Fue un 27
de Febrero de 1976, cuando El Frente Polisario autoproclamó la
República Árabe Saharaui Democrática. Coincidió con la salida del
último soldado español de la colonia africana. La proclamación se
realizó en Bir Lehlu, aprovechando el vacío jurídico dejado por
España. Madrid abandonaba al pueblo saharaui.
La independencia del Sahara, fue planteada por
Naciones Unidas a España en 1967, pero la disputa entre Mauritania,
Marruecos y España por el territorio, no lo permitió. En 1970, el
Sáhara Occidental era la provincia 53 del estado español con capital
en El Aaiún. El pueblo saharaui respiraba anhelos de
autodeterminación y a partir 1973, empezaron las acciones militares
por parte Frente Polisario, creado ese mismo año, contra el
colonialismo español. En 1975, y después de un informe de Naciones
Unidas,
España se comprometió a llevar a cabo un referéndum de
autodeterminación, mientras que Marruecos
y Mauritania reivindicaban el territorio, con argumentos históricos.
La
Carta de Proclamación de la Independencia,
hace referencia a la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración
Universal de los Derechos Humanos y la Resolución 1514 de las
Naciones Unida, recordando "Que los pueblos del mundo han proclamado
que están resueltos a reafirmar la fe en los derechos fundamentales
del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la
igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las Naciones grandes
y pequeñas a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida
dentro de un concepto más amplio de la libertad". En la Carta se
muestra el convencimiento "de que todos los pueblos tienen un
derecho inalienable a la libertad absoluta, al ejercicio de su
soberanía y a la integridad de su territorio nacional".
Declaran
"la necesidad de poner fin rápida e incondicionalmente al
colonialismo en todas sus formas y manifestaciones para el logro del
desarrollo económico, social y cultural de los pueblos militantes".
Por último proclaman solemnemente ante el mundo entero, en base a la
libre voluntad popular basada sobre los principios y alternativas
democráticas, "la constitución de un Estado libre, independiente y
soberano, regido por un sistema nacional democrático, ÁRABE de
tendencia UNIONISTA, de confesionalidad ISLÁMICA, progresista, que
adquiere como forma de régimen el de la República Árabe Saharaui
Democrática.
Después
de más de cuarenta y tres años de conflicto, la población saharaui
continúa viviendo dividida entre el Sáhara Occidental, ocupado por
Marruecos desde 1975, y los campamentos de refugiados en Argelia,
donde la ayuda internacional se ha reducido drásticamente, lo que
está provocando un éxodo de población en busca de un futuro que en
los campamentos no puede tener. El gobierno de la RASD dirige la
lucha por la autodeterminación. Hasta 1991 por las armas y desde
entonces, tras la firma de un alto el fuego con Marruecos bajo los
auspicios de la ONU, por medios políticos.
Hasta la
fecha, ochenta y dos Estados del mundo reconocen oficialmente a la
RASD y un centenar de países mantienen relaciones políticas con ella
a través de su reconocimiento al Frente Polisario. La inmensa
mayoría de las formaciones políticas, especialmente europeas,
organizaciones sindicales, profesionales y humanitarias de carácter
nacional, regional o internacional apoyan a la RASD y mantienen con
su Gobierno relaciones de amistad, cooperación y solidaridad, que se
expresan a través de multitud de iniciativas.
En el seno de la Organización de la Unidad
Africana (OUA) como en las Naciones Unidas (ONU) y el Movimiento de
los Países No Alineados,
la RASD está consagrada, en tanto que realidad nacional, que expresa
las aspiraciones legítimas del pueblo del Sahara Occidental,
con el ejercicio del derecho de autodeterminación. La OUA ha
admitido, desde febrero de 1982, a la RASD como miembro pleno de
esta máxima instancia que representa a los Estados independientes de
África. Hasta ahora, el gobierno de Marruecos no ha mostrado ninguna
voluntad de cumplir las decisiones de Naciones Unidas ni de ninguna
otra instancia.
La ONU
viene reiterando desde 1966, su reconocimiento de los derechos
legítimos del pueblo saharaui a la independencia y a la
autodeterminación. El pueblo saharaui, tiene la legitimidad para la
proclamación de independencia, desde distintos puntos de vista: se
trata de un pueblo; sólo un pueblo es natural y originariamente
titular de su soberanía; sólo él posee el derecho inalienable a
autodeterminarse; y la independencia es la situación más natural
para todo pueblo.
