El Partido
Comunista de España celebra su centenario. Ha llovido mucho desde
aquel 14 de noviembre de 1921, todo un siglo de historia y de lucha.
El PCE surgió tras la unión de los dos partidos comunistas existentes
en España, creados al calor de la Internacional Comunista, y herederos
de la gran Revolución Soviética de 1917.
En 1919 se había constituido en Moscú la Internacional Comunista,
que llamó a los partidos obreros a adherirse. Poco después, las
Juventudes Socialistas acordaron unirse a la naciente Internacional y,
como resultado de ello, nació el Partido Comunista Español (1920). En
el Congreso Extraordinario del PSOE (1921), Óscar Pérez Solís afirmó
que con fe inquebrantable, el proletariado español caminaría por la
senda áspera, pero senda de salvación de la Internacional, bajo cuyo
pabellón se acogía liderado por el naciente Partido Comunista Obrero
Español.
El nacimiento ocurría al finalizar la Primera
guerra Mundial, en la que España se mantuvo neutral, pero
los acontecimientos que se produjeron entre 1914 y 1918 influyeron
notablemente en el desarrollo interno del país dejando importantes
secuelas tras el final del conflicto. La
guerra había desencadenado procesos políticos, económicos y sociales,
que provocaron situaciones nuevas como la movilización social que
permitió la participación ciudadana en política, el estancamiento de
la economía europea, principalmente la de los bandos beligerantes, la
influencia de la Revolución Rusa o el aumento de la importancia de los
colectivos frente al individualismo.
Por otra
parte, los efectos de la Revolución Rusa, que habían sustituido en
Europa numerosas monarquías por repúblicas, fueron notándose también
en España. Alfonso XIII comenzó a ser crítico con el sistema político
liberal y con las instituciones parlamentarias, que habían vivido un
período de continuos cambios sin obtener resultados. En agosto de 1923
planteó la posibilidad de gobernar él solo con el apoyo de la Junta de
Defensa, prescindiendo del Parlamento. Un mes después, Miguel Primo de
Rivera, se sublevó contra el gobierno liberal de Manuel García Prieto,
Alfonso XIII le nombra Presidente del Consejo de Ministros,
disolviendo las Cortes y poniendo fin a cinco décadas de monarquía
constitucional, iniciándose una dictadura hasta 1931.
En abril de
1920 gracias al impulso de la Federación de Juventudes Socialistas se
crea el Partido Comunista Español. Un año después se funda el Partido
Comunista Obrero Español por un grupo de militantes socialistas
favorable a la adhesión a la Internacional Comunista. Finalmente del 7
al 14 de noviembre de 1921 se celebró en Madrid la Conferencia de
fusión de los dos partidos comunistas, y de aquella unión nació el
Partido Comunista de España, que celebró su I Congreso el 15 de marzo
de 1922. El principal objetivo del recién creado PCE era el frente
único de la clase obrera.
Como ya se
ha apuntado, en septiembre de 1923 se produce el golpe de Estado de
Miguel Primo de Rivera iniciando una dictadura de más de seis años. En
los inicios de la dictadura, el PCE insistió en el frente único de la
clase obrera para derrotar la dictadura y a la oligarquía que lo
sustentaba. Sin embargo, fue rápidamente ilegalizado, sus sedes y
locales clausurados, la prensa obrera cerrada, y muchos militantes
comunistas fueron arrestados y encarcelados, otros tuvieron que
exiliarse. Hubo que esperar hasta la proclamación de la Segunda
República para que se saliera de la clandestinidad y se retomara la
actividad política.
Se celebró
el IV Congreso del PCE en marzo de 1932, un hecho de gran importancia
en la historia del partido. Una nueva dirección tomó las riendas de la
organización, con José Díaz a la cabeza como secretario general,
acompañado por Dolores Ibárruri, y de muchos otros militantes de la
talla de Vicente Uribe (ministro entre 1936 y 1939), Trifón Medrano,
Jesús Larrañaga y tantos otros que tuvieron un papel muy destacado
durante el periodo republicano y especialmente en la guerra contra el
fascismo, y la posterior lucha antifranquista, muchos de ellos dejando
su propia vida.
Se
consiguió el primer diputado comunista en las generales de noviembre
de 1933. De un diputado se pasó a 17 en las elecciones que dieron la
victoria al Frente Popular en febrero de 1936. Durante la República,
el PCE siempre buscó la unidad y suma de fuerzas, se luchó duramente
en la Revolución de Asturias del 34. Y aunque por número de afiliados
era un partido pequeño, tuvo un papel decisivo en la construcción del
Frente Popular, único camino para cortar el paso al fascismo que
estaba a las puertas del poder.
