En estos
días Feijóo, líder del Partido Popular y de la derecha reaccionaria,
viene utilizando el término terrorismo para atacar la ley de amnistía,
y contra la política del presidente del Gobierno y a sus socios
parlamentarios, faltando el respeto a las víctimas reales que tanto
dolor y sufrimiento han padecido durante años en España. En Catalunya
no hubo terrorismo durante el procés. Los altercados públicos nunca lo
son.
Alberto Núñez Feijóo, ha avisado al Gobierno de
Pedro Sánchez que reformar el delito de terrorismo en el Código Penal
para intentar sortear la legislación sería un fraude legal que podría
sacar a la calle a centenares de terroristas, algo que sería un
disparate, recalcando que en Europa no es admisible porque el delito
de terrorismo. Afirma que lo que ocurrió en Catalunya tras la
sentencia del procés fue la kale borroka independentista, recalcando
que
el terrorismo es terror y que en Catalunya hubo
días de verdadero terror; puro
fascismo.
Según el
artículo 573 del Código Penal español,
se considerarán delito de terrorismo la comisión de cualquier delito
grave contra la vida o la integridad física, la libertad, la
integridad moral, la libertad e indemnidad sexuales, el patrimonio,
los recursos naturales o el medio ambiente, la salud pública, de
riesgo catastrófico, incendio, contra la Corona, de atentado y
tenencia, tráfico y depósito de armas, municiones o explosivos,
previstos en el presente Código, y el apoderamiento de aeronaves,
buques u otros medios de transporte colectivo o de mercancías, cuando
se llevaran a cabo con cualquiera de las siguientes finalidades.
La lista de delitos terroristas que los países
de la UE son los relacionados con un
grupo terrorista (por ejemplo dirección de tal grupo terrorista o
saber que se participa en sus actividades) cuando se haga
intencionadamente, y delitos relacionados con actividades terroristas;
algunos de ellos son: difusión, ya sea en línea o no, de mensajes
destinados a incitar a un delito de terrorismo, por ejemplo
glorificación de actos terroristas; captación de otras personas para
cometer delitos de terrorismo; adiestramiento y recepción de
adiestramiento para fines terroristas, por ejemplo para la fabricación
o utilización de explosivos, armas de fuego o sustancias peligrosas;
viajes dentro o fuera de la Unión Europea para fines terroristas, por
ejemplo participar en las actividades de un grupo terrorista o
perpetrar un atentado terrorista; organización o facilitación de
dichos viajes, incluidos el apoyo logístico o material, tales como la
compra de billetes o la planificación de trayectos; aportación o
recaudación de fondos con ánimo de que se utilicen o con conocimiento
de que se vayan a utilizar para cometer delitos de terrorismo.
El terrorismo ha marcado de manera trágica la
historia reciente de España, desde los años sesenta del siglo XX. En
esta unidad didáctica analizaremos primero en qué consiste tal
fenómeno.
Al analizar el fenómeno terrorista, es necesario
focalizarlo en las víctimas de sus acciones.
Sólo de esa forma conseguiremos que la injusticia cometida en el
ejercicio de una violencia ilegítima se visibilice a partir de ellas,
con ellas, junto a ellas; pues son la demostración más evidente de la
violación del derecho humano más básico: el derecho a la vida.
El
terrorismo actúa de forma secreta u oculta para eludir la acción de la
justicia. La clandestinidad provoca a su vez un mayor aislamiento y
radicalidad del grupo. La etimología de la palabra indica que
terrorismo viene de terror, que es precisamente lo que se pretende
provocar mediante este recurso: un miedo intenso entre los rivales y
en la sociedad en general. Detrás del terrorismo hay un proyecto de
poder, dirigido contra alguna institución u organización a la que se
pretende someter mediante el uso de la fuerza. Los grupos terroristas
aprovechan el impacto que provocan sus atentados, su repercusión a
través de los medios de comunicación, para difundir sus exigencias.
En España, a lo largo de su historia, multitud
de individuos, organizaciones o el propio estado han utilizado el
terrorismo con diferentes objetivos, causando cientos de víctimas
mortales.
El Gobierno de España ha reconocido a 1451
víctimas mortales y a 4983 heridos en
atentados terroristas producidos entre 1960 y 2020.
Esto es
terrorismo. El primer atentado de ETA fue el asesinato de José
Pardines Arcay agente la Guardia Civil en 1968 y el primer atentado
indiscriminado fue el de la Calle del Correo, el 13 de septiembre de
1974. Hasta el 30 de diciembre de 2006, cuando mató a sus últimas
víctimas, en el atentado de la T4 de Barajas, ETA ha causado 873
víctimas mortales. Sus objetivos son amplios, incluyendo a militares,
policías, políticos, periodistas o empresarios, y aunque nunca ha
reconocido su intención de provocar atentados indiscriminados, lo que
ellos atribuyen a errores de cálculo, han provocado verdaderas
matanzas como fue el caso del atentado en un Hipercor en Barcelona.
