Estamos
viviendo días en los que los bulos y las mentiras aparecen en los
medios a sabiendas de que son noticias falsas y quienes los difunden
lo hacen a sabiendas de lo que hacen. Los bulos o noticias falsas
tienen un fin: crear alarma política y social, en beneficio propio.
Lo vemos diariamente con Pablo Casado y determinados miembros de su
partido, que han hecho de las declaraciones políticas, un engendro
de mentiras y tergiversaciones sobre la realidad.
Lo que
sucede recuerda a otros tiempos de la historia. Me refiero a la
propaganda nazi en la Alemania de Hitler. La propaganda fue el
intento coordinado del partido nazi para influir en la opinión
pública alemana a través del empleo de la propaganda en los medios
de comunicación, que les proporcionó un instrumento crucial para
adquirir y mantener el poder, así como para la ejecución de sus
políticas, incluyendo el exterminio de millones de personas. Se
promovió la ideología para demonizar a los enemigos del partido
nazi; en particular, los judíos, comunistas e intelectuales.
Aquí voy a hacer un repaso a las últimas
mentiras y falsedades que Pablo Casado ha lanzado y
que algunos medios han detectado y denunciado, como eldiario.es.
Es falso que el ministro Garzón dijera que los ganaderos españoles
son maltratadores de animales y que exportan carne tóxica al
exterior. Como es falso que dijera que España exporte carne tóxica,
ni tampoco calificó a todos los ganaderos españoles en su conjunto
como maltratadores. Dice Pablo Casado que: Parece que el Gobierno
tiene problemas para aprobar la reforma laboral y que si "quisieran
aprobar la mochila austriaca y no derogar las partes de nuestra
reforma laboral del 12, que ASAJA, ANSAN o Foment en Cataluña
reclaman", saldría adelante. No dice que la principal patronal
española, la CEOE, ha respaldado el acuerdo, junto con los grandes
sindicatos CCOO y UGT.
Pablo Casado argumenta que: "Están dando un
millón de euros para la Guerra Civil o no sé qué archivos que
quieren digitalizar. Miente. El millón de euros "para la Guerra
Civil"
es un proyecto para digitalizar un archivo de 787.000 documentos de
la represión de la dictadura, un asunto
–el de las víctimas que no son de ETA– que al líder del PP le
produce desprecio y mofa desde que hablaba de "la guerra del abuelo"
y "las fosas de no sé quién" en uno de sus primeros discursos
públicos.
Dice Pablo Casado que el empleo privado en
España no ha crecido, sino que aún no se ha recuperado. "La EPA sale
así porque se han creado más de 200.000 puestos de funcionarios".
Datos falsos deliberadamente utilizados.
El empleo privado creció en 2021, y de
hecho lo hizo mucho más que el público. El año pasado se crearon
744.300 puestos de trabajo en el sector privado –una subida del
4,66%– mientras que el sector público aumentó en 96.400 ocupados
–2,85%–. También es falso que haya 200.000 funcionarios más. Gran
parte de las nuevas altas son por sustitución de jubilaciones.
Pablo Casado no da un solo dato correctamente,
cuando habla de 25 millones de personas pobres en España.
El informe Cáritas, que cita, habla de 6
millones de personas en pobreza severa, no de 25 millones. En cuanto
a los 2,5 millones de personas que van a las parroquias para poder
comer, de nuevo Casado suelta una cifra que no cuadra con la
realidad. Según Cáritas,
1,6 millones de personas acudieron a bancos de alimentos el año
pasado. Un dato muy inferior al que
enuncia el presidente del PP. Y podríamos seguir desmontando
mentiras y falsedades hasta el infinito, porque Casado no para de
difundirlas en beneficio político propio para desgastar al Gobierno.
Cambiemos
de tercio, que no de corrida. Joseph Goebbels, Ministro de
Propaganda en la Alemania nazi, estuvo a cargo de una maquinaria de
propaganda que alcanzó todos los niveles de la sociedad alemana. El
uso generalizado de la propaganda por parte de los nazis es
responsable de que el término en sí haya adquirido sus connotaciones
negativas actuales. Se centró en declarar que los judíos eran la
fuente de los problemas económicos de Alemania; presentando temas
más comunes entre los países en guerra, como la inminente derrota de
sus enemigos o la necesidad de seguridad.
A continuación me voy a referir a las leyes de
propaganda nazis,
los 11 principios y el alcance de cada uno,
que utilizaron durante el tiempo que ostentaron el poder, inspirados
por Joseph Goebbels:
1.
Principio de la simplificación. Este principio se basa en la
reducción de toda la complejidad de los distintos enemigos a una
realidad muchísimo más discreta, desprovista de diversidad y muy
fácilmente identificable. El propósito es infundir a todo lo que se
opone a las propias ideas de un rasgo común y sencillo donde se
reduzcan sus aristas hasta la misma caricatura. De esta manera, no
existiría nunca una batalla contra múltiples antagonistas, sino una
guerra en la que solo bregaría un sencillo contendiente: el mal, la
brutalidad, la injusticia o la ignorancia.
