Ya tenemos un Gobierno
de Coalición
Progresista, que va a
tener enfrente una
oposición de las más
duras de la historia.
Tendrá que afrontar
desafíos en materia de
empleo, fiscalidad,
emergencia climática,
reto demográfico,
cultura, deporte,
igualdad, memoria
democrática, derechos
sociales, pensiones y
vivienda; desafíos
territoriales,
judiciales, económicos
de envergadura y con un
parlamento muy
fragmentado. Uno de los
principales objetivos de
la coalición será
demostrar que se puede
lograr una cierta
estabilidad legislativa
para los próximos cuatro
años. Todo por ver; toda
esperanza.
El
presidente del Gobierno,
Pedro Sánchez, en la
presentación de su
Gobierno, ha garantizado
el "firme propósito de
unidad" de su Ejecutivo
de coalición entre el
PSOE y Unidas Podemos
que
tendrá varias voces,
pero una misma palabra.
Sánchez ha admitido la
singularidad del nuevo
Ejecutivo por ser el
primero de coalición de
la democracia, que
tendrá que recorrer un
camino nuevo que, en su
opinión, "va a servir de
referencia al futuro".
Además ha señalado que
este modelo de Gobierno
pone a la política
española en la misma
senda europea donde
conviven muchas mayorías
basadas en el
entendimiento de
distintos partidos.
El
nuevo Consejo de
Ministros, será uno de
los más numerosos de la
democracia, con 23
miembros incluido el
Presidente. Siguiendo su
propio estilo, se ha
rodeado de perfiles
técnicos, bajo mínimos
en la representación del
PSOE, optado por un buen
número de independientes
de reconocido prestigio.
Por su parte, Unidas
Podemos ha tirado de
carga política para las
carteras ministeriales:
están los líderes de
Podemos e IU, así como
Yolanda Díaz, dirigente
histórica de la
izquierda gallega, e
Irene Montero, que es de
los principales cargos
de la formación. En lo
que ha reforzado Sánchez
al PSOE ha sido en la
portavocía del Gobierno.
En cuanto a la paridad
que se garantizaba
durante la campaña
electoral, no se da; hay
doce hombres y once
mujeres (52%/48%).
Pablo Iglesias zanja el
debate sobre las
vicepresidencias "Será
un honor y un privilegio
compartir rango con tres
mujeres brillantes".
Iglesias, que ocupará la
Vicepresidencia de
Derechos Sociales y
Agenda 2030, tendrá el
mismo rango que Carmen
Calvo (Presidencia,
Relaciones con las
Cortes y Memoria), Nadia
Calviño (Economía y
Transformación Digital),
y Teresa Ribera
(Transición Ecológica y
Reto Demográfico).
Iglesias manifiesta que
"frente a los que
busquen sembrar la
cizaña: compañerismo,
trabajo en equipo y buen
humor". En cualquier
caso, Podemos considera
que lo más importante es
que el Gobierno de
Calición cumpla el
programa acordado entre
Unidas Podemos y el
PSOE, independientemente
de la estructura del
Ejecutivo y las personas
que ha elegido el
presidente Pedro Sánchez
para integrar el Consejo
de Ministros.
El
nuevo Gobierno se va a
nutrir de ideas
plurales"y hablará con
distintas voces, "pero
con una misma palabra",
insistiendo en que la
pluralidad del Ejecutivo
es reflejo de la
pluralidad de la mayoría
progresista que hay en
España.
Sánchez ha explicado su
nuevo Gobierno tendrá
como pilares el
"diálogo, el
entendimiento y la
convivencia de familias
políticas distintas".
Según explicó, ha
diseñado su Gobierno con
competencias muy
precisas y tasadas,
justificando así por que
ha desgajado Trabajo y
Seguridad Social.
Uno de los principales
retos del Gobierno de
Sánchez es la resolución
del conflicto político
en Catalunya.
El líder socialista ha
gestionado los apoyos de
su investidura en base a
una negociación que
resuelva, mediante el
diálogo, este problema
territorial.
Con parte del anterior
Govern de la Generalitat
en prisión, los partidos
independentistas han
centrado sus estrategias
en la petición de una
amnistía sobre la que,
al menos de momento,
Sánchez no se ha
posicionado. El líder
socialista ha avanzado
que ésta será una
legislatura de diálogo.
Sin embargo, el dilema
territorial no acaba en
Catalunya. Durante las
negociaciones de
investidura otras
formaciones han
constatado los
principales problemas de
otros territorios.
Mientras comunidades
como Euskadi o Galicia
también muestran
tensiones culturales y
la voluntad nacional de
algunos partidos, otras
han puesto sobre la
mesa problemas como el
de la denominada España
vaciada.
El
acuerdo de coordinación
entre el PSOE y Unidas
Podemos firmado y que
regirá las relaciones
entre ambas formaciones,
se basa en el documento
que, con el mismo
objetivo, suscribieron
el PNV y el PSOE en
noviembre de 2016 para
protocolizar sus
relaciones tras la
formación de gobierno en
el País Vasco.
