El barco
Zaytouna, uno de los dos integrantes de la flotilla Mujeres Rumbo a
Gaza, se encontraba en aguas internacionales, zona autoproclamada
militar de exclusión por el gobierno israelí, contraviniendo el derecho
internacional, como nos tienen acostumbrados, donde los barcos de la
Flotilla de la Libertad han sido atacados en otras ocasiones y ahora el
Oliva interceptado.
Desde el barco proclaman y hacen «un
llamamiento a todos los gobiernos, los funcionarios públicos y la gente
de conciencia para apoyar públicamente el derecho de paso por la libre
navegación civil pacífica», así como la
integridad física de los participantes y la tripulación a bordo, y apoyo
a la plena libertad de movimiento para todos los pueblos, en particular
los palestinos de Gaza.
No se puede con Israel.
Muchos años han pasado desde que Naciones Unidas aprobase su Plan para
la partición de Palestina en 1947. Con
supuesta buena fe, se pretendía dar respuesta al conflicto entre árabes
y judíos en Palestina. La presión de la comunidad judía internacional y
la mala conciencia de los actores, han hecho que aquel plan fuera un
fracaso, como todos los acuerdos, pactos y hojas de ruta, que desde
entonces se han venido produciendo. La historia se está encargando de
demostrarlo.
Gaza lleva la última década bajo bloqueo israelí.
Durante este tiempo ha sufrido innumerables ataques contra la población
asediada, cuya vida se ha convertido en una pesadilla de lucha continua.
Las Flotillas de Mujeres rumbo a Gaza y otras
misiones navales, denuncian la inacción de la comunidad internacional
frente a este sufrimiento y a la vez un llamamiento a la solidaridad de
la sociedad civil con la resistencia palestina.
Decenas de
activistas partieron de Barcelona el 14 de septiembre en dos barcos
llamados Amal, que significa Esperanza, y Zaytouna (Pliva) hacia
Palestina para denunciar el bloqueo ilegal por parte de Israel y la
ocupación, en una nueva edición de la Flotilla por la libertad, la
primera compuesta íntegramente por mujeres. Entre las mujeres que viajan
en el barco están Mairead Maguire –premio Nobel de la Paz y fundadora de
la ONG Gente por la Paz–, la poeta y guionista Naomi Wallace, o Marama
Davidson, miembro del Partido Verde de Nueva Zelanda.
La partición
de la zona en dos estados no contentó a ninguna de las partes. La Liga
Árabe aprobó otra resolución que rechazaba frontalmente la de la ONU y
en la que advertía que, para evitar la ejecución del plan de partición,
emplearía todos los medios a su alcance, incluyendo la intervención
armada. Reino Unido abandonó Palestina el 15 de mayo de 1948, un día
después de que David Ben Gurión declarase la independencia de Israel.
Todo fue un desastre. Desde entonces guerras, ocupaciones y sufrimiento.
Una historia sin fin, que ha dejado a su paso demasiadas muertes.
Por aquel
entonces, los judíos celebraron la independencia y la creación de un
estado judío, pero criticaron el plan que dividía en tres zonas
separadas el territorio asignado, resultando poco viable y de difícil
defensa. Los líderes árabes se opusieron al plan argumentando que
violaba los derechos de la población árabe, la cual representaba el 67%
de la población total en la zona, criticando que el 45% de la superficie
de todo el país se adjudicaba al Estado judío, que representaba tan solo
el 33% de la población.