2.
Principio del método de contagio. Este principio estaría asociado al
anterior. Sus objetivos son sencillos: además de simplificar los
hechos, se pretendería dispersar una serie de atributos a todos los
sujetos que se acojan a ideas opuestas a las propias. A menudo son
adjetivos de contenido negativo, humillante y/o ridiculizante; que
se asignarían, sin meditarlo, al opositor.
3.
Principio de la transposición. En el momento en que se fuera objeto
de una acusación ineludible, sería necesario señalar al otro por
exactamente el mismo "error" que ha hallado en nuestra manera de
proceder. En Política puede observarse cuando trascienden casos de
malversación o apropiación indebida hasta la opinión pública, los
cuales motivan un cruce de reproches en los que se ensalza que:
"pues tú también lo hiciste, e incluso peor que yo". Con esta
actitud se persigue generar una distracción que desvíe la atención
de la propia figura y que se ubique de nuevo en los demás,
manteniendo toda sombra de sospecha fuera de nuestras inmediaciones.
4.
Principio de la exageración y de la desfiguración. Este principio
prevé que todo error del otro ha de ser aprovechado de forma
inmediata. Para ello se procedería a desdibujar su relevancia y su
alcance, de modo que pareciera un suceso mucho más grave o negativo
(para los propios intereses) de lo que realmente es. Se buscaría
trazar amenazas en casi cualquier acto que el enemigo llevara a
cabo, incluyendo aquellos a los que solo se les pudiera atribuir
importancia anecdótica o circunstancial.
5.
Principio de la vulgarización. Este principio propone que las
propiedades de los mensajes a comunicar han de adaptarse al nivel de
los individuos que van a recibirlo, y en concreto al menos
inteligente de todos ellos. A través de tal proceso se eliminarían
todos los matices complejos, y se buscaría difundir algo tan
"simple" que cualquier ser humano podría llegar a comprender. Esta
forma de diseñar los anuncios de propaganda iba dirigida a la masa y
no a los que la formaban, aprovechando que los grupos son más
fáciles de convencer que los individuos aislados (y que también
olvidan más rápido).
6.
Principio de la orquestación. Las ideas que se quieren transmitir a
la masa han de repetirse de forma continuada, usando distintos
prismas y ángulos pero insistiendo en el mismo concepto. Es
importante que todo se reduzca a lo más básico posible, de forma que
sea casi imposible que se perciba un atisbo de duda o contrariedad
en el contenido de lo que se transmite. Esta estrategia es básica,
puesto que aumenta las ocasiones en que el mensaje está disponible,
lo que incrementa el grado de credibilidad que las personas le
atribuyen y su disponibilidad en la conciencia individual.
7.
Principio de renovación. Este principio alude no al contenido, sino
a las formas, y más en particular al ritmo con el que se transmite
la información. El propósito sería generar tantas acusaciones que la
víctima no dispusiera de margen temporal suficiente para excusarse o
demostrar su falsedad, pues en el momento en que intentara liberarse
de todo su lastre el discurrir del tiempo le habría relegado a una
situación de irrelevancia. En definitiva, el propósito es abrumar al
rival y sobresaturar al pueblo.
8.
Principio de la verosimilitud. Toda información debería estar
sustentada por el mayor número de fuentes posible, algo que
resultaba muy viable en la Alemania que este Ministro nazi de
Propaganda proyectó (puesto que había prohibido cualquier medio que
no comulgara con las ideas de su partido). En el mismo principio se
contemplaba también la posibilidad de "camuflar" mentiras dentro de
una noticia objetivamente cierta, haciendo que estas fueran más
fácilmente digeribles para el público diana.
9.
Principio de la silenciación. Este principio tiene el objetivo de
acallar todas las noticias positivas sobre los rivales, usando los
medios de comunicación afines a la causa. El fin sería sesgar la
información de que podrían disponer, e incluso reservar noticias
negativas o falsas para el momento en que surjan logros del
adversario, contrarrestando sus efectos en el oyente. Para este
principio, lo fundamental es el tempo y la tergiversación.
10.
Principio de la transfusión. A través de este principio se
pretendería hacer uso de la historia de una nación, e incluso de sus
mitos populares, para conectarlos de una manera directa con el
contrincante a derrocar a través de analogías y equiparaciones. El
fin es aprovechar un odio preexistente, cuya raíz se hunde en el
acervo cultural y social común, para vertirlo de forma directa sobre
quienes se oponen a un régimen.
11.
Principio de la unanimidad, para hacer creer que las ideas que se
desea difundir, gozan del consenso de toda la población. Este
principio aspira a aprovechar el conocido fenómeno del conformismo
social, al que se atribuye una enorme capacidad para la persuasión,
especialmente entre aquellos que desconfían de su propio criterio
para guiarse a lo largo de la vida.
Nota:
Cualquier parecido del discurso de Pablo Casado y sus
correligionarios, con los fundamentos de la propaganda nazi que
hemos desarrollado, son pura coincidencia.