Por el mes de Marzo, cuando
se decretó el Estado de
alarma por la pandemia del
COVID-10, parecía que
estábamos en el peor de los
escenarios, en Junio, se nos
decía que lo peor había
pasado y entrábamos en la
llamada nueva realidad. Hoy
sabemos, que tras los
rebrotes del virus, las
muertes, el aumento de
contagiados y la sensación
que nos transmiten de que
aquí no está pasando nada,
indica que lo peor está por
venir.
Los responsables políticos,
no es que estén satisfechos,
pero consideran que lo que
se está haciendo es lo
correcto, ojo, no es que se
estén haciendo lo que se
puede, que podría ser hasta
entendible, sino que se está
haciendo bien, cuando los
resultados son
catastróficos. 17
realidades, gestionadas por
17 diferentes percepciones,
muestran el caos, de lo que
está ocurriendo. No se
entienda mal el comentario,
no es que sea contrario al
Estado de las Autonomías,
sino que soy contrario a la
falta de coordinación, ante
una crisis tan grave en los
ámbitos de salud, económicos
y sociales, a la que estamos
sometidos. No quiero ser
cínico y evito la
contradicción, cuando el
Gobierno asumió el mando
único ante la crisis, lo
apoyé decididamente; cuando
abandonó su responsabilidad,
por presiones políticas, lo
lamenté profundamente.
Frente a un Estado de las
Autonomías que no da
respuesta a esta situación,
el Estado Federal. Mientras,
el Gobierno de España
muestra su satisfacción, por
las medidas políticas que se
están acometiendo en las
autonomías, felicitándose de
la descentralización.
Si desastrosa es la
situación sanitaria,
política y económica, la
situación del retorno a las
aulas en las escuelas se
presenta incierta y no
exenta de peligros ante la
incertidumbre y la falta de
concreción, pese al acuerdo
entre el Gobierno y las
autonomías, de 20 medidas y
cinco recomendaciones, en
medio de un rebrote
importante de la pandemia.
El
acuerdo para la vuelta al
cole deja en evidencia
la estrategia de choque
frontal del PP en el inicio
del curso.
Las comunidades autónomas
conservadoras acaban dando
su visto bueno al plan
consensuado con los
ministerios de Educación y
Sanidad,
mientras Casado opta por el
silencio después de varios
días de duras críticas a la
supuesta inacción del
Gobierno de Pedro Sánchez.
La
Plataforma Estatal por la
Escuela Pública, en la que
están representados nueve
sindicatos y asociaciones de
docentes, alumnos y
familias,
ha pedido al Ministerio de
Educación y a las
comunidades la reducción de
las ratio por aula para que
no haya más de 15 alumnos,
y la contratación de
alrededor de 150.000
profesores más para atender
las nuevas aulas que se
creen son las principales
peticiones. Todos lamentamos
que el gasto en educación no
esté a la altura de las
circunstancias.
Oxfam
Intermón estima que
el número de personas pobres
en España podría aumentar en
más de 700.000, hasta
alcanzar los 10,8 millones
de personas,
tras la situación generada
por la covid-19. En el
informe "Una reconstrucción
justa es posible y
necesaria", la ONG calcula
además que el previsible
aumento de la desigualdad
supondría borrar de un
plumazo lo que se había
reducido en los últimos
cuatro años. Así, las
personas con menores
ingresos perderían,
proporcionalmente, ocho
veces más renta que las más
ricas. En cuanto a
desigualdad, la comunidad
con un mayor aumento es
Andalucía, seguida por
Canarias y Extremadura. Ante
la nueva realidad que se nos
avecina, habría que
garantizar los derechos de
quienes han garantizado
nuestra supervivencia,
personas que han resultado
imprescindibles frente a un
modelo económico que hasta
ahora les había dado la
espalda.
Todo parece que la crisis
dejará una huella de
profundos daños económicos y
sociales que se han
distribuido de manera muy
desigual e injusta. No se
pueden repetir los errores
del pasado, debemos salir de
esta crisis construyendo una
economía más humana que no
deje a nadie atrás y en la
que contribuyan más aquellos
que menos han sufrido el
impacto de la crisis. La
desigualdad provoca, por un
lado, que distintas personas
tengan distintos niveles de
riesgo ante el contagio,
pero también que una vez se
produce el contagio, tengan
distintas posibilidades de
supervivencia. Pasados los
65 años, un 28,15% de las
personas que han trabajado
sin cualificación tenemos
dificultades para llevar a
cabo actividades básicas de
la vida cotidiana en algún
grado; este porcentaje baja
al 8,71% en la clase
ocupacional más alta,
haciendo que las personas
más vulnerables tengan más
probabilidades de enfermar.
La
pandemia entiende de clases
y así lo muestran los
contagios en Madrid, con la
incidencia del virus
multiplicada en los barrios
más pobres.
En Madrid cuatro distritos
del sur acumulan más casos:
Usera, Puente de Vallecas,
Villaverde y Carabanchel.
En común tienen la pobreza y
la precariedad, pues son los
territorios con menor renta
de la capital, viviendas de
peor calidad y menor tamaño
y un bajo porcentaje de
titulados superiores que
deja pocas opciones de
teletrabajo. Con 552 casos
por cada cien mil habitantes
en dos semanas, el
coronavirus tiene una
presencia seis veces mayor
que en el distrito de
Salamanca, el más rico de
Madrid. Solo un 17% de la
población tiene estudios
superiores, hay un 11% de
paro y la renta media es de
17.476 euros anuales.
