Estamos
inmersos en un proceso electoral que culminará el 10 Noviembre. Los
resultados, pese a las encuestas, son inciertos, principalmente por
la posible abstención. Todas dan como ganador al partido de Pedro
Sánchez Castejón. Veremos. En las terceras elecciones de la
Transición, allá por 1982, estaba cantado; el Partido Socialista
Obrero Español, liderado por Felipe González, consiguió la mayoría
absoluta en el Congreso, con 202 escaños, el 48,11% de los votos y
134 senadores. ¡Qué tiempos!
Ahora, las encuestas promedio sobre los
comicios del 10-N,
confirma el estancamiento a la baja del PSOE, el sustancial avance
del PP a costa del desplome de Ciudadanos
y el mantenimiento al alza de Vox, consolidándose la extrema derecha
en el Parlamento. La irrupción de Más País, con algo más de un 4% de
intención de voto, parece perjudicar en mayor medida a Unidas
Podemos –que perdería alrededor de dos puntos–; también afectaría a
los socialistas –que cederían uno–. Las formaciones nacionalistas
repiten resultados: PNV, Bildu o Coalición Canaria, registran un
cierto retroceso. Perdería tres décimas JxCat, y ERC podría mejorar
levemente los resultados del 28-A.
Con estas
previsiones, el reparto de escaños choca con las expectativas de
Pedro Sánchez, cuando apostó por una repetición electoral para
evitar un gobierno de coalición con Unidas Podemos. El retroceso del
PSOE en estimación de voto se traduce en la perdida de uno o dos
escaños. Si los socialistas tienen ahora 123 diputados, las
encuestas le dan una horquilla que oscila entre 122 y 124. Si en
abril, la suma de escaños de PSOE y Unidas Podemos llegaba a los 165
diputados, ahora, con la incorporación de Más País, el cómputo
global progresista, caería como mínimo a 163. El centro y la
derecha, pasaría de un total de 149 diputados, en abril, a 152
ahora. Entre unas cosas y otras, lo cierto es que la probable foto
del próximo Parlamento, se diferencia poco de la que resultó el 28
de Abril. Otra cosa serán los posibles pactos que se puedan hacer.
¿Llegarán a un acuerdo PSOE, PP y Cs?
Vayamos a aquel 28 de Octubre del que ahora se
cumplen treinta y siete años. En el 28-O,
el PSOE (con el PSC) obtuvo 10.127.392 votos y 202 diputados,
que se dice pronto. En los últimos
comicios del 28 de Abril obtuvieron
7.513.142 votos (28,26) y 123 escaños. Alianza Popular, consiguió
5.548.107 votos y 107 diputados. Ahora el PP, su sucesor ideológico,
consiguió 4.261.473 votos y 65 diputados. El PSOE
ya había ganado otras elecciones durante la Segunda República,
pero esa es otra historia.
La
coalición de derechas formada por Alianza Popular y el Partido
Demócrata Popular, liderada por el ex ministro de Franco, Manuel
Fraga (fundador del Partido Popular), consiguió el 28-O, el 26,46%
de los votos. Frente al éxito alcanzado por los socialistas, el
hundimiento de la Unión de Centro Democrático de Landelino Lavilla,
víctima de las luchas internas, perdió 157 escaños, provocando
prácticamente su desaparición. El Centro Democrático y Social, de
Adolfo Suárez, consiguió 2 diputados, El Partido Comunista también
sufrió una debacle electoral: perdió más de un millón de votos y 19
escaños, quedando en la irrelevancia política, con 4 escaños y una
importante crisis interna. Nacía el bipartidismo político,
coexistiendo con los nacionalistas.
El primer gobierno socialista, presidido por
Felipe González, desarrolló una
política orientada a profundizar y asentar la democracia, e impulsar
una importante serie de reformas: la
profesionalización de las Fuerzas Armadas, consolidación del Estado
de las Autonomías, reforma educativa, medidas de saneamiento
económico e impulso de una legislación modernizadora en temas como
la despenalización del aborto e igualdad de la mujer. Otro aspecto
de gran relevancia, fue la plena incorporación de España a las
instituciones internacionales y especialmente a la Unión Europea,
dejando de ser un país aislado. Recuerdo aquel referéndum sobre la
OTAN, en el que siendo apoderado del PSOE, llevaba mi papeleta del
NO en el bolsillo. Hace cerca de quince años que abandoné las filas
del partido por su deriva ideológica.
Treinta y siete años han pasado de aquella
imagen de Felipe y Alfonso en la ventana del Palace. El triunfo del
PSOE venía a consolidar la democracia y significaba el regreso al
Gobierno de los vencidos de 1939.
