. Todo fue un desastre. Desde entonces guerras, ocupaciones y sufrimiento. Una historia sin fin, que ha dejado a su paso demasiadas muertes. 

Por aquel entonces, el pueblo judío celebró la independencia y la creación de un estado judío, pero criticaron el plan que dividía en tres zonas separadas el territorio asignado, resultando poco viable y de difícil defensa. Los líderes árabes se opusieron al plan argumentando que violaba los derechos de la población árabe, la cual representaba el 67% de la población total en la zona, criticando que el 45% de la superficie de todo el país se adjudicaba al nuevo Estado judío, que representaba tan solo el 33% de la población. Agravio sobre agravio.

Y por qué me remonto a aquellos tiempos; pues porque conviene recordar la historia y las agresiones entre israelitas y palestinos hoy, no se entiende sin conocer las bases del conflicto. Desde 1948 se han producido diferentes crisis, incidentes armados y guerras abiertas. La primera guerra se produce cuando los cinco estados árabes vecinos (Líbano, Siria, Transjordania, Irak y Egipto), no conformes con el Plan de la ONU, le declararon la guerra al naciente Estado de Israel e intentan invadirlo. La siguiente fue la Guerra de Suez en 1956, en la que intervinieron Israel, Reino Unido y Francia, atacan a Egipto, como consecuencia, entre otras causas, de la nacionalización del Canal de Suez. 

En la Guerra de los Seis Días en 1967, Israel conquistó la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este, la península del Sinaí y los Altos del Golán en Siria. El siguiente conflicto fue la llamada guerra de Yom Kipur en 1973. Egipto y Siria iniciaron el conflicto para recuperar los territorios que Israel ocupaba desde la Guerra de los Seis Días y no lo consiguieron. Tras perder la guerra, embargaron el petróleo de los países que ayudaron a Israel, provocaron la subida de los precios, a la vez que una desestabilización de la economía internacional. 

Conflicto tras conflicto, «intifadas», numerosas operaciones militares y ataques indiscriminados, han dado lugar a innumerables resoluciones de la ONU, conferencias internacionales, acuerdos y pactos, muchos pactos incumplidos o con la amenaza permanente de incumplimiento. Después de todo, las principales cuestiones siguen pendientes: la soberanía de la Franja de Gaza y Cisjordania; la formación un estado palestino; el estatus de la parte oriental de Jerusalén, Altos del Golán y Granjas de Shebaa; el destino de los asentamientos israelíes y de los refugiados palestinos. Difíciles cuestiones que se anteponen al reconocimiento de Israel y Palestina y su derecho a existir y convivir en paz. 

Gaza sigue asediada, golpeada y puede ser invadida. 1.500.000 personas se encuentran encerradas en un territorio de 365 Km2, confinados entre muros. Castigar como se castiga a la población civil de Gaza a vivir en condiciones draconianas para satisfacer a la potencia ocupante es inhumano. Gaza se ha convertido en la mayor prisión del mundo a cielo abierto, un enorme campo de concentración, o un «campo de prisioneros. Los ataques por tierra, mar y aire, no discriminan los objetivos militares de los civiles. Todos los palestinos son considerados combatientes o terroristas; los niños también y los bombardeos se ceban con ellos. Son los «daños colaterales» de una guerra criminal.

«Esto que está pasando en Israel contra los palestinos, es un crimen contra la humanidad. Los palestinos son víctimas de crímenes cometidos por el gobierno de Israel, con el aplauso de su pueblo»; palabras de José Saramago a la BBC el 30 de marzo de 2002. Todo sigue igual.

 
 

 
 

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Víctor Arrogante
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