En plena crisis por la
pandemia, Pedro Sánchez,
planteó a los partidos
políticos que una vez
transcurrido lo peor de este
drama sanitario la salida
debería ser por la vía del
pacto, de los acuerdos. La
idea original fue la de una
reedición de los pactos de
la Moncloa. Pero a petición
de Pablo Casado, acabó
derivando en la Comisión
para la Reconstrucción
Social y Económica en el
Congreso. Pactos de futuro,
reservas estratégicas y
planes de prevención, más
inversión en servicios
públicos y nuevas leyes que
fomenten el teletrabajo y
los horarios racionales son
algunas de las recetas
acordadas con diferentes
mayorías. Nada definitivo y
todo por concretar. Nos
quieren hacer ver que el
teletrabajo es la panacea
del futuro laboral, cuando
sólo algunos sectores son
sensibles a esa situación, y
no precisamente los que
tiran de la economía.
El
indicador de confianza
económica de la zona euro y
la Unión Europea ha mejorado
notablemente en agosto. Esto
ha permitido recuperarse a
ambas regiones, hasta el 60%
de lo perdido durante el
confinamiento de marzo y
abril; menos en España.
España es la única de entre
las grandes economías
europeas donde el índice de
confianza económica ha
empeorado.
Esta pérdida de confianza
económica, se refleja en una
fuerte caída del indicador
de expectativas de empleo
del país. Baja del 94,3% de
julio al 86,7% de agosto.
España se situará este año,
junto con Italia, a la
cabeza de las contracciones
económicas, según las
últimas previsiones del
Fondo Monetario
Internacional,
que estiman una contracción
sin precedentes modernos del
12,8% de la economía
española.
El
Banco de España pronostica
un desplome del PIB de hasta
el 21,8% en el segundo
trimestre de este año que
unido al 5,4% del primero
supondría una pérdida de
actividad económica de casi
82.000 millones de euros.
La elevada dependencia de
sectores vinculados a la
movilidad como el turismo
está lastrando la evolución
de la economía española con
la pandemia y el gran
encierro.
La economía española "es una
de las más duramente
golpeadas por esta crisis
hasta el momento", vista la
"estimación preliminar"
de caída del 5,2% del PIB
en el primer trimestre que
realiza el INE, frente al
3,6% de la zona euro. Se
trata de la mayor caída
intertrimestral de nuestra
historia reciente.
Y
llegadas a estos datos, me
paro, por que la macro
economía puede impedirnos
ver el bosque de la
realidad; y ésta nos viene
por el The New York Times
que nos saca los colores y
no deja títere con cabeza:
España "el país donde las
discotecas son más
importantes que las
escuelas".
España necesita una
revolución educativa que
ponga la educación entre sus
principales prioridades,
asegura. The New York Times
alerta de que hemos dejado
pasar miserablemente el
tiempo en disputas y pleitos
absurdos en lugar de
preocuparnos por fortalecer
y mejorar nuestro sistema
educativo. El periódico
neoyorquino, denuncia que
"las generaciones que
tendrán que sacar al país de
una nueva crisis se
incorporan al mercado
laboral sin las herramientas
para competir en un mundo
globalizado". Nos pone a
todos ante el espejo.
"Fútbol, playas, corridas de
toros y discotecas" es la
prioridad en la apertura de
España tras meses de
confinamiento.
Ante
tanto despropósito pongo en
evidencia la situación por
la que estamos pasando en
Madrid. Parece que el
Gobierno, pretende aplicar
la solución final para la
ciudadanía o al menos para
quienes no son de su
condición.
El coronavirus rompe los
registros en Madrid, que es
líder en contagios, presión
asistencial,
hospitalizaciones y muertes,
con una tasa de 416
positivos por 100.000
habitantes, mientras la
cifra de fallecidos va en
aumento y sus hospitales se
sitúan como los que acogen a
un mayor número de afectados
y los que más enfermos
atienden en sus UCIs. ¿Hay
quién de más? Isabel Díaz
Ayuso nos puede sorprender;
promete volver a misa e ir
más a los toros.
Si no fuera por que
conocemos sus males
cerebrales, diríamos que nos
toma el pelo.
Sobre
la repercusión en el empleo
y el aumento del paro,
hablaremos más adelante
cuando tratemos sobre la que
tenemos encima; pero hay
datos significativos, aunque
algunos datos conocidos nos
dicen hacia adonde vamos.
Los resultados de la
EPA del segundo trimestre
reflejan la situación
derivada de la pandemia. La
ocupación ha bajado en
1.074.000 personas (22.000
personas en el sector
público y en 1.052.000 en el
privado); hay que tener en
cuenta que esta cifra no
incluye a los afectados por
un ERTE, que se consideran
ocupados. El número de
parados sube este trimestre
en 55.000 personas (1,66%)
alcanzando la cifra de
3.368.000. La tasa de paro
se sitúa en el 15,33%. Hay
que tener en cuenta que no
todos los que han perdido su
empleo han pasado a
clasificarse como parados
según la definición de la
OIT. Una parte considerable
ha pasado a la inactividad,
categoría que ha aumentado
en 1.062.800 personas. El
número de activos desciende
en 1.019.000, hasta
21.975.200. La tasa de
actividad baja 2,64 puntos y
se sitúa en el 55,54%. En el
último año la población
activa ha disminuido en
1.060.400 personas y la tasa
de actividad se ha reducido
3,20 puntos. Una visión más
pormenorizada de las
transiciones observadas
entre ocupación, paro e
inactividad se obtiene con
la Estadística de Flujos,
que refleja que 1.034.200
ocupados y 1.107.600 parados
del primer trimestre han
pasado a la inactividad en
el segundo.
Ni la educación ni la
economía, están por encima
de la salud y la vida. ¿Hay
prioridad en la defensa de
los derechos fundamentales?
En el bienestar social está
el equilibrio. Yo sigo
confinado sine die de
esta sociedad del
despropósito.