La
pandemia ha hecho que aumente en 370.000 el número de personas
pobres en Madrid. El último informe de Cáritas-FOESSA, cifra en
cerca de millón y medio el número de quienes se encuentran en riesgo
de exclusión social en la Comunidad. El portavoz del Gobierno de
Díaz Ayuso insiste: "En Madrid no hay un millón y medio de pobres".
Según el consejero de Educación,
Universidades, Ciencia y portavoz del Gobierno, Enrique Ossorio, en
Madrid no hay pobreza, todo lo contrario, matiza. Es una región de
prosperidad y oportunidades.
"¿Dónde estarán?" llegó a decir frivolizando con la exclusión social.
Ya no habla de tres millones (un dato que el informe de Cáritas-FOESSA
no menciona). Insiste en que las cifras no son reales,
cargando contra la izquierda, a la que acusa de ser el principal
generador de pobreza en España: "los presidentes socialistas han
sido los principales destructores de empleo" y el Partido Popular la
solución a las políticas socialistas.
Conozcamos los datos del informe de Cáritas-FOESSA,
que me merece más credibilidad que la valoración política del
consejero, que solo aporta su opinión, nada respetable. Los
principales resultados del
Informe sobre Exclusión y Desarrollo Social en la Comunidad de
Madrid, alertan de que la cohesión social
en nuestra comunidad se encuentra en shock sin precedentes, como
consecuencia de la tensión que ha sufrido la actividad económica y
el empleo a causa de la pandemia.
El
informe presentado, junto con el informe global de la Evolución de
la cohesión social y consecuencias de la Covid-19 en España, ha sido
desarrollado por 30 investigadores de 10 universidades y entidades
de investigación. Un equipo de encuestadores profesionales, ha
llamado a más de 90.000 puertas en el ámbito estatal y 7.000 hogares
en Madrid, recogiendo la información de casi 19.000 personas en el
Estado, y 1.600 personas en Madrid.
Los
resultados de esta investigación reflejan que en la Comunidad de
Madrid un millón y medio de personas se encuentran en situación de
exclusión social. Esto supone cinco puntos más que antes de la
pandemia (del 17% en 2018 al 22%), es decir, 370.000 personas más
que antes de la pandemia. Es especialmente grave el aumento de las
personas en situaciones más difíciles, con un aumento del 25% de las
situaciones de exclusión severa, que alcanza ya a 800.000 personas.
Los
resultados también indican un aumento de la desigualdad entre los
más pobres, que han visto reducidas sus rentas un 22%, que contrasta
con el crecimiento del 18% de las rentas de las personas con mayores
ingresos. El desplome de rentas del 20% del número total de
individuos, con menores ingresos explica el aumento de la pobreza
severa.
El
colectivo más numeroso dentro del espacio de la exclusión social es
el de los hogares del área urbana encabezados por personas de
nacionalidad española. Vemos que hay hogares con mayor probabilidad
de sufrir la exclusión social, como los sustentados por mujeres,
donde la incidencia de la exclusión es del 23% frente al 21% en el
caso de los hombres; aquellos con dos o más miembros menores de
edad.
En los
hogares con dos o más menores, la tasa de exclusión triplica la de
los hogares sin menores, alcanzando a 4 de cada 10 familias
numerosas; aquellos en que la sustentadora principal es de
nacionalidad extranjera. La proporción de la exclusión social es del
51%, frente al 17% de los hogares encabezados por personas de
nacionalidad española; y los hogares monoparentales a cargo de
mujeres. La incidencia de la exclusión social es del 33%, siendo
especialmente intensa en mujeres menores de 45 años.
Se ha
producido un empeoramiento de las condiciones de trabajo, lo que
genera más trabajadores pobres. La inestabilidad laboral grave se ha
duplicado y alcanza ya a 169.000 familias. El paro de larga duración
ha tenido una evolución especialmente negativa, pasando en Madrid
del 30% en 2018 al 39% de 2021 (sobre el total de las personas
desempleadas).
El
desempleo que afecta a toda la familia se ha incrementado un 50% y
provoca que en 150.000 hogares todas las personas activas estén
desempleadas. Las tasas de desempleo son particularmente elevadas
entre las personas menores de 25 años (33%) y entre las personas de
nacionalidad extranjera (19%).
Los
problemas relacionados con la vivienda afectan además a una cuarta
parte de la población de Madrid. El precio de la vivienda se ha
incrementado un 44% desde 2015, muy por encima de la media de
España, según el Índice de Precios de la Vivienda que elabora el
INE. También está afectando el aumento del coste de los suministros
básicos, como electricidad y gas, especialmente.
El 16% de
los hogares en la Comunidad de Madrid quedan por debajo del umbral
de la pobreza severa tras pagar los gastos de la vivienda, lo que
sitúa a más de 400.000 familias con una reducida capacidad económica
para terminar el mes; y se ha triplicado la proporción de personas
que residen en una vivienda insegura (con amenaza de desahucio,
tenencia en precario, o malos tratos), pasando del 3% al 11%.
Otro de
los problemas relevantes es la falta de acceso a medicación o
tratamientos a causa de problemas económicos. Casi 300.000 hogares
(11%) han dejado de comprar medicinas, prótesis, seguir tratamientos
o dietas por problemas económicos. También, hay que resaltar que la
tasa de exclusión entre las personas que padecen una enfermedad
mental supera en 10 puntos la del conjunto de la población.
Han
aumentado las situaciones de aislamiento y de conflicto social.
Estas últimas reflejan un aumento superior al 300% en términos
relativos. Las situaciones que más han aumentado han sido las
relacionadas con malos tratos, malas relaciones dentro del hogar y
embarazos adolescentes. El aumento ha sido aún más pronunciado entre
las personas en exclusión social; y la ayuda mutua entre hogares en
la Comunidad de Madrid se ha reducido hasta el 26%, respecto al 40%
de 2018.
Es
preciso resaltar el limitado desarrollo del Ingreso Mínimo Vital,
que en septiembre de 2021 sólo llegaba al 19% de la población en
situación de pobreza severa. También es preciso llamar la atención
sobre la insuficiente adecuación de la Renta Mínima de Inserción
tras el desarrollo del Ingreso Mínimo Vital. Muchas personas han
visto denegada, retirada o reducida la renta mínima por problemas
ajenos a su situación.
Según el
informe de FOESSA, las medidas de protección social adoptadas por
las diferentes Administraciones durante el Covid-19 han evitado una
situación que podía haber sido mucho peor que la que la actual, pero
no ha sido suficiente; por el contrario el sistema de protección
social debe evitar que las nuevas situaciones de exclusión o su
intensificación se transformen en crónicas.
FOESSA
entiende que es necesario garantizar un sistema de salud público de
calidad, con especial atención a las personas en exclusión social,
así como una mayor atención a los problemas de salud mental;
impulsando nuevas políticas frente a la exclusión residencial, que
es un problema que no deja de aumentar en la Comunidad de Madrid.
Por
último es necesario seguir dando pasos para contrarrestar la brecha
digital, pero al mismo tiempo mantener canales de atención
presencial para las personas que se quedan fuera de este sistema.
Estos son
los datos señor Ossorio. Sí en la Comunidad de Madrid hay un millón
y medio de personas en situación de exclusión social; 370.000
personas más que antes de la pandemia. Ustedes deben adoptar las
medidas para reparar el sufrimiento ciudadano y su bienestar. No
pueden mirar hacia otro lado, sino dar pasos para garantizar los
derechos y la igualdad de oportunidades de los habitantes de la
región.