Hace unos años publique en el desaparecido
Diario Progresista un artículo bajo el título
El PP y las «estrategias de la manipulación».
Transcurrido el tiempo y después de que el Partido Popular sigue
en el Gobierno con el apoyo del PSOE y Ciudadanos, han
perfeccionado el sistema y ahora la manipulación es casi perfecta.
Quitando alguna coma y poniendo algún que otro punto, la reflexión
de entonces sigue teniendo vigencia.
Los «ilusionistas» llamamos «Misdirection»
a distraer la atención de los espectadores hacia algún punto
distinto de donde se realiza el movimiento secreto o «gimmick».
Los objetivos son bien distintos; nosotros para hacer aparecer una
paloma, ellos para que desaparezcan derechos, pensiones y
prestaciones.
En el libro «Armas
silenciosas para guerras tranquilas»,
atribuido a Noam Chomsky, hace referencia a determinadas
estrategias de manipulación a través de los medios de
comunicación. Otras fuentes afirman que las «10
Estrategias de Manipulación» es un
documento del Grupo Bildergerg (mayo de 1979). Sea como sea, estas
son las mencionadas estrategias y cómo el PP las aplica a su
favor.
Estrategia de distracción; para mantener a la gente ignorante.
Con el fin de evitar que la ciudadanía piense y se organice, se
lanza una lluvia de información poco importante o fuera de su
alcance, manteniendo la atención lejos de los problemas reales.
Los
debates que se han producido en Podemos, la batalla interna en el
PSOE por el poder, el soberanismo en Catalunya y las sentencias
hechas públicas casi al unísono del caso Urdangarín o Tarjetas
black de Rato, siendo importantes son humo. Nos enzarzamos en
guerras de opinión sobre si España es una nación de naciones o
como se trata el riesgo de fuga en el Código Penal, como si
fuéramos expertos historiadores o juristas prestigiosos. Mientras,
el poder protege a los corruptos y perdemos de vista los recortes
en sanidad, educación y la pérdida del poder adquisitivo de las
pensiones.
Estrategia de ejecución gradual; para evitar el conflicto social
inmediato. Para llevar a cabo una medida, que en principio
podría resultar inaceptable socialmente, basta con aplicarla de
forma gradual; creando el ambiente propicio para que lo
inaceptable se convierta en inapelable. En los últimos tiempos, se
han venido introduciendo ideas y conceptos, para reducir la
organización del Estado (menos gasto social y menos servicios
públicos). Hoy se ven sus frutos envenenados.
Ahora
Las Marchas de la Dignidad en defensa del Sistema Público de
Pensiones, salen a «las calles a cuerpo,
para mostrar una realidad que se quiere ocultar y para demostrar
la solidaridad con quienes sufrimos los efectos de las políticas
capitalistas que, utilizando la crisis como excusas, confiscan
derechos y riqueza a las clases populares y trabajadoras en
beneficio de una minoría privilegiada.» Ocupan las calles para
defender los servicios públicos como la sanidad, la enseñanza y
denunciar la situación de pobreza de más del 30% de la población y
el aumento de la pobreza infantil.
Estrategia de diferir resultados; suponiendo que es más fácil
aceptar un sacrificio en el futuro, que una inmolación en el
presente. Es una estrategia que, además de manipular intereses,
promueve la insolidaridad generacional.Para que mañana puedan
poderse pagar las pensiones de jubilación, hay que rebajar hoy sus
importes. Para que el sistema de salud público pueda mantenerse en
el futuro, hay que privatizarlo hoy.
Lo cierto es que las pensiones sufrirán en
2017 la mayor pérdida de poder adquisitivo en cinco años, tras una
subida 0,25% y la previsión de que el IPC estará por encima del
1,5%. La Autoridad Fiscal prevé que la Seguridad Social continuará
con déficit durante los próximos años y
las pensiones perderán hasta 7 puntos de poder adquisitivo hasta
el año 2020.
Estrategia de minusvaloración; para engañarnos como a niños.
Cuanto más infantil sea el trato, más probabilidad de que la
reacción carezca de sentido crítico.
