La
Gran Depresión, fue una
gran crisis financiera
mundial que se prolongó
hasta los años
anteriores
a la Segunda Guerra
Mundial. Todo comenzó
con el Crac del 29, a
partir de la caída de la
bolsa de valores de
Nueva York, el martes 29
de octubre de 1929 −el
Martes Negro−. Cinco
días antes −el Jueves
Negro−, cundió el pánico
y comenzaron los
acontecimientos de
consecuencias sin
precedentes para los
Estados Unidos, que se
extendieron rápidamente
a casi todos los países
del mundo.
Los acontecimientos de
Nueva York, tuvieron
repercusión en España,
donde se reprodujo un
alto nivel de paro,
endeudamiento familiar,
cierre de empresas y
elevado déficit del
Estado; todo ello
agravado con la falta de
una cobertura social que
protegiese a los
desempleados. La
integración de la
economía española en la
economía mundial era
baja; pero el naciente
proceso de
industrialización sufrió
un duro golpe.
España en 1929 era un
país agrario con un
pobre nivel de
industrialización.
Había vivido un auge
económico durante los
"felices veinte", pero
el tejido empresarial
era demasiado pobre.
El primer efecto de la
crisis en España, fue la
depreciación de la
peseta. Pasó de un
cambio de 5,85 por dólar
en 1928 a 7,25 en
diciembre de 1929.
También tuvo hondas
repercusiones en el
aspecto político. A
partir de 1935 la
situación mejoró
levemente, pero la
guerra, tras el golpe
fascista, truncó las
esperanzas de
recuperación, que junto
a la terrible posguerra
dejó a España sumida en
la más absoluta pobreza.
El jueves 24 de octubre
de 1929, Wall Street, en
el sur de la isla de
Manhattan, estaba
inusualmente copada de
gente. Frente al
edificio de la Bolsa de
Valores se había
congregada una gran
multitud. La atmósfera
estaba llena de
preocupación, miedo y
pánico. En la tarde
anterior, el mercado
financiero se había
desplomado, con 2,6
millones de acciones
vendidas en una caótica
oleada de negocios. El
mercado mantuvo su
espiral descendente
durante el resto de esa
semana y la siguiente.
El lunes, la bolsa cayó
un 12.8%. El martes, se
registró una nueva caída
del 12%.
Algunas de las causas
más destacadas que
llevaron a la caída de
la bolsa: se había
producido un aumento de
la producción, pero el
consumo no creció lo
suficiente, por lo que
había excesos; la crisis
en Europa tras la
Primera Guerra Mundial,
ocasionó problemas
económicos y sociales,
por lo que EEUU perdió a
algunos de sus mayores
compradores; las
acciones se adquirían a
muy bajo precio y se
vendían en cuanto
aumentaban de valor, lo
que provocó una crecida
artificial de la bolsa,
causando un desajuste
entre la bolsa y la
economía real; los
créditos de los bancos
se conseguían de forma
fácil y se usaban para
comprar acciones, por lo
que se producían, en
ocasiones, grandes
deudas. Todas las causas
juntas propiciaron un
desajuste que llevó al
crack.
El
Crack de Wall Street no
fue la principal causa
de la Gran Depresión,
pero sí marcó su inicio.
El presidente Herbert
Hoover no administró
bien la crisis.
El presidente
republicano era reacio a
que el gobierno entrara
en la crisis,
creyendo que una postura
más laissez-faire
alentaría a empresas y
bancos a enderezar la
economía. En las
elecciones de 1932
perdió la presidencia.
Su sucesor, el demócrata
Franklin Delano
Roosevelt, ganó con el
57,4% de los votos. En
su toma de posesión
trató de tranquilizar y
unir a una población:
"El pueblo de EEUU no ha
fallado. En su momento
de necesidad, han
declarado que desean una
acción directa y
vigorosa", dijo.
"Nuestra tarea principal
es poner a las personas
a trabajar. Este no es
un problema sin solución
si lo enfrentamos sabia
y valientemente".
Con Roosevelt, se
aprobaron varias leyes
en el Congreso de manera
urgente: fondos
asistenciales para
desocupados, precios de
apoyo para los
agricultores, servicio
de trabajo voluntario
para desempleados
menores de 25 años,
proyectos de obras
públicas en gran escala,
reorganización de la
industria privada,
financiación de
hipotecas, seguros para
los depósitos bancarios
y reglamentación de las
transacciones de
valores. El problema más
importante para
Roosevelt era la quiebra
casi total del sistema
bancario, hasta tal
punto que era imposible
cobrar un cheque. La
producción industrial,
por su parte, había
tocado fondo en 1932.
Otro gravísimo problema,
era el bajo y permanente
nivel de las rentas
agrícolas. Como otro
gran problema era el
desempleo, se crearon
campamentos de trabajo,
donde los desempleados
realizaban tareas de
conservación de parques
naturales y otros
espacios verdes. El
Gobierno federal asumió
la realización de obras
públicas, pero no
llegaron a compensar la
enorme reducción
experimentada por el
gasto a nivel estatal y
municipal.
El New Deal
se enfrentó al dilema de
cómo emplear el dinero:
si en aliviar el
sufrimiento o en
estimular la economía
para el futuro.
El
gobierno del republicano
Herbert Hoover se vio
superado por las
consecuencias del crack.
La población se encontró
con unas inversiones que
no valían nada y deudas
imposibles de pagar.
