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Los viajes del Che Guevara a Madrid


 

El año de 1959 fue un año algo convulso en España. Nos hallamos prácticamente en los albores del tardofranquismo. Aquel mismo verano surgiría E.T.A., poco después de que se inaugurara la faraónica obra del Valle de Los Caídos. Mientras, la situación política y social en Cuba estaba todavía más enrarecida. Habían transcurridos apenas seis meses desde la caída del régimen de Fulgencio Batista (cuya tumba se halla en el cementerio de la Sacramental de San Isidro, en Madrid), cuando el 12 de junio de aquel año de 1959 salió del aeropuerto de La Habana la primera delegación en visita oficial tras el triunfo de la revolución. Durante aquel periplo de tres meses por África, Asia y parte de Europa la expedición recalaría en Madrid. Aquella delegación estaba encabezada por el argentino Ernesto "Che" Guevara (1928 - 1967).

 

El Che, Omar Fernández Cañizares, José Argudín y Pancho García Valls a su llegada a Barajas.  TAGS:undefined

 

Guevara llegaría a Madrid acompañado del capitán de la guerrilla cubana Omar Fernández Cañizares (quien contaría luego los pormenores del viaje en su libro Primer viaje del Che al exterior), del joven guerrillero de 16 años José Argudín y del secretario y hombre de confianza de Ernesto, Pancho García Valls. Observado bajo el prisma actual puede resultar ciertamente inverosímil pero lo cierto es que el  Che Guevara no llegó clandestinamente ni de incógnito a la férrea España de Franco, sino con un permiso de estancia de veinte horas. Las autoridades del régimen le impusieron una única condición: que no organizara actos públicos ni encuentros con líderes sindicales o activistas políticos.  

 

Ernesto Guevara descendiendo del avión.  TAGS:undefined

 

La tarde del sábado 13 de junio llega la comitiva a Barajas donde es recibida por miembros de la embajada cubana. El periodista del diario Pueblo, Antonio D. Olano, que había conocido al líder revolucionario en Sierra Maestra, también estaba allí para recibirles. Debía documentar la visita de los guerrilleros por lo que se había puesto en contacto con la agencia Europa Press, en la que trabajaba un tal César Lucas, para que le proporcionaran un fotógrafo. Aquel fotógrafo sería el joven César Lucas.  Lucas tenía 18 años y siete días. Apenas llevaba seis meses trabajando para la agencia Europa Press y se sentía como un advenedizo mientras esperaba a que llegaran los guerrilleros cubanos. Recordaba el momento para el diario El País: "No tenía apenas experiencia y lo recuerdo como angustioso". En el mismo artículo se aclaraba que unos meses antes Lucas había encontrado el cuerpo del atleta Joaquín Blume cuando fotografiaba a los muertos de un accidente de aviación en Cuenca y durante un tiempo aquella visión le había producido frecuentes pesadillas.  

 

Avión en el que viajaba  Joaquín Blume depués del accidente acaecido el 29 de abril de 1959. TAGS:undefined

 

Después del modesto acto de bienvenida se dirigieron al Hotel Plaza Madrid, sito en la Plaza de España. El Che llegó afectado por el jet-lag y no quería dormir, así que convenció al periodista para que le acompañara en una visita nocturna por la Villa y Corte. "Él hacía una escala de horas en Madrid camino de El Cairo, donde iba a asistir a la Cumbre de Países No Alineados. Me llamaron de la Embajada cubana de su parte y por la noche le llevé a la Feria del Campo (feria de productos agrícolas regionales) en la Casa de Campo, como haría con cualquier amigo", relataba Olano para El País. 

 

El periodista Antonio Olano y el Che Guevara en su habitación de hotel. TAGS:undefined

 

La figura del Che siempre ha estado rodeada de polémica. Incluso cuando se habla de la fecha de su nacimiento se genera controversia. La fecha oficial, la que el propio Ernesto defendería toda su vida, era la del 14 de junio de 1928, pero algunas fuentes aseguran que el futuro revolucionario vendría al mundo un mes antes: el 14 de mayo. Sea como fuere, el Che celebraría oficialmente las primeras horas de su 31 aniversario en la capital de la España franquista. Antonio Olano y César Lucas también pudieron acompañarle en aquella fecha tan señalada. Los había citado a ambos en el hotel a las seis de la mañana de aquel 14 de junio. El inexperto fotógrafo César Lucas había podido a duras penas conciliar el sueño, acuciado por una preocupación propia del neófito, sabiendo que por la mañana tendría que acompañar a aquellos cubanos y que tendría que documentar su paso por Madrid.

Aquel imberbe muchacho no imaginaba que durante las escasas horas que duró la visita tendría la oportunidad de retratar a un auténtico icono del siglo XX.

