El golpe de estado del
23-F de 1981, es un acto
de la historia reciente
española, que aun
abierto en canal, no ha
enseñado la verdad del
veneno de sus vísceras.
Fue un acontecimiento de
violencia política
extrema para cuantos lo
vivimos en la inocencia
de la democracia. Se
desconocen las
interioridades de la
acción, pero si las
consecuencias políticas
e institucionales que
han pervivido 39 años.
Algunos viven de sus
réditos.
Los golpistas querían
establecer un gobierno
"militar por supuesto",
recuperar los principios
del movimiento nacional
y el espíritu del 18 de
julio.
Si nos atenemos a las
palabras que el rey
dedicó al embajador
alemán Lothar Lahn
en marzo de1981, los
sublevados sólo "habían
querido lo mejor para
España". Para el rey
"los cabecillas sólo
pretendían lo que todos
deseábamos: el
restablecimiento de la
disciplina, el orden, la
seguridad y la
tranquilidad"; la
defensa de la unidad de
España, la bandera y la
corona.
Mientras los diputados y
el gobierno legítimo
permanecían secuestrados
por las armas, el
general Armada,
presentaba a Tejero el
gobierno de salvación
nacional,
que lo formaban:
Presidente, general
Alfonso Armada;
Vicepresidente Asuntos
Políticos, Felipe
González Márquez;
Vicepresidente Asuntos
Económicos, J. M. López
de Letona. Ministros UCD:
Hacienda, Pío
Cabanillas; Obras
Públicas, José Luis
Álvarez; Educación y
Ciencia, Miguel Herrero
de Miñón; Industria,
Agustín Rodríguez
Sahagún. Ministros PSOE:
Justicia, Gregorio
Peces-Barba; Transportes
y Comunicaciones, Javier
Solana; y Sanidad,
Enrique Múgica.
Ministros PCE: Trabajo,
Jordi Solé Tura; y
Economía, Ramón Tamames.
Otros partidos e
instancias: Asuntos
Exteriores, José María
de Areilza (Coalición
Democrática); Defensa,
Manuel Fraga (Alianza
Popular); Comercio,
Carlos Ferrer Salat
(presidente CEOE);
Cultura, Antonio
Garrigues Walker;
Información, Luis María
Anson. Militares:
Interior, general Manuel
Saavedra; y Autonomías y
Regiones, general José
A. Sáenz de Santamaría.
¿Estos señores, eran
conocedores de lo que se
proponía?
El desaparecido
Diario16, dirigido
entonces por Pedro J.
Ramírez, que entre otras
cualidades, se
caracterizó por la
investigación de las
tramas golpistas; sobre
este caso, dejó 23
preguntas escritas, que
junto con las que nos
hemos hecho en estos
días, siguen teniendo
plena vigencia y en si
mismas encierran
respuestas sobre lo que
ocurrió:
1. ¿Qué quiso decir
Suárez en su despedida
televisiva, con: No
quiero que la democracia
sea, una vez más, un
paréntesis en la
historia de España?
2. ¿Por qué nadie
investigó al diario
ultraderechista El
Alcázar, cuando el día
antes publicaba una
posible contraseña "Todo
dispuesto para la sesión
del lunes", antes de que
suenen las 18.30 horas?
3. ¿Por qué nadie
investigó lo aparecido
en la evista Spic del
mes de febrero, donde un
tal Otis escribía en el
penúltimo párrafo de su
columna: "No es cierto
que yo pretenda dar un
golpe militar el lunes
23 de febrero por la
tarde... ¡Además, no
sé!"?
4. ¿Por qué el capitán
Sánchez Valiente, "el
hombre del maletín", que
se marchó al extranjero
tras fracasar el 23-F y
no volvió hasta varios
años después, sólo fue
juzgado por abandono de
destino y no por
colaborador del golpe?
5. ¿Por qué no se
investigó la frase
del coronel San
Martín en el juicio de
Campamento: "Por una
confidencia supe que más
gente estaba enterada e
implicada... más de los
que aquí comparecemos".
¡Allá ellos y sus
conciencias!?
6. ¿Por qué el Rey, en
su telex a Milans del
Bosch, dijo: "después de
este mensaje ya no puedo
volverme atrás"?
7. ¿Por qué el Rey tuvo
que decir aquello de:
"Ni abdico, ni me voy.
Tendréis que fusilarme"?
8. ¿Por qué de
los numerosos militares
a los que se les dijo
que el Rey respaldaba el
golpe, a ninguno se le
ocurrió comprobarlo
llamando a la Casa Real?
9. ¿Por qué no se reveló
el nombre del "portavoz
parlamentario" que iba a
servir de interlocutor
entre los golpistas y
los diputados?
10. ¿Por qué el Gobierno
de la UCD giró
radicalmente a la
derecha tras el fracaso
del golpe?
11. ¿Por qué el golpe
aceleró nuestra
integración en la OTAN?
12. ¿Por qué no se quiso
identificar, con lo
fácil que era, a los
tenientes y guardias que
agredieron al
vicepresidente del
Gobierno Manuel
Gutiérrez Mellado?