Los periodistas de TVE critican que
la dirección de Informativo impone que se apueste por las noticias
banales e inocuas políticamente,
mientras se ocultan las incómodas para el Gobierno. O sea:
censura. En uno de los últimos telediarios, un programa que dura
una hora, dedicaron tan solo 20” al Informe anual de Amnistía
Internacional, callando lo que se decía de España, mientras se
dedicaba ese mismo tiempo a la noticia del traslado de una osa
panda a Estados Unidos y tres veces más (1,15”), para informar del
hallazgo de fósiles de dinosaurios en la serranía de Cuenca. TVE
ignoraba uno de los momentos políticos más llamativos y comentados
del día: el enfrentamiento en el Congreso, durante la Sesión de
control, que protagonizaron Pablo Iglesias y Mariano Rajoy, que
fue titular en las demás televisiones y medios de comunicación.
Estrategia de la ignorancia; para evitar el control democrático.
Presentando los temas como algo complicado y complejo, se aleja la
materia del entendimiento medio, dejando la gestión en manos de
los técnicos y expertos. Se diseña un sistema educativo de calidad
para la clase pudiente; y la educación mediocre para la
trabajadora, limitando los recursos.
«Si
piensan que la educación es cara, prueben con la ignorancia».
Agustín Moreno defendía en la subcomisión del Pacto Educativo en
el Congreso, que debe blindarse la financiación para el sistema
educativo y no solo por razones de igualdad de oportunidades y de
justicia social, si no porque es lo más rentable que puede hacer
una sociedad. Un sistema de educación democrático, consecuencia de
un acuerdo social, político y territorial alcanzado a través de un
proceso de máxima participación de la comunidad educativa, que
está pidiendo la derogación de la LOMCE, para establecer una ley
que favorezca la estabilidad del Sistema.
Estrategia de la culpa; para que el individuo se autoinculpe de su
propia desgracia. Así, en lugar de rebelarse contra el
sistema, el individuo, culpándose, se autoexcluye de la solución y
la acción queda inhibida; y ya se sabe que sin acción, no hay
revolución. Se acusa a los trabajadores de que no trabajan lo
suficiente, a los enfermos que acuden demasiado a los servicios de
salud, a las familias que se han endeudado por encima de sus
posibilidades y a los jubilados, que son culpables de la
precariedad, por no morirse a tiempo.
Hay que alzar la voz contra la inoperancia y
porque
nos derrumban la Sanidad Pública.
Mientras los techos se caen sobre enfermos y trabajadores, se
entregan millones a empresas privadas que usurpan el espacio
público y facilitan el derrumbamiento de los derechos de usuarios
y trabajadores. La Marea Blanca denunció que «Más de 5.500
millones de euros son razones suficientes» para levantarse
«Queremos alertar a la ciudadanía del peligro que nos acecha con
los presupuestos para 2017», temiendo que traigan grandes
recortes, como han prometido a la Unión Europea.
Hay más
estrategias de manipulación. Está la Estrategia de provocación;
para ofrecer soluciones a problemas creados, provocando la
reacción social, a fin de que se demanden medidas, para aplicar a
continuación, precisamente, las que el poder tenía previsto
aplicar. Se provocan actos violentos en una manifestación, y a
continuación la policía actúa contundentemente. Manipula que algo
queda.
Estrategia de la mediocridad; para enaltecer lo vulgar.
Estimulando la creencia de que lo moderno es ser vulgar, lo
inculto cobra protagonismo y el «yo paso» adquiere seña de
identidad. Esto se observa, cuando los medios informativos, al
servicio del poder, cargan contra los valores de la sociedad
progresista y avanzada o contra el sistema público educativo,
acusándole de impulsor de valores alejados de la tradición, sin
presentar una alternativa de calidad a la sociedad actual.
Estrategia de la emoción; para evitar la reflexión crítica.
Con esta fórmula, se accede al inconsciente para implantar ideas,
deseos, miedos y temores o para inducir comportamientos. Por
último, la Estrategia de la sobreprotección; para mostrar quien
es el que cuida y protege. Nosotros sabemos lo que España
necesita, se escucha decir desde las tribunas. Danos tu voto.
Nosotros, que tenemos una visión global, proponemos lo mejor. Tu
no actúes, nosotros, nosotros que sabemos. Y con la estrategia
del miedo y la criminalización de las protestas, se evita la
reivindicación de las demandas ciudadanas.
Nada
tenemos que perder «salvo las cadenas». Nunca regalan nada, todo
hay que conquistarlo luchando. Contra la manipulación, la mayoría
social debe salir a la calle y mostrar la indignación por el trato
que nos dan y denunciar la injusticia con el grito colectivo de
«Pan, trabajo, Techo y Dignidad», Todos junt@s, con los colectivos
sociales, sindicales y políticos por el presente y el futuro.