"Something is rotten in the
state of Denmark". La frase
aparece en Hamlet, el drama
trágico de William
Shakespeare en 1601,
referido a la política del
Estado de Dinamarca a la
actitud de sus políticos.
Mencionar Dinamarca, junto
con el, fruto de la
podredumbre, es una metáfora
sobre la corrupción de
Estado. El autor pretendía
criticar la falta de valores
de los que en aquel momento
gobernaban su país. Hoy la
frase se usa coloquialmente
para decir que algo raro
está pasando. Shakespeare
vino a decir que en la vida
política, las cosas que no
marchan bien en un país, es
por causa de la corrupción.
Y a que viene esto: pues por
todos los acontecimientos
que afloran día a día sobre
corrupción política y
económica, cuyos
protagonistas esparcen sus
miserias por todos los
rincones del Estado español
y que pocos estamentos se
salvan: partidos políticos,
responsables institucionales
de ayuntamientos,
comunidades y hasta a la
Jefatura del Estado, que hoy
es protagonista por su
llamada al presidente del
Consejo del Poder Judicial,
y mostrar su desacuerdo por
no haber podido estar en
Barcelona en el acto de
entrega de despachos de los
nuevos jueces. Al día de
hoy, nadie ha rendido
cuentas sobre el viaje y la
ausencia real; ni el
Gobierno ni la Casa Real.
Se ha
dado el pistoletazo de
salida por los
autodenominados
constitucionalistas, para
salvar la monarquía y hasta
al Estado; practican un
golpismo permanente contra
el actual Gobierno. La
derecha y la extrema
derecha, han salido en
tromba a defender a la
monarquía; hasta los
empresarios lo han hecho.
Entienden que hay un ataque
sin precedentes contra el
rey y la institución que
representa. El PP pide al
Gobierno
promover la presencia de
símbolos nacionales para
fomentar el patriotismo y la
unidad de España.
Los populares subrayan la
importancia de la bandera,
el escudo y el himno como
muestra de la lealtad de los
españoles al sistema
democrático, con el objetivo
de atajar el problema de
unidad y patriotismo que, a
su juicio, padece España y
también para ayudar a
afrontar desde la unión el
impacto que está suponiendo
la crisis del Covid-19.
Aprovecho para decir que mi
patria es una República
democrática federal y mis
símbolos: la bandera
tricolor y el himno de
Riego; que en nada se parece
a la patria franquista
defendida por Pablo Casado;
y autoconfinamiento para
evitar los contagios.
No pretendo mezclar las
situaciones, sino
esclarecerlas. Esta es la
España de hoy: ataques
continuos a la presencia de
Unidas Podemos en el
Gobierno; el Rey se salta la
Constitución opinando; los
jueces del CGPJ en funciones
renovándose para perpetuar a
la derecha en la institución
(Según Pérez Royo, el
ministro de Justicia,
mediante decreto ley
aprobado en Consejo de
Ministros, puede impedir el
nombramiento de magistrados
por el CCPJ actual); el PP y
VOX no reconocen al Gobierno
legítimo y democrático; y la
presidenta de la Comunidad
de Madrid, junto con Génova
13 insumisos, provocando
políticamente, exponiendo a
la ciudadanía a un peligro
real.
El
artículo 56 de la
Constitución dice que el rey
es inviolable, porque sus
actos siempre están
refrendados por el Gobierno.
Que Felipe VI llame a Lesmes
(en funciones hace dos años)
sin refrendo, le pone fuera
de la Constitución y puede
considerarse como un golpe
institucional. Si la llamada
del rey a Lesmes no tenía
(como sostiene Zarzuela)
consideraciones
institucionales, el
presidente del CGPJ no
debería haberla mencionado,
salvo que se pretenda usar a
la Corona contra el poder
ejecutivo. Lo cierto es que
Felipe de Borbón quería
reunirse con los Jueces,
cuando su padre huye de
ellos. Y hasta aquí el
estado de la monarquía.
El rey se la ha jugado.
En una democracia
parlamentaria como la
nuestra, el Rey es un mero
símbolo, no es nada, nada
puede y de nada es
responsable.
El
ministro Salvador Illa insta
a la presidente Díaz Ayuso a
revisar sus medidas contra
la pandemia,
ante el riesgo sanitario de
la ciudadanía madrileña y de
las comunidades limítrofes.