 

Antiguo Hotel Plaza de Madrid. TAGS:undefined

 

Dieron las seis de la mañana del domingo y César Lucas y Olano recogieron al comandante en el Hotel Plaza y le llevaron al Campus Universitario de la Complutense aunque era festivo. Quería ver cómo vivían los estudiantes y las instalaciones pero sobre todo, motivado por una melancólica deformación profesional, quería ver la Facultad de Medicina, delante de la cual posaría satisfecho ante la cámara Rolleiflex de Lucas.

 

El Che posando frente a la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. TAGS:undefined

 

Además de ésta existe otra foto que también fue tomada en la Ciudad Universitaria, junto a la escultura "Los portadores de la antorcha", de Anna Hyatt Huntington, inaugurada en 1955 en la plaza cercana a la facultad de medicina.  

 

Junto a la estatua

 

Fueron cerca de 40 fotos, repartidas en cuatro rollos, las que efectuara Lucas durante la estancia del Che en Madrid, todas ellas bastante pintorescas. La mayoría de las instantáneas, además, tienen ese aire de improvisación y son el fiel reflejo de una época. En una de las fotos el Che se sorprende al ver a tres chicas de los coros y danzas de la Sección Femenina vestidas de segovianas. En otra el guerrillero aparece con un ejemplar del diario Pueblo en sus manos. Era costumbre por aquel entonces que con el fin de otorgar mayor veracidad a los reportajes gráficos las celebridades aparecieran sujetando el periódico para el que se escribía el artículo por lo que el Che no se libraría de posar leyendo la edición dominical del citado diario.

 

El Che leyendo el diario Pueblo. TAGS:undefined

 

Pero sin duda la más icónica de las cerca de 40 fotos de César Lucas sería aquella en la que el Che posa junto al Arco del Triunfo de Moncloa (monumento que rememora la victoria del bando sublevado en la guerra fratricida). En esa foto el Che parece dar la espalda al triunfo franquista. Una foto que hoy sería imposible de reproducir ya que ahora en ese lugar hay un paso subterráneo. En un artículo de la publicación digital Zoom news se decía de ella: 

"Con la luz de la primera hora, Ernesto Guevara de la Serna, 31 años, aparece en un cruce de calles. Uniforme verde olivo y botas militares. En dirección contraria al letrero para los peatones. De gesto marcial con la mano agarrada al cinturón, la otra apretando un periódico. Detrás, al fondo, un autobús que se marcha hacia no se sabe dónde, y el franquista Arco de la Victoria, al que el Che da la espalda. Pocas imágenes condensan tanto la controvertida personalidad del retratado".

 

El Che con el Arco del Triunfo de Moncloa a sus espaldas. TAGS:undefined

 

El autor confesaba que todo había sido más bien fortuito: “Eran las siete de la mañana y yo tenía que hacer ver que estábamos en Madrid, que el Che estaba en Madrid”, recuerda César Lucas. “Levanté la cámara para poder coger el Arco de la Victoria al fondo y disparé”. Lucas también admitiría que la foto no estaba revestida de la carga simbólica que posteriormente se le quiso dar: “Cuando esta foto salió a la luz en 1996 un historiador de la fotografía diseccionó así esta imagen, pero yo lo único que recuerdo cuando la tomé es que no quería que la cámara se moviera por nada del mundo”. 

Todavía quedaban varios momentos apoteósicos que fotografiar, la visita continuaba. Había muchas pocas por hacer y poco tiempo para invertir, el avión salía al mediodía. Tras la corta visita a la universidad Ernesto Guevara y su comitiva continuaron su precipitada travesía madrileña mientras César Lucas continuaba retratando cada momento. Olano, gran aficionado a los toros, propuso visitar la antigua plaza de Vistalegre, en Carabanchel, propiedad de Domingo Dominguín, hermano de Luis Miguel. Ernesto aceptó encantado y Domingo Dominguín, que militaba en el Partido Comunista, también se mostraría ufano de abrir la plaza un día festivo para un revolucionario como aquel. Existe una foto del momento en el que el Che se encuentra sobre el albero de la plaza, flanqueado por un exultante Domingo Dominguín.  

 

Ernesto Guevara en la plaza de toros de Vistalegre. TAGS:undefined

 

Cerca de la plaza dos albañiles, acaso porque sabían quién era, o tal vez porque intuían que debía de ser alguien importante, le pidieron un autógrafo. El Che se lo firmó como si estuviera acostumbrado a ello. Ernesto se fue del lugar deseando que a su regreso pudiera tener la oportunidad de ver una corrida de toros en vivo. Una foto de un viaje posterior en la que aparece asistiendo a una desde la barrera muestra que finalmente tuvo la oportunidad de cumplir su deseo.  

