Tras la
celebración de las elecciones generales el 26 de junio, seguimos viendo
y escuchando declaraciones de quienes han obtenido más votos y escaños y
menos de quienes los han perdido. Pocos movimientos, muchas bravatas y
silencios tácticos ante los pactos para la formación de un gobierno.
Tres alternativas pueden darse: o gobierna Rajoy, o forma gobierno
Sánchez o vamos a unas terceras elecciones. Hay quien dice que habría
gobierno pasado el verano, sin el uno ni el otro. Mientras, la situación
social y económica, aún sin gobierno o precisamente por ello, no se
percibe peor que antes del 20 de diciembre. La situación política e
institucional sigue siendo un desastre.
La
campaña electoral transcurrió en medio de consignas, propuestas y
promesas que no se si hoy están vigencia. Las necesidades de la gente
siguen siendo las mismas. La desigualdad social está desbocada, mientras
la indecencia del gobierno en funciones mira hacia las alturas, donde
están los más ricos para seguir favoreciéndolos.
Por la segunda lista de grandes deudores al fisco publicada por la
Agencia Tributaria, conocíamos que con lo que deben los morosos,
se pagarían los recortes que exige Bruselas.
Con lo que deben los morosos se podría atajar el déficit público; dos
veces el recorte exigido por Bruselas; ocho veces la posible multa de la
UE; cuatro veces la subida del IRPF; más de seis veces la subida del
IVA; tres veces lo que se dedica a I+D+i; diez partidas de dependencia y
casi toda la partida de empleo.
Según el colectivo de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha),
la lista de morosos publicada, sólo representa el 30% de la deuda total
pendiente de cobro que asciende a 52.200
millones de euros. También denuncian que en lista de morosos se deja
fuera a los principales deudores y a las grandes empresas y
multinacionales, además de los acogidos a la amnistía fiscal y los que
aparecen en la «lista Falciani». Una indecencia más, que dignifica a los
contribuyentes que cumplen con sus obligaciones tributarias.
Entre los principales deudores a la Hacienda Pública, no se encuentra el
22,1% de la población que vive con menos de 8.000 euros al año, ni los
once millones de personas cuyo sueldo medio no llega a 700 euros ni los
cerca de cinco millones de personas sin trabajo según la
última EPA. Empresarios, deportistas y grandes
compañías aparecen en la dichosa lista de los 4.768 deudores morosos. Lo
mejor de cada casa.
En la lista de Hacienda aparecen los «no»
contribuyentes por
deudas o sanciones tributarias de más de un millón de euros
al 31 de diciembre de 2015. Entre todos deben a Hacienda 15.700 millones
de euros. Mario Conde, Arturo Fernández (expresidente de la patronal
madrileña y exvicepresidente de la CEOE), empresas de la familia Ruiz
Mateos. Sacyr aparece con una deuda de 116,1 millones de euros. Empresas
de José Luis Moreno, el de los «muñecos». Clubes de fútbol, deportistas
de élite, la comunidad autónoma de Murcia y el Servicio Murciano de
Salud con una deuda superior a los 48 millones de euros. Viajes Marsans,
la empresa del expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán y Martinsa
Fadesa. Fitonovo, considerada una pieza central de la «organización
criminal», según la jueza Alaya en la
Operación Madeja o el abogado Rodríguez
Menéndez con más de tres millones de euros. No sigo, porque siento
arcadas.
Se hace ineludible un cambio que ponga fin a las políticas austericidas
del PP y abordar una etapa marcada por el reparto equilibrado de
sacrificios y de rentas, por una forma de ejercer la política desde los
principios básicos de la honestidad, donde se persiga sin cuartel la
corrupción y el fraude fiscal.
Es necesario un gobierno de cambio real.
La cuestión es que los que tienen no pagan y el Gobierno actúa como los
bandoleros pero al revés: quitándoselo a los pobres para dárselo a los
ricos. Mariano ha vuelto a meter la mano en la hucha de las pensiones y
ha retirado 8.700 millones del fondo, en plena «operación salida», a
traición, como es su condición.