Los bancos, al no poder
cobrar los préstamos que
tan alegremente habían
entregado, empezaron a
declararse en suspensión
de pagos
y alrededor de 3.000
entidades tuvieron que
cerrar por falta de
solvencia. La bonanza de
los años 20 dio paso a
una nueva década
caracterizada por una
paupérrima situación
económica, por la ruina
de bancos y clientes,
cierre de numerosas
empresas, bajada de
precio de los productos
por la disminución del
poder adquisitivo de los
ciudadanos, reducción de
acuerdos comerciales en
el ámbito internacional,
y el aumento del
desempleo. Hubo más
consecuencias
relacionadas con la
política. Con todo,
llegó la Gran Depresión.
En
el año 2008, se produjo
una gran crisis que
también se dejó sentir a
nivel mundial. Hubo
diferencias con la
crisis del 29, a pesar
de que ambas provenían
de una burbuja de
especulación y una fase
previa de relajación y
aparente estabilidad.
Mientras que en 1929
quien realmente provoca
la inestabilidad es
Estados Unidos, en 2008
fue la banca mundial.
En 1929 no existía
separación entre banca
comercial y banca de
inversión lo que llevó
al presidente Roosevelt
a crear la Ley Glass-Steagall
en 1933, con la que
pretendía controlar la
especulación a través de
diversas reformas
bancarias y evitar una
nueva crisis como la
vivida unos años atrás.
La ley fue derogada a
finales de 1999. Ocho
años después la
inseguridad se volvió a
repetir. La derogación
de la ley que había
estado vigente durante
tantos años, fue una de
las causas de la nueva
crisis. Como resultado
de esa desregulación, el
crack de 2008 no tardó
en producirse.
La
Gran Depresión iniciada
en Estados Unidos, se
difundió al resto del
mundo mediante la
disminución del comercio
y los flujos
internacionales de
capital y la inversión
de las corrientes
migratorias.
España no fue una
excepción y fue
golpeada, aunque con
menor intensidad que
otras economías europeas
más desarrolladas.
La adversa coyuntura
internacional
intensificó la
desaceleración de la
actividad económica
española, ya visible en
1928, y agravó los
desequilibrios
estructurales. La crisis
económica desencadenó
cambios políticos e
inestabilidad social.
Los problemas económicos
contribuyeron a la caída
de la dictadura de Primo
de Rivera, que arrastró
consigo a la monarquía.
Ello despejó el camino
al establecimiento
pacífico de la Segunda
República.
La inestabilidad
política y social fue
general en Europa. El
rearme de los fascismos
en Alemania e Italia
incubaba otra guerra
europea. La guerra en
España fue el preludio
de la Segunda Guerra
Mundial. Sin negar la
importancia de los
factores internos, el
contagio internacional
tuvo más relevancia en
la gestación de la
recesión económica, como
sucedió en el resto de
Europa. La economía de
la Segunda República
siguió las pautas
internacionales, con las
particularidades propias
de los países atrasados
y los problemas
peculiares de una
democracia recién
establecida.
Las repercusiones de
aquella grave crisis del
Crack del 29, no se
dejaron notar sólo en
Estados Unidos, sino en
el resto del planeta.
Aquello inició un
proceso de declive
económico mundial sin
precedentes que duró
años, prácticamente
hasta la Segunda Guerra
Mundial. La Gran
Depresión, fue
la más larga en el
tiempo, de mayor
profundidad y la que
afectó a mayor número de
países en el
siglo XX.;
se ha utilizado como
paradigma, y conocer
como se puede producir
un grave deterioro de la
economía a escala
mundial. No se ha
aprendido lo suficiente
ni aplicado las medidas
preventivas necesarias
para evitarlo.
La
crisis sanitaria,
social, económica y
política, provocada
ahora por el
coronavirus, acaba de
comenzar y el futuro
vuelve a oscurecerse,
sin fecha de caducidad,
con consecuencias
imprevisibles. Más de
2,7 millones de casos y
más de 197.000 muertos
en todo el mundo.
Solamente en América
latina y el Caribe, el
virus deja 29 millones
de pobres. La miseria ya
se está dejando notar.
El virus castiga a los
países más pobres del
planeta,
sobre los que se cierne
una tormenta perfecta de
consecuencias
devastadoras. Su sistema
sanitario es
insuficiente para
contener el brote y por
la escasez de agua,
tampoco es posible poner
en marcha medidas de
prevención como lavarse
las manos.
La
gente tiene hambre; la
demanda de comida por la
crisis del Covid-19,
está llevando al límite
a los servicios
sociales.
Los más optimistas
consideran que se
tardará de uno a tres
años, para recuperar la
vida anterior a la
crisis.
Las previsiones apuntan
a que la economía
española se contraerá un
8% este año.
El
secretario general de la
ONU afirma que es "la
peor crisis desde la
Segunda Guerra Mundial".
En España, uno de
cada tres empleados no
trabajará durante el
próximo trimestre, ya
sea porque está en el
paro o porque se ha
visto afectado por un
ERTE. La tasa de paro
que cerró el año pasado
en el 13,8% llegará al
19,9% en el segundo
trimestre. Si se agregan
los afectados por ERTE
−que no computan como
parados a efectos
estadísticos pero
tampoco trabajan− la
tasa de desempleo
llegaría al 34,1% del
total.
Con más de 23.000
muertos y 225.000
infectados por el virus,
miles de empresas
cerradas, muchos de los
comercios a punto de
desaparecer, miles de
trabajadores autónomos
sin actividad, millones
de trabajadores
afectados por los ERTE o
desempleados, el Estado
de bienestar está en
peligro; lo vamos a
pagar. Es el
crack del 20.20 y
tendremos nuestra Gran
Depresión.