Me remonto a
aquellos tiempos para recordar la historia y las agresiones entre
israelitas y palestinos hoy, que no se entiende sin conocer las bases
del conflicto. Y porque las ONG continúan con su trabajo y lucha y
quiero sumarme a esas acciones. Desde 1948 se han producido diferentes
crisis, incidentes armados y guerras abiertas. La primera guerra se
produce cuando los cinco estados árabes vecinos, no están conformes con
el Plan de la ONU (Líbano, Siria, Irak, Transjordania y Egipto). La
siguiente fue la Guerra de Suez en 1956, en la que intervinieron Israel,
Reino Unido y Francia, que atacan a Egipto, como consecuencia, entre
otras causas, de la nacionalización del Canal de Suez. En la Guerra de
los Seis Días en 1967, Israel conquistó la Franja de Gaza, Cisjordania,
Jerusalén Este, la península del Sinaí y los Altos del Golán en Siria.
El siguiente conflicto fue la llamada guerra de «Yom Kipur» en 1973,
iniciado por Egipto y Siria para recuperar los territorios ocupados por
Israel desde la Guerra de los Seis Días y no lo consiguieron.
Conflicto
tras conflicto, «intifadas», numerosas operaciones militares y ataques
indiscriminados, han dado lugar a innumerables resoluciones de la ONU,
conferencias internacionales, acuerdos y pactos, demasiados pactos
incumplidos o con la amenaza permanente de incumplimiento. Después de
todo, las principales cuestiones siguen pendientes: la soberanía de la
Franja de Gaza y Cisjordania; la formación un estado palestino; el
estatus de la parte oriental de Jerusalén, Altos del Golán y Granjas de
Shebaa; el destino de los asentamientos israelíes y de los refugiados
palestinos. Difíciles cuestiones que se anteponen al reconocimiento de
Israel y Palestina y su derecho a existir y convivir en paz.
Gaza está
asediada. 1.500.000 personas encerrados en un territorio de 365 Km2.
Están confinados entre muros, convertidos en la mayor prisión del mundo.
Los ataques por tierra, mar y aire, no discriminan los objetivos
militares de los civiles. Todos los palestinos son considerados
combatientes; los niños también. Los bombardeos se han cebado con ellos.
Son los «daños colaterales». El 40% de los muertos en la franja son
niños y mujeres. ¿Son crímenes de guerra?
Desde Rumbo a
Gaza creen que las acciones, de las Flotillas, el boicot y los grupos de
apoyo en el terreno, conseguirán sumar fuerzas para poner fin a la
injusticia de una ocupación que se prolonga desde hace ya 67 años. El
significado de la Flotilla es muy importante por el reconocimiento que
le da a la lucha de las mujeres palestinas, que llevan luchando cientos
de años, no desde la ocupación del 48, sino mucho antes.
La respuesta más violenta de Israel contra esta
iniciativa se produjo el 31 de mayo de 2010, cuando soldados israelíes
asaltaron el barco Mavi Marmara matando a nueve de sus tripulantes. La
Corte Penal Internacional de La Haya emitió el 6 de noviembre de 2014 un
dictamen en el que explicaba que existía una
base razonable para considerar que se cometió un crimen de guerra
durante el ataque a la Flotilla de la Libertad por parte de Israel.
Israel intercepta el barco de Rumbo a Gaza en aguas internacionales.
Podemos reafirma la necesidad de protección de todas las activistas que
viajan en la Flotilla, tal y como ayer firmaron los miembros de la
Comisión de Exteriores, de
Unidos Podemos, En Comú Podem y En Marea en una carta dirigida al
ministro en funciones de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo,
pidiendo «protección».
La armada
israelí ha vuelto a actuar con total impunidad y contra toda legalidad
internacional asaltando un barco civil que navegaba rumbo a Gaza en
aguas internacionales del Mar Mediterráneo. En el velero iban trece
mujeres de cinco continentes, en una acción no violenta de denuncia el
ilegal e inhumano bloqueo israelí a la Franja de Gaza, poniendo «el foco
en la situación de las mujeres porque a menudo no son reconocidas cuando
son las que logran que la sociedad funcione».
Yo también
denuncio y me solidarizo con las activistas y con el pueblo palestino,
que sufre la violencia de Israel, la ocupación y el bloqueo ilegal
inhumano.