El
presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, aceptó el encargo
del Jefe del Estado para formar Gobierno. Esta semana comienza la
ronda de contactos formales con vistas a la sesión de investidura. A
estas alturas nada está claro; los pactos para formar los
ayuntamientos y la complejidad para formar mayorías en las comunidades
autónomas, ponen un punto de incertidumbre a todo.
La ronda de
contactos para la gobernabilidad, comenzará con los líderes de los
tres principales partidos −Casado, Rivera e Iglesias−, que son los que
pueden facilitar o bloquear la investidura en el Congreso de los
Diputados. Para el PSOE, los españoles fueron claros con su voto el 28
de abril y el 26 de mayo, mostrando la voluntad de que "o gobierna el
Partido Socialista, o gobierna el Partido Socialista; no hay otra
alternativa", gobernando desde los valores progresistas que encarna el
Partido y con la voluntad de construir grandes consensos, dialogando
con todos, con todas las fuerzas políticas dentro del marco
constitucional en los próximos cuatro años. De momento, el presidente
del Gobierno no contempla mantener reuniones con los líderes del resto
de formaciones, especialmente con Vox y ERC.
Una vez que el Jefe de Estado, consultara a los
representantes de los distintos grupos en el Congreso, de acuerdo al
artículo 99 de la Constitución, para
proponer un candidato a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez
compareció en La Moncloa: "Le he traslado a Su Majestad el Rey mi
voluntad de aceptar el encargo que me ofrece, consecuencia directa del
mandato expresado de forma mayoritaria por el conjunto del pueblo
español el pasado 28 de abril en las elecciones generales", ha
afirmado. El presidente del Gobierno en funciones ha señalado que
asume la tarea con honor, gratitud y responsabilidad y con la
disposición de construir grandes consensos y dialogar con todas las
fuerzas políticas, dentro del marco constitucional.
En esa
misma rueda de prensa, apuntó los cuatro ejes que propondrá a la
Cámara para que en esta legislatura España avance con justicia social.
En primer lugar, la transición ecológica, la mitigación y la
adaptación al cambio climático; teniendo en cuenta que España es un
país que se ve afectado por el calentamiento global del planeta. En
segundo lugar, el impulso a la digitalización de la economía y del
sistema educativo. En tercer lugar, la lucha contra la desigualdad. Y,
en cuarto lugar, el fortalecimiento del proyecto común que representa
Europa: el empleo, la dignidad laboral y salarial, la educación, el
sostenimiento de las pensiones, la competitividad y la
internacionalización de las empresas; lucha contra la exclusión
social, y el combate sin cuartel contra la violencia machista.
La actitud de Pedro Sánchez, en ocasione
desconcierta. Antes de ser el encargado de formar Gobierno, vació su
agenda y desapareció del foco de la actualidad, sin mantener contactos
con los principales dirigentes de las distintas formaciones políticas
de las que necesita el apoyo para su investidura, limitándose a
contemplar el posicionamiento del resto de partidos. Sánchez ni miró a
la derecha ni a la izquierda, ni habló de socios preferentes, ni hizo
guiños a ninguna formación.
Sólo lanzó dos mensajes: buscar el mayor
consenso posible, en sólo camino, "gobierna el PSOE o gobierna el
PSOE".
Iglesias dice que sin coalición, no hay apoyo y
advierte de que "a una investidura se llega con los deberes hechos".
El grupo confederal de Unidas Podemos no apoyará una investidura del
candidato si los socialistas no ceden ante esta fórmula. Los
portavoces de los partidos que forman el grupo –menos Alberto Garzón–
han transmitido esta intención al rey y aseguran que así se
mantendrán. Desde el entorno del secretario general de Podemos
explican que no tienen miedo a un adelanto electoral: si no hay
Gobierno de coalición creen que Sánchez intentará formar Gobierno con
Ciudadanos y que esto pasaría factura a Pedro Sánchez.
Iglesias no exigirá "ministerios de Estado" pero
sí liderar "carteras sociales" para formar una coalición y avanza que
las primeras medidas que pedirá a Sánchez tienen más que ver con
políticas económicas y laborales como una reforma tributaria, la
subida del SMI a 1.200 euros o la reducción de la jornada laboral a 34
horas. Frente a esta aptitud,
el PSOE lanza un órdago: "La alternativa a una investidura viable es
repetir elecciones". El secretario de
Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha indicado que se afronta el
proceso de negociación de investidura apelando a la responsabilidad de
los tres grandes partidos −Partido Popular, Ciudadanos y Unidas
Podemos−, para que faciliten la investidura y haya un Gobierno en
España, descartando cálculos aritméticos con otros grupos para
conseguir sacarla adelante.
Sin darle
importancia a que PP y Cs hayan anunciado su voto en contra, o que
Unidas Podemos condicione su apoyo a un Gobierno de coalición, el PSOE
se limita a exponer los cuatro objetivos de su mandato: transición
ecológica, impulso a la digitalización de la economía, la lucha contra
la desigualdad y el fortalecimiento del proyecto de Europa. Veremos
cuales son las medidas concretas que necesitarán los grandes
consensos.
Pedro
Sánchez parece que quiere ser presidente sin esforzarse y eso le puede
costar caro. Eso podría ocurrir si Cs le brinda su apoyo sin
condiciones, porque UP no va a renunciar la premisa que viene
defendiendo: quiere gobernar sí o sí. Casi mes y medio después de las
elecciones generales, el objetivo es que haya un gobierno cuanto
antes, aunque las previsiones señalan a la primera o la segunda semana
de julio, como fechas para celebrar la sesión de investidura. Pedro
Sánchez pide "alturas de miras" a PP, Cs y UP para gobernar en
solitario y no contempla un Gobierno de coalición.
Si las
posturas de PSOE y Unidas Podemos no se mueven, se puede provocar un
bloqueo que lleve a una segunda investidura o elecciones anticipadas,
que parece que a nadie asusta, aunque conozcan que "urnas tienen
memoria".