La hucha de las pensiones se queda con un saldo de 25.176 millones de
euros, frente a los 66.375 millones que había
en 2011, cuando el PP llegó a La Moncloa. A este ritmo, si continúa
Rajoy como presidente, la hucha de todos los españoles, quedaría agotada
entre 2017 y 2018. Conocemos como son, que tipo de política de recortes
hacen y su estilo, limitando derechos y recortando libertades, Mariano
Rajoy y su cuadrilla no puede volver a gobernar ni siquiera por haber
recibido 7.906.185 votos de la derecha unida de toda la vida, de un
censo de 34.597.038 de votantes. El resto de partidos con representación
parlamentaria, tienen la mayoría de escaños suficiente para impedirlo.
Decía que no se si los programas que nos presentaron en campaña siguen
siendo posibles o ya son meras promesas rotas. Por ello sería necesario
que los partidos y coaliciones con ánimo de gobernar y solucionar los
problemas de la mayoría de la gente, elaboren una propuesta de gobierno
que rescate a los trabajadores y al pueblo. No es el
Gobierno de salvación nacional que pretende
Rajoy. Muy esclarecedor que Rajoy quiera salvar a España, después de
gobernar durante más de cuatro años y ni un día más.
Tras
asistir durante meses a demasiadas consignas, intransigencias,
declaraciones demagógicas, insultos y escasa convicción en los
argumentos, la necesidad obliga a que aflore la flexibilidad, la
generosidad y el entendimiento. El Sistema está lastrado por las trabas
constitucionales en materia electoral. La ley D'Hondt es un sistema, en
esencia, antidemocrático, porque los votos de los ciudadanos no deberían
estar condicionados por coeficientes de población. Es necesario que las
Cortes aborden de forma urgente la reforma de la Ley Electoral, para que
todos los votos valgan lo mismo. No puede ser que fórmulas matemáticas
recorten derechos.
No
caben excusas, no caben intereses partidistas ni de liderazgos, no cabe
sucumbir a presiones interesadas, internas y externas, que traten de
arbitrar o condicionar el juego político. Por el contrario, quienes
tienen la obligación de ponerse de acuerdo deben pensar que a ellos les
corresponde, no desde la oposición sino, desde el Gobierno, cambiar las
cosas y dar respuesta a las necesidades de la gente.
Bajo ninguna razón ni acuerdo puede dejarse gobernar ni un día más a
Rajoy y su camarilla. La vida debe continuar, pero sin Rajoy y los
suyos.
Quienes desde el PSOE y otras latitudes piden que se deje gobernar al PP,
podrían llegar a estar cometiendo traición al partido y a la idea
socialista que dicen representar. En el PP es en donde se encuentra la
extrema derecha, que en otros países se representa por si misma. Con el
PP ni pacto de Estado ni acuerdo de investidura ni de gobierno ni mano
tendida que legitime su política represiva, regresiva, antisocial y
corrupta
A los
partidos de izquierda cabe pedirles que abandonen disputas y posiciones
partidistas o personalistas irreconciliables, para que busquen
propuestas comunes y compromisos claros ante la ciudadanía con el
objetivo de que encuentren acuerdos y demuestren que hay soluciones a la
crisis social, económica, política existente, desde otra óptica a la
practicada hasta ahora.
Hay que
diseñar un plan de choque contra el desempleo, derogando las reformas
laborales del PP y del PSOE; reposición de todos los puestos de trabajo
perdidos en sanidad y educación; reducción de la jornada laboral a las
35 horas sin merma del salario; jubilación a los 60 años, con contratos
de relevo. Decretar una moratoria en el pago de la deuda e iniciar una
auditoría pública. Recuperar el poder adquisitivo y elevar el salario
mínimo al menos a mil euros mensuales. Prohibición de los desahucios de
primera vivienda, así como los cortes de agua y luz a los afectados; y
defender los derechos democráticos básicos, derogando la Ley Mordaza.
Habrá
que convocar nuevas elecciones generales, que sean constituyentes, para
aprobar una nueva Constitución que traiga otro advenimiento republicano.