La gran fiesta socialista se prolongó hasta la madrugada,
titulaba El País. "El espectáculo en Madrid era indescriptible y
emocionante". Eran momentos de confraternización, en los que la
gente se abrazaba y brindaba por la esperanza que comenzaba a tener
visos de realidad. Sabíamos que pertenecíamos a una nueva generación
y había ganado un partido que era capaz de despertar las esperanzas
e ilusiones de miles de personas.
Lástima que las cosas no hayan seguido ese camino.
La conmemoración de esta fecha histórica,
coincide con la mayor crisis política de los últimos cuarenta años,
si nos saltamos el golpe de Estado del 23-F. Hace dos años que el
Parlament proclamó la República catalana independiente
y el Gobierno de Rajoy aplicó el artículo 155 de la Constitución,
cesando al Govern y disolviendo el Parlament.
Hemos celebrado cuatro elecciones generales en cuatro años, lo que
sitúa al Sistema al borde de convertirse en un estado fallido. El
régimen político vigente, oligarquía de partidos, cumple pocos
requisitos para que sea considerado un sistema plenamente
democrático. Es necesario abrir un Proceso Constituyente, por una
nueva Constitución.
Como la cuestión es política y se están
tomando, aplicando el Código Penal, la crisis sobre Catalunya sigue
abierta y así seguirá mientras no haya una voluntad de resolverlo
con medidas democráticas, que debería conllevar el reconocimiento
del derecho de autodeterminación. La sentencia, con las duras
condenas, agrava la situación. El independentismo ha vuelto a salir
a la calle para rechazar la sentencia del Supremo que
impone penas de entre 9 y 13 años a los líderes políticos.
La manifestación, convocada por ANC, Òmnium Cultural y decenas de
entidades sociales, asociaciones de vecinos y ONG, ha concentrado a
350.000 personas, bajo el lema de "Libertad",
eslogan que prescindía de connotaciones independentistas con el
objetivo interpelar a sectores que no están de acuerdo con la
secesión. Las familias de los presos han llamado a "continuar
determinados a defender las libertades". Por su parte el President
Torra ha asegurado que el independentismo irá "tan lejos como el
pueblo de Catalunya quiera".
También han salido a las calles de Barcelona,
los unionistas para pedir clamar "basta" al procès.
La Societat Civil Catalana pide la dimisión de Torra y elecciones
"inmediatas" en una marcha que ha reunido
a 80.000 personas, según la Guardia Urbana. En el manifiesto leído
al final de la marcha, SCC ha denunciado que en Catalunya "emerge
una violencia no ya simbólica, sino dolorosamente real" y que el
independentismo "ha roto la convivencia". Cabe destacar que han
asistido Borrell, Ábalos e Iceta en representación del PSOE,
acusados por Gabriel Rufián de
"traicionar su historia" al sumarse a la
marcha de SCC. También han asistido, Pablo Casado del PP, junto con
Rivera de Cs. Los CDR han cortado la A-2 y la AP-7
para conmemorar la proclamación de la declaración unilateral de
independencia de Catalunya de España, hace
dos años.
En opinión del exfiscal general de Catalunya,
José María Mena es correcto hablar de presos políticos, puesto que
el Supremo ha dado una dimensión política a la sedición. Mena
considera que
para una desobediencia tumultuaria no se puede poner una pena como a
un violador. Se posiciona en
contra de las acusaciones de rebelión y sedición contra los líderes
independentistas. El Supremo piensa que lo
sucedido "merece una reacción punitiva muy severa porque afecta a
los intereses centrales del Estado".
La situación que presenta el último
Barómetro de septiembre del CIS, es que el
77,0% considera que la situación política es mala o muy mala y sólo
el 14,7% entiende que dentro de un año ira a mejor. El 50,0%
considera que la situación económica es mala o muy mala, y el 52,0%
cree que ira igual o peor. El paro es señalado como el principal
problema, seguido por la corrupción y el fraude, y los problemas de
índole económica. Los políticos en general, los partidos y la
política, se sitúa en el cuarto lugar como problema, para el 45,3%.
Ni el presente es halagüeño ni el futuro esperanzador.
De aquel
triunfo ha transcurrido tanto tiempo que la sociedad presenta otra
cara. El PSOE obtuvo una mayoría absoluta, que permitió a la
izquierda regresar al poder después de la guerra y la dictadura
franquista. Durante la Transición se hizo lo que se pudo, aunque
podía haberse hecho de otra forma. Aquel modelo, que pudo servir
entonces, hoy no sirve y hay que superarlo. Del entusiasmo y la
esperanza a la desilusión y el desasosiego.