 

El Che firmando un autógrafo. TAGS:undefined

 

De vuelta al centro pasearon por la plaza de Oriente y el Palacio Real. Ernesto había llegado a la capital en calidad de director del Servicio de Industria del Instituto Nacional de Reforma Agraria de Cuba pero su apariencia y la de sus adláteres, que poco tenía que ver con la de otros políticos, no pasaría desapercibida en el Madrid de la época.  

 

El Che frente al Palacio Real de Madrid. TAGS:undefined

 

Ataviados con uniformes militares y con gorras con visera caminaron entre rumores. "Esos deben de ser los cubanos", o "mira, ese seguro que es Fidel Castro "comentaban a su paso algunos madrileños que disponían de pocos recursos más que el No-do, el Diario Pueblo, o el Arriba para saber lo que pasaba en el resto del mundo. Cabe destacar que estos medios casi nunca hablaban del tal Ernesto Guevara. Prácticamente toda la atención la acaparaba  Fidel Castro que tras los primeros seis meses en el poder se encontraba bastante ocupado combatiendo a todo aquel que se opusiera a la reforma de la ley agraria. Estados Unidos aprovecharía esos focos de insurrección para sumarse a las protestas de algunos productores de tabaco y azúcar, y a las de los ganaderos contrarios al nuevo régimen. Aquello, lejos de ser el acabose, fue el "continuose" del "empezose" de algo que todavía a día de hoy no se ha resuelto. 

 

Desayunando en la Cafetería California de la Gran Vía. TAGS:undefined

 

La breve visita del Che, por su parte, discurría sin mayores contratiempos. Desayunaron en la cafetería California de Gran Vía y una camarera se hizo una foto con él. En la foto el joven argentino aparece con un gesto abstraído, sin mirar a cámara. La mujer, Carmen Muñoz, que miraba fijamente al objetivo, comentaría de él que le pareció un tipo muy simpático y educado. En el citado artículo de El País se alude a esta instantánea: "Las fotos del Che están hechas a los seis meses de tomar el poder los castristas. Tiene una ingenuidad que pierde luego en otras sesiones. Aún no había aprendido a posar y resulta más natural. Hay una imagen en el interior de la cafetería California en la que posa con una camarera y en vez de mirar a la cámara la mira a ella". 

 

Junto a Carmen Muñoz, camarera de la cafetería California de Gran Vía. TAGS:undefined

 

Después del tentempié, el Che le dijo a Olano que tenía que hacer algunas compras. El problema era que aquel día era domingo. Todas las tiendas estaban cerradas debido al sacrosanto descanso dominical que por aquel entonces todavía se respetaba. Entonces Olano recordó que José "Pepín" Fernández, dueño de Galerías Preciados, había vivido en La Habana, donde había trabajado de botones en los grandes almacenes El Encanto. Con el capital ganado en esas tierras había podido fundar en 1929 Sederías Carretas, germen de Galerías Preciados. Sabiendo de su pasado emigrante, Olano le pidió por favor que accediera a abrir los almacenes aquel domingo para que el Che efectuara sus compras. Cuando supo que se trataba del guerrilleo cubano Fernández accedió. "No se preocupe, Olano, les estarán esperando en los almacenes de Preciados dos dependientes",le dijo al periodista. 

 

El Che camino de Galerías Preciados. TAGS:undefined

 

El Che compró material de fotografía, una máquina de escribir Hispano-Olivetti portátil, cosas de aseo y dos libros. Volvieron al hotel de Plaza de España, cogieron un taxi al aeropuerto y allí se despidieron. Cuando llegaron al aeropuerto Ernesto Guevara obsequió tres puros al fotógrafo quien se los fumó tan a gustito, sin la más mínima pompa ni solemnidad. "Si lo llego a saber lo guardo en una vitrina", exclamaría a toro pasado. Es probable que hoy en día muchos estarían dispuestos a pagar una fortuna por aquellos habanos pero entonces no valían más que cualquier otro recuerdo ultramarino.  