Llegó el
golpe militar fascista del 18 de julio del 36. El PCE se mostró como
la fuerza política más eficaz para organizar y aglutinar los esfuerzos
de la lucha antifascista durante la guerra civil; como ejemplo, la
defensa de Madrid, la creación del 5º Regimiento, el trabajo y
disciplina en los frentes de guerra y en la retaguardia, la difusión
cultural y el sacrificio constante de las miles de comunistas que
dieron su vida por defender la República hasta el último momento.
Tras la
derrota, la lucha continuó. Muchos militantes del PCE combatieron en
la Segunda Guerra Mundial contra los nazis y fueron pieza clave para
organizar la resistencia francesa y la liberación de París. Durante
los primeros años de franquismo se centró el esfuerzo en organizar a
las fuerzas antifranquistas tanto en el exterior como en el interior.
En 1944 tuvo lugar el audaz e insólito intento de invasión por el
Valle de Arán, liderado por el comunista pamplonés Jesús Monzón.
En pleno
franquismo, bajo la clandestinidad más dura, se organizaron núcleos
comunistas en centros de trabajo, universidades, municipios, etcétera.
En ese momento se pusieron los cimientos para el nacimiento de
Comisiones Obreras. Marcelino Camacho al frente hizo un enorme trabajo
en las luchas. En definitiva, el PCE fue sin una de las organizaciones
políticas que más luchó durante los 40 años de sanguinaria y brutal
dictadura, para derrocar a Franco y devolver la democracia a este
país. Miles de comunistas pagaron esa entrega con la cárcel, torturas,
exilio, y con su propia vida.
Una vez
fallecido el asesino dictador Franco, el PCE siguió en la
clandestinidad, hasta que en abril de 1977 por fin fue legalizado,
siendo Secretario General Santiago Carrillo. Desde entonces el PCE ha
continuado la batalla por construir un país mejor para la clase
trabajadora, para alcanzar una Tercera República, una mejor
democracia, más libertades, justicia e igualdad. La defensa y mejora
de lo público, la educación, la sanidad, los servicios sociales, las
pensiones, la dependencia, etcétera.
Cien años después, el PCE es un elemento
indispensable en el Gobierno actual y en el futuro de la izquierda.
Los cien años que cumple el Partido, van más allá de una efeméride
irrepetible. La historia del PCE es lúcida, triste, combativa, heroica
y seguramente con muchos errores, pero siempre en el lado correcto de
la historia.
La historia del centenario del PCE representa lo mejor de la historia
de nuestro país. Pero no se trata de mirar
al pasado, se trata de mirar al futuro. El centenario del partido
indica que hay que ensanchar la democracia.
Más democracia y más libertad, no más
limitaciones ni restricciones, como a ha hecho el juzgado número 30 de
Madrid al aceptar la petición de medidas urgentes de la asociación
ultra de Abogados Cristianos y
ha ordenado suspender la emisión del sello con el que Correos
conmemoraba el centenario del nacimiento del Partido Comunista,
legalizado en España desde 1977. El Partido
Popular, Vox y Ciudadanos también censuraron la decisión de Correos de
emitir el sello conmemorativo, llegando a pedir la dimisión de su
director. La respuesta del Partido Comunista no ha tardado en llegar,
recordando que la jueza trabajó para el Gobierno Rajoy, por lo que no
cabe extrañarse al atender la denuncia de un chiringuito de extrema
derecha.
Mil razones justifican, la existencia del PCE
hoy en España.
Enrique Santiago (Secretario General del PCE) hace un llamamiento a
los trabajadores y trabajadoras de nuestro país para que engrosen las
filas y ayuden a construir el Partido Comunista para el futuro,
que más allá de todos los pronósticos, seguirá existiendo mientras
haya una sola persona explotada en el mundo.
En su
artículo un partido para el futuro, el Secretario General, se refiere
a que el planeta no soporta más una forma de producción y unos niveles
de consumo irresponsables como los que actualmente padecemos. Si
queremos preservar lo que nos queda de planeta e invertir el cambio
climático y la degradación de los ecosistemas, es hora de decir con
contundencia que el capitalismo, tal y como lo conocemos, es
incompatible con la preservación de la vida. Igualmente hace
referencia a que las libertades democráticas en España han llegado
gracias a las luchas de las fuerzas políticas progresistas, como los
recortes de las libertades y de la democracia son el resultado de las
intervenciones de las fuerzas reaccionarias. Recuerda que las ideas no
viven sin organización; y que el objetivo del PCE será siempre la
unidad de quienes coinciden en torno a una idea progresista y
transformadora de España, que tenga al ser humano y al planeta en el
centro de su acción política.
El PCE, con
todo su bagaje y su capacidad, ha estado dando el soporte teórico,
humano y organizativo a todas las personas que también quieren
alcanzar una sociedad mas justa, con toda la humildad. Sigue siendo el
partido para el pueblo y por la democracia.