Los miembros del
gobierno de coalición,
optaron por basarse en
el modelo vasco de
coordinación por
considerarlo "el más
solvente y adaptado al
derecho y a la tradición
política española",
introduciendo algunas
innovaciones.
Entre las principales
cuestiones del
Presupuesto están las
pensiones (limitadas por
ley a una actualización
anual del 0,25% por
parte del PP), la subida
salarial a 1.000 euros
para 2020 (1.200 en
2024) o la aprobación de
un ingreso mínimo vital.
Sánchez e Iglesias
deberán convencer a
algunas de las
formaciones que han dado
su apoyo en la
investidura, pero que se
muestran más reticentes
en cuestiones
económicas, como el PNV
y la negativa de las
organizaciones
empresariales.
El Grupo Vasco ya ha
advertido de que su
pretensión no es la de
derogar la reforma
laboral, una medida que
aparece reflejada en el
acuerdo entre el PSOE y
Unidas Podemos. Antes
del proyecto
presupuestario, el
Parlamento deberá
aprobar un techo de
gasto, que marcará los
límites de las políticas
económicas, una cifra
que deber ser validada
en el Senado. Tras las
elecciones del 10 de
noviembre, el PSOE no
cuenta con mayoría
absoluta en la Cámara
Alta, que está tan
fragmentada como el
Congreso, por lo que
deberá alcanzar un pacto
múltiple con diversos
grupos en el Senado.
El
debate de investidura ha
constatado que la
oposición al Gobierno de
coalición no piensa
conceder ni los
tradicionales 100 días
de rigor al nuevo
ejecutivo.
El PP, Vox y Ciudadanos
han cargado duramente
contra Sánchez e
Iglesias,
llegando a tildar al
líder del Ejecutivo de
traidor o, incluso,
manifestando que su
mayoría se apoya en ETA.
Pablo Iglesias le pidió
al líder socialista
firmeza democrática y
buen tono frente a estos
ataques, que, al menos
de momento, no tienen
pinta de ceder después
de la investidura.
Desde Poletika,
plataforma formada por
más de 500
organizaciones sociales
y no gubernamentales
(Coordinadora de ONG
para el Desarrollo,
Oxfam, Médicos del
Mundo, Greenpeace o Save
the Children, entre
otras), valoran
positivamente las
medidas de empleo,
protección social y
fiscalidad que contiene
el pacto de gobierno
entre PSOE y Unidas
Podemos. Según
destacaron en un
comunicado, el acuerdo "contribuirá
a una sociedad más justa
y sostenible".
Consideran que, de
cumplirse, el pacto
contribuirá a reducir
notablemente la
creciente brecha entre
ricos y pobres.
Consideran positivas
las medidas fiscales
acordadas: la lucha
contra los paraísos
fiscales, el compromiso
por una fiscalidad
internacional más justa
y el incremento del tipo
efectivo de las grandes
empresas al 15%.
Destacan también las
medidas para reducir la
precariedad laboral y
creen que tendrán
impacto sobre todo en
las mujeres. El
compromiso de derogación
de la llamada Ley
Mordaza es esperanzador
Uno de los principales
retos del nuevo Gobierno
de Progreso es sacar
adelante sus medidas, de
manera que puedan lograr
una estabilidad
parlamentaria que
garantice la aprobación
de las principales
medidas del acuerdo.
Para saber si el cambio
de discurso lleva
aparejado un cambio
real, habrá que esperar
a conocer detalles de
cada una de las medidas,
ver cómo quedan
dibujadas tras su
trámite parlamentario y,
sobre todo, saber cómo
se reflejan en los
Presupuestos Generales
del Estado.
Ahora, tanto Iglesias
como Sánchez deberán
validar una dinámica de
trabajo que demuestre la
utilidad del Gobierno de
Coalición, una
fórmula interiorizada en
otros países de Europa
pero que en España es
inédita en la historia
reciente.
Sánchez espera abrir la
legislatura del
entendimiento y del
diálogo en lo social, lo
territorial y lo
generacional. Por ello,
hizo un llamamiento a
abandonar la crispación,
los vetos y la
discordia. Indicó que
quiere un Gobierno que
sea "activo, ejecutivo y
resolutivo" y con claros
valores progresistas,
marcándose cinco
objetivos: afianzar el
crecimiento y el empleo,
abordar el conflicto
territorial, la justicia
social, la
transformación digital y
la plena igualdad de la
mujer.
El Gobierno de
Coalición, según los
acuerdos firmados,
comparte la importancia
de asumir el compromiso
en defensa de la
libertad, la tolerancia
y el respeto a los
valores democráticos
como guía de acción del
Gobierno, de acuerdo con
lo que representa la
mejor tradición europea.
Por ello, los ejes
prioritarios de
actuación han de
centrarse en dar
respuesta a los
principales retos que
tiene ante sí la
sociedad española.