La
proclamación de la independencia del Sáhara Occidental responde a la
legalidad internacional, en la línea de las decisiones de la
comunidad internacional, especialmente las resoluciones de las
Naciones Unidas, de la OUA, de la Conferencia de Países No Alineados
y otros órganos internacionales. Naciones Unidas, en particular, ha
recomendado desde hace años el derecho a la autodeterminación del
pueblo saharaui, conforme al derecho consagrado por el Tribunal
Internacional de Justicia.
La legalidad y la legitimidad han creado, el instrumento necesario
para consumar la liberación del territorio nacional:
el Frente Polisario y el Gobierno de la RASD. Los éxitos obtenidos
por el Frente Polisario, tanto en el interior del Sáhara Occidental
como en el plano internacional, constituyen la demostración, no sólo
de su representatividad, sino también y sobre todo de la
determinación del pueblo, de su cohesión y de su ardor en el combate
para recobrar su soberanía y su independencia.
Cuarenta y tres años en campamentos de
refugiados son demasiados, Marruecos es culpable y España
colaboradora necesaria. Los Recursos Naturales del Sáhara Occidental
pertenecen al pueblo, pero están controlados por Marruecos. La
escasez de recursos produce desnutrición infantil, altos índices de
mortalidad en los partos, la cesta básica disminuye y los jóvenes
sin futuro. Los Territorios Ocupados son una gran cárcel a cielo
abierto.
Hay que seguir exigiendo a la ONU que imponga a Marruecos las
Resoluciones internacionales aprobadas y el respeto a los Derechos
Humanos. España debería imponer un plazo de 8
días al rey de Marruecos para que cumpla las resoluciones y acuerdos
surgidos por la legalidad internacional.
Para forzar la anexión del territorio saharaui
a Marruecos, el rey Hassan II, organizó una marcha pacífica,
inspirada por los Estados Unidos, financiada con dinero saudí y con
el favor de Francia y la Liga Árabe. Franco se moría y Juan Carlos,
jefe de Estado en funciones, viajó a El Aaiún, para exponer al
ejército que las presiones internacionales obligaban a abandonar
el territorio. Ante la cercana entronación y por intereses reales,
la suerte del Sáhara había sido decidida sin consulta alguna. Tras
el dictamen de la Corte de Justicia de la Haya, contraria a las
tesis marroquíes respecto al Sahara, Hassan II, anunció la
organización de la
Marcha Verde. Un millón de marroquíes
penetraría pacíficamente en el Sáhara para exigir su incorporación a
Marruecos. El Consejo de Ministros español cedió a la presión
marroquí y hasta hoy.
La crisis
provocó la guerra que enfrentó a los saharauis del Frente Polisario,
estuvo apoyado por Argelia, contra Marruecos y Mauritania. En 1979
Mauritania renunció a la parte de territorio que reclamaba, que se
anexionó Marruecos unilateralmente y, a su vez, reconoció al Frente
Polisario. Desde entonces, el Sahara Occidental es un territorio
administrado de facto (que no de iure) por Marruecos,
si bien tal administración no la ejerce sobre la totalidad del
territorio, pues el Frente Polisario controla el 35% del mismo al
este del muro que Marruecos construyó como defensa ante las eficaces
guerrillas del Movimiento de Liberación Nacional Saharaui.
Ahora surge un tercero en la discordia:
El Parlamento Europeo y la ratificación del acuerdo de pesca entre
la Unión Europea y Marruecos, que incluye
las Zonas Ocupadas. El Frente Polisario considera que es un
auténtico saqueo de los recursos naturales saharauis. El Buró
Permanente del Secretariado Nacional, expresó su condena por la
aprobación del acuerdo y señaló que constituye una flagrante
violación del derecho internacional, el derecho internacional
humanitario y el derecho europeo, en particular las decisiones
sucesivas del Tribunal de Justicia Europeo. El Frente, recurrirá a
todos los medios legales para defender la soberanía del pueblo
saharaui sobre su territorio.
España traicionó al pueblo del Sáhara. En
el punto tercero de los Acuerdos de Madrid de 1975 se declaraba:
«Será respetada la opinión de la población saharaui». Nunca se
cumplió.