 

Mirando una cámara en Galerías Preciados. TAGS:undefined

 

Cuenta Olano que unos miembros de la policía franquista interrogaron al redactor y al fotógrafo sobre el viaje del Che: "¿Qué les ha contado? ¿Dónde han ido? ¿A quienes han visto? No mientan que les hemos estado siguiendo". El régimen había autorizado la escala en Madrid pero la policía tenía muchas preguntas que hacerles a los dos reporteros. Sus contestaciones fueron suficientemente convincentes y se corrió un tupido velo sobre el asunto. Por su parte las fotos, lejos de lograr el status de icono que alcanzaron otros retratos posteriores, acabarían olvidadas en el baúl de los recuerdos César Lucas, que llegaría a fotografiar a mitos vivientes como John Lennon y que sería asimismo autor del polémico desnudo de la cantante Marisol para la revista Interviú en 1976, acabaría siendo el primer jefe de fotografía en El País y de otras publicaciones del Grupo Zeta. Pero aquellas fotos de Ernesto Guevara pasarían sin pena ni gloria por su vida y por la del resto de mortales. Nada que ver con las que en marzo de 1960, durante el duelo a 136 personas muertas al explotar un barco cargado de armas, tomara del guerrillero argentino Alberto Díaz Korda; esa que con el tiempo se ha convertido en un manido icono.  

 

Fotografía del Che de Alberto Díaz Korda. TAGS:undefined

 

El reportaje fruto del trabajo de Olano y Lucas nunca vio la luz. las fotos ni siquiera fueron publicadas. El diario Pueblo apenas hizo un escueta mención del acontecimiento y la agencia Europa Press archivó los originales. Después, con motivo de la muerte del guerrillero, un diario nacional publicaría algunas de estas fotos. En 1995 fueron redescubiertas gracias al proyecto sobre la historia visual del franquismo Las fuentes de la memoria. En aquella exposición se pudo contemplar la foto en la que el Che aparece junto al Arco del Triunfo de Moncloa. Entonces Adolfo Fernández-Punsola comenzó a fraguar la idea de una posible exposición que se materializaría en la galería de arte El Cantil, de Santander (Andrés del Río, 7), que tuvo lugar del 9 de agosto al 3 de octubre de 2003, y de la que Fernández-Punsola sería comisario. En ella se expusieron 22 imágenes, 19 de ellas inéditas, de las 38 que tomó Lucas.  

 

El fotógrafo César Lucas en la exposición de sus fotos sobre la visita del Che a Madrid. TAGS:undefined

 

Ernesto Guevara volvería a pasar por Madrid en su viaje de regreso a Cuba pero nunca volvería a coincidir con el fotógrafo César Lucas. También se conservan algunas fotos de esa segunda visita pero ninguna de Lucas. Durante aquella estancia, que fue algo más larga que la primera, pernoctó en el hotel Suecia, en la calle del marqués de Casa Riera, 4. El 3 de Septiembre de 1959 el guerrillero argentino acudió a la corrida de toros en la plaza de Las Ventas. Aquel momento dejó para la posteridad la inusual estampa del líder guerrillero apostado tras la barrera de la plaza de Las Ventas. En ella se le ve tocado con su clásica boina. 

 

El Che en la plaza de toros de La Ventas. TAGS:undefined

 

Con aquella visita se pondría fin a las visitas oficiales del Che a Madrid. Pero aquella, curiosamente, resultó no ser su última visita. Aquí, justo donde termina la crónica, comienza el misterio. Ya en 1966, un año antes de la muerte del Che, dos comerciantes uruguayos, que se hacían llamar Ramón Benítez y Adolfo Mena González, pasarían por el aeropuerto de Barajas entre los días 9 y 19 de octubre de 1966 en su camino hacia el Congo. Así lo muestran ambos pasaportes que lucían estampados en sus páginas sendos sellos del aeropuerto madrileño. Estos pasaportes serían encontrados en medio de la selva boliviana, en una casa conocida como la "Casa de la Calamina", o "La finquita", ubicada junto al río Ñacahuasú, o Ñancahuazú (del quechua: cabeza del río). La casa había servido de primer cuartel general a la guerrilla boliviana y se encontraba a unos 500 metros del campamento que a la postre sería la última morada relativamente estable de Ernesto "Che" Guevara antes de ser apresado por el ejército boliviano tras el combate de la Quebrada del Yuro. De ahí sería trasladado a una casa del municipio de Las Higueras el 8 de octubre de 1967 para ser asesinado al día siguiente. En ese mismo lance, junto con Ernesto Guevara, morirían Ramón Benítez y Adolfo Mena González y nacería el mito del Che. Pero mucho me temo que esa ya sea otra historia de la que tal vez algún día acabemos hablando. 

 

Pasaporte de Ramón Benítez. TAGS:undefined

Mr. Mad Misterio 


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Más: 

http://madridtourmisterio.obolog.es/madrid-insolito-viajes-che-guevara-madrid-2390650

http://elpais.com/diario/2003/08/05/revistaverano/1060034401_850215.html

http://www.zoomnews.es/estilo-vida/cultura-y-espectaculos/fotos-visita-che-guevara-madrid

https://www.youtube.com/watch?v=EfcIzDxRWIY

 

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Víctor Arrogante
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