13. ¿Por qué dijo Armada
a Aramburu (director de
la Guardia Civil), nada
más llegar al Hotel
Palace en la medianoche
del 23-F: "Vengo porque
me has llamado tú"?
14. ¿Por qué se impidió
a Armada revelar en el
juicio el contenido de
su audiencia con el Rey
(que duró hora y media)
en la Zarzuela, diez
días antes del 23-F?
15. ¿Por qué el Consejo
de Guerra que juzgó a
los implicados en el
golpe condenó al general
Armada a seis años de
prisión y luego el
Supremo elevó la pena a
30 años, la misma pena
que a Milans y Tejero?
16. ¿Por qué no se
investigó debidamente el
asalto al Gobierno
Militar de Madrid con
intervención de
elementos
ultraderechistas?
17. ¿Por qué no se
investigó quién era la
autoridad, "militar por
supuesto", que anunció
el capitán Muñecas desde
la tribuna del Congreso,
que iba a llegar en
breve para hacerse cargo
de la situación?
18. ¿Por qué Quintana
Lacaci, capitán general
de la Primera Región,
manifestó que si el rey
le hubiese ordenado el
23-F sacar sus tropas a
la calle y ocupar Madrid
le hubiese obedecido?
¿Es que no sabía
Quintana que ello era
contrario a la
Constitución? ¿Es que
ignoraba que ésta
confería al rey la
jefatura de las Fuerzas
Armadas sólo a título
representativo y no
ejecutivo, pues ello es
potestativo del poder
civil?
19. ¿Por qué no se
investigó y llamó al
orden al teniente
general Ignacio Alfaro,
presidente de la JUJEM,
quien, tras ver el
mensaje del rey por TVE,
se fue a dormir ("a
echar una cabezadita",
según su ayudante)?
20. ¿Por qué no se
detuvo a Torres Rojas en
la propia Acorazada
Brunete" cuando, a pesar
de ordenarle su capitán
general, Manuel
Fernández Posse, que
regresara a A Coruña,
continuó varias horas
más en la División?
21. Si la RTVE estuvo
controlada por una
pequeña columna militar
en las primeras horas,
no fue así con
las radios privadas, que
siempre estuvieron
libres. De ahí surge la
pregunta: ¿Por qué el
Rey no utilizó una de
ellas, la SER por
ejemplo, para dirigirse
por sus ondas, aunque
fuese brevemente, para
dar tranquilidad al
país?
22. ¿Por qué el Gobierno
español no protestó ante
el de EEUU por la frase
despectiva de su
secretario de Estado,
Alexander Haig, al
conocer la invasión del
Congreso "Es un asunto
interno de los
españoles", cuando lo
normal hubiese sido
solidarizarse con el
mantenimiento de la
democracia en España y
el rechazo al
militarismo golpista?
23. La diputada Carmen
Echave, declaró a El
Correo Español: "Cuando
aquella noche me
condujeron los guardias
al despacho del
vicepresidente del
Congreso, me prohibieron
encender la luz. Es por
su seguridad. No le
conviene ver quiénes
están ahí", me dijeron.
Allí dentro había
civiles. "Sugerí al
ministro Rosón que
mandase analizar una
botella de coñac francés
que se estaban
bebiendo". Tenía que
estar llena de huellas
dactilares. Pero a nadie
le interesó investigar.
¿Por qué?
Fue un golpe de estado
en toda regla:
perpetrado por mandos
militares, guardias
civiles y una trama
ideológica de la derecha
reaccionaria sin
identificar y que no fue
investigada. Fue un
golpe de estado
promovido desde las
instancias del poder
para reconducir la
"situación política a la
deriva". Al menos dos
conspiraciones
coincidieron en el
tiempo. La violencia de
Tejero con sus disparos,
asustó al rey y a
Armada.. El CESID
recondujo acciones e
indujo otras para llevar
a Armada a la
presidencia del
gobierno, con la
connivencia de algunos
políticos y partidos en
la oposición que jugaron
un papel determinante.
El general Armada "ayudó
a crear un ambiente
golpista previo al 23-F"
e hizo todo lo posible
para que Suárez
dimitiera. Todo parece
que Armada era el
"elefante blanco" que se
iba a hacer con el poder
en nombre del rey
(Iñaqui Anasagasti).
Años después encontré
esta nota debajo de mi
puerta: "Yo no sé muchas
cosas, es verdad. Digo
tan sólo lo que he
visto..." (León Felipe
en Sé todos los
cuentos). Yo digo lo que
he oído, lo que he
vivido y lo que pienso.
Inmediatamente entendí
que el rey estuvo
enterado del golpe de
Estado, "antes, durante
y después", como dijo
Alfonso Armada; también
por la frase tan
comentada de "A mi
dármelo hecho"; así como
por la opinión de Pilar
Urbano cuando dice: "el
rey nos salvó in
extremis de un golpe que
él mismo había puesto en
marcha"
y que él mismo alentó.
Habrá que esperar a una
nueva desclasificación
de documentos secretos,
aunque previsiblemente
la mayoría de las
pruebas, hayan sido
destruidas, por quienes
han tenido tiempo,
interés, o recibido
órdenes de destrucción
masiva. Después de
treinta y nueve años
transcurridos, todo
sigue siendo un secreto
de Estado.