Para Illa es hora de tomar
el control de la situación
epidemiológica en Madrid. El
PP ve en la posición de Illa
una cortina de humo para
perjudicar a Ayuso y tapar
la polémica del rey. En la
Puerta del Sol quieren
comprobar si las
restricciones aprobadas
surten efecto antes de
estudiar otras iniciativas.
La presidenta de la
Comunidad de Madrid,
aceptaría cerrar todas las
poblaciones de la autonomía
con más de 500 contagios por
cada 100.000 habitantes
si se sigue el mismo
criterio en toda España y se
hacen PCR en Barajas, Ave y
Renfe.
Escribía el ministro Alberto
Garzón en Twitter: "La
posición de una monarquía
hereditaria que maniobra
contra el Gobierno
democráticamente elegido,
incumpliendo de ese modo la
Constitución que impone su
neutralidad, mientras es
aplaudida por la extrema
derecha es sencillamente
insostenible".
Pablo Casado, ha comparecido
vía streaming, exigiendo el
cese inmediato del ministro.
Igualmente anunció que le PP
llevará a las Cortes
Generales la reprobación del
vicepresidente Pablo
Iglesias por sus ataques a
la jefatura del Estado.
Iglesias pidió en redes
sociales neutralidad al rey
por comunicar al CGPJ que le
hubiera gustado acompañarles
en la entrega de despachos a
los nuevos jueces. En su
particular matraca del por
dios, por la patria y el
rey, el líder popular ha
señalado que la monarquía "hace
más de 40 años España supo
hacer una transición
política ejemplar"
que ahora se está viendo
debilitada por un Gobierno
que fomenta
"intencionadamente las
fracturas, los radicalismos
y las discordias".
En su
ofensiva para proteger a la
monarquía, Casado no acierta
o miente cuando dice que
"hace 40 años votamos que la
Monarquía Parlamentaria
fuera la forma política del
Estado. Y hace 6, a través
de los representantes en las
Cortes que D. Felipe VI
fuese nuestro Rey. Adolfo
Suárez no sometió a
referéndum la monarquía
porque las encuestas le
dijeron que perdería. Cuando
la mayor parte de los jefes
de Gobierno extranjeros
pedían un referéndum sobre
monarquía o república...,
"hacíamos encuestas y
perdíamos", admitió el
expresidente en marzo de
2014.
La solución para que esta
consulta no se realizara fue
meter "la palabra rey y la
palabra monarquía en la ley"
de la Reforma Política de
1977.
De esta manera, "dije que
había sido sometido a
referéndum ya";
poniendo monarquía en la
ley, se aseguró la
permanencia de la
institución.
Quiero reafirmar que cuando
la indecencia política se
encarnizó lo hizo entre la
Casa Real de Felipe de
Borbón (al que nadie ha
votado) y en el Poder
Judicial de Lesmes (en
funciones desde hace dos
años), por atacar e intentar
desprestigiar al Gobierno
legítimo democrático de
España. La ultraderecha ya
intentó el golpe de Estado
enmascarándolo con un
gobierno de concentración.
Ahora, Casado prohíbe que
sus autonomías pidan el
estado de alarma porque
daría impulso a Sánchez,
haciendo politiqueo con la
vida de la gente. Ayuso y
Casado son tan miserables
que esperan a que el
Gobierno de España
intervenga Madrid para decir
que es un golpe a la
Autonomía. Los populares son
un peligro para el Estado.
Se puede ser monárquico o
republicano y ser demócrata.
Lo que no se puede es
defender que un monarca esté
por encima de un Gobierno
elegido democráticamente ni,
mucho menos, que un rey
puede vivir al margen de la
legalidad democrática y ser
demócrata. Y en eso estamos.
Siniestro Total cantó en
1988
Algo huele mal en Dinamarca:
"Esa es la cuestión heredero
sajón / porque la leyenda no
tiene enmienda / ser o no
ser. ¿Qué es lo que está
bien? ¿Qué es lo que está
mal?". Mientras todo ocurre,
la ciudadanía muere en las
residencias y en las camas
de hospital y parece que
poco les importa a los
contendientes en la batalla
política. Algo huele a
podrido en España.