En 1975,
con el asesinato de cuatro Guardias Civiles en Madrid, los GRAPO), se
convierten en el segundo grupo terrorista activo en España. Desde
entonces, han sido responsables de asesinatos, secuestros y extorsión
económica. A pesar de que su escasa actividad en comparación con ETA
hizo pensar en varias ocasiones que había desaparecido.
Englobados en el terrorismo tardofranquista se
produjeron una serie de atentados a cargo de una serie de grupúsculos
de extrema derecha neofascista o de estado, usando nombres como la
Alianza Apostólica Anticomunista o Triple A, Antiterrorismo ETA (ATE),
los Grupos Armados Españoles (GAE), los Guerrilleros de Cristo Rey o
el Batallón Vasco Español. Sus víctimas mortales, entre 15 y 40
personas, incluyen desde abogados laboralistas de izquierdas (matanza
de Atocha), a militantes de ETA, así
como ciudadanos sin relación con la política.
Desde
mediados de los años 80 aparecen los Grupos Antiterroristas de
Liberación (GAL), grupo terrorista de estado ilegal, con el fin de
hacer la guerra sucia a ETA. Entre 1983 y 1987 realizaron 23
asesinatos, así como varios secuestros, torturas y delitos económicos.
Sus actos se producían principalmente en el País Vasco francés, por
entonces refugio habitual de etarras, ya que el gobierno francés no
colaboraba con el español en su lucha contra ETA. Sus víctimas
incluían a militantes y simpatizantes de ETA, así como gente ajena al
terrorismo.
Los
atentados del 11 de septiembre de 2001 supusieron un duro golpe para
el terrorismo a nivel mundial, al incrementarse las medidas
antiterroristas en todo el mundo y embargarse todas sus cuentas
corrientes. En 1985 se produjo un atentado contra el restaurante
madrileño El Descanso, frecuentado por militares estadounidenses, que
mató a 18 personas e hirió a más de 100. El 11 de marzo de 2004 un
atentado islamista en Madrid mató a 191 personas e hirió a más de
2000, siendo el atentado más sangriento ocurrido en España, motivado
por la decisión del presidente del Gobierno José María Aznar de apoyar
a Estados Unidos de América en su lucha contra el terrorismo.
Para la Interpol el terrorismo abarca toda una
serie de complejas amenazas: el
terrorismo organizado en zonas de conflicto, los combatientes
terroristas extranjeros, los lobos solitarios radicalizados y los
atentados con materiales químicos, biológicos, radiactivos, nucleares
y explosivos. Los grupos terroristas incitan a personas de todo el
mundo, a menudo jóvenes, a dejar sus comunidades y viajar a zonas de
conflicto, principalmente situadas en Irak y Siria, y cada vez más en
Libia. La manera de captar nuevos adeptos y radicalizarlos ha
cambiado, prestándose mayor atención a los medios sociales y a otros
canales digitales.
El
terrorismo es el uso sistemático del terror, utilizado por una amplia
gama de organizaciones, grupos o individuos en la promoción de sus
objetivos, tanto por organizaciones políticas de todas las ideologías,
así como también por grupos nacionalistas, grupos religiosos,
revolucionarios, gobiernos en el poder y grupos patrocinados por
estos. El terrorismo, como táctica, es una forma de violencia que se
distingue del terrorismo de Estado por el hecho de que en este último
caso sus autores pertenecen a entidades gubernamentales.
La explicación de lo que es terrorismo es
sencilla de entender, es terrorista aquel que el poder duro identifica
como enemigo del Estado.
Por eso en España se acusa de terrorismo a quien
organiza una fiesta con un escenario en Barcelona en la jornada de
reflexión pero no se acusa de
terrorismo a un francotirador de ultraderecha que acaparaba armas de
guerra y planeaba atentar contra Pedro Sánchez. Para el juez Manuel
García Castellón la fiesta sí quería subvertir el orden constitucional
pero la Audiencia Nacional no creyó que planear asesinar al presidente
del gobierno lo subvirtiera. La diferencia entre estos dos casos es
política.
La historia
nos ha brindado multitud de ejemplos de actos, personas y
organizaciones que fueron terroristas, dejaron de serlo o se
convirtieron en ello simplemente por cambios en la correlación de
fuerzas de un Estado, por intereses geopolíticos o por diferentes
composiciones del poder.
Es
terrorismo la provocación o mantenimiento en estado de terror a la
población, mediante actos que pongan en peligro la vida, la integridad
física o la libertad de las personas o la conservación de los bienes.
No hay delitos de terrorismo relacionados con el procés. No es
terrorismo manifestarse, exigiendo más democracia, por la libertad o
en defensa de los derechos humanos. |