La
Segunda Guerra Mundial fue el conflicto armado de mayores
dimensiones de la historia. Se enfrentaron los países que
conformaban las Potencias Aliadas y las Potencias del Eje. Tras seis
años de lucha, se declara el final de la guerra y la caída de los
regímenes de Adolf Hitler en Alemania y Hideki Tojo en Japón. Pese a
la paz, el mundo quedó divido en dos bloques irreconciliables. El 7
de mayo de 1945, se firmaba el acta de rendición incondicional, que
ponía fin al predominio del nazismo en Europa. Quedaba odio y
rencor. Hoy, aquella ideología criminal vuelve a tomar auge en la
Europa unida y tenemos que evitarlo.
Durante
seis años, la SGM se cobró más vidas y destruyó más tierras y
propiedades en todo el mundo que cualquier otra guerra antes
conocida. De los cincuenta y cinco millones de personas muertas,
seis millones eran judíos, exterminados en los campos de
concentración nazis, como parte de la Solución Final planeada por
Hitler y figuras como Himmler o Reinhard Heydrich. Gitanos,
homosexuales y personas de ideología opuesta fueron víctimas de la
barbarie.
El 29 de
abril de 1945, Hitler se suicidó. Berlín fue tomada por las fuerzas
soviéticas y el 7 de mayo se produjo la rendición alemana. La guerra
en el Pacifico terminó en agosto, poco después de que los Estados
Unidos lanzaran las bombas atómicas en las ciudades japonesas de
Hiroshima y Nagasaki. Murieron en el acto ciento veinte mil
personas. Como consecuencia de todo, EEUU y la Unión Soviética
surgieron como las superpotencias que iban a dominar el mundo. La
guerra fría; el inicio de la era atómica; la descolonización; y la
creación de organismos internacionales como la ONU o las Comisiones
Europeas, fueron otras de sus consecuencias. Para España representó
el aislamiento internacional, la represión política y la depresión
económica.
La Guerra en España (1936-1939), llamada civil
pero que fue militar, sirvió de campo de pruebas para Alemania e
Italia. Hitler, tras denunciar las cláusulas sobre desarme impuestas
a Alemania por el Tratado de Versalles, organizó un nuevo ejército y
puso a prueba el nuevo armamento y las nuevas tácticas guerreras.
Hitler y Mussolini, entregaron material de guerra a Franco y
enviaron tropas especializadas a combatir en suelo español contra el
gobierno republicano. Las otras potencias, encabezadas por Francia y
apoyada por Reino Unido, se abstuvieron de intervenir,
desarrollando su política de No intervención,
porque la guerra de España venía a complicar el juego estratégico
que se desencadenaba en Europa. Todo fueron ventajas para el nazismo
y el fascismo español. La República quedaba abandonada a su suerte.
Europa
perdió el poder global que había mantenido. Nació la bipolaridad del
poder encarnado por las dos máximas superpotencias. Las monarquías
en Italia, Yugoslavia, Albania, Rumania y Bulgaria, perdieron el
poder y se convirtieron en republicas. El mundo comunista extendió
su influencia sobre Europa Oriental y los Balcanes, planteándose un
nuevo conflicto ideológico entre comunistas y democracias
occidentales. Nacieron las Naciones Unidas, como instrumento para
servir la paz internacional, pero visto lo visto desde entonces,
poco efectivas han sido sus decisiones.
Al finalizar la guerra, los vencedores
dividieron el territorio alemán en cuatro zonas de ocupación
(norteamericana, inglesa, francesa, y soviética). La ciudad de
Berlín, situada en la zona rusa, también fue dividida en cuatro
zonas. Más tarde, en 1961 quedaría separada del resto del mundo por
el muro de la vergüenza, que cayó en 1989.
Austria recuperó su autonomía. Alemania perdió
la Prusia Oriental y los territorios ubicados al este la línea del
Order-Neisse. Rumania, Hungría y Bulgaria fueron ocupadas por la
URSS, Italia por EEUU y el Reino Unido. Finlandia tras firmar el
armisticio con la URSS en 1944 no fue ocupada militarmente. Los EEUU
ocuparon posiciones estratégicas en el Pacífico y Corea quedó
ocupada por fuerzas norteamericanas y soviéticas. El diseño del
nuevo orden mundial, plasmado en los tratados de paz,
sigue influyendo en la política mundial.
Hitler al llegar al poder procedió al rearme
de la nación; firmó tratados estratégicos con Italia y Japón para
proyectar aún más lejos sus ambiciones de dominación planetaria. Los
Aliados, temerosos de una nueva guerra mundial, trataron de contener
la situación mediante una política de apaciguamiento –y ciertas
muestras de simpatía hacia el nuevo régimen–, que resultó ser
ineficaz y contraproducente. La invasión de Polonia por el ejército
nazi en septiembre de 1939, lo desbarató todo.
Gran Bretaña y Francia declararon la guerra al Tercer Reich
y con ello comenzaba la Segunda Guerra Mundial, que Hitler entendía
como imprescindible y necesaria para sus planes, después de asegurar
la neutralidad de la URSS, con el pacto de no-agresión.
Las principales
causas de la SGM, provienen de las
consecuencias de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). El tratado
de Versalles (1919) estipulaba que las Potencias Centrales (Alemania
y sus aliados) aceptasen las responsabilidades morales y materiales
por haber causado la guerra; además debían desarmarse. Tuvieron que
realizar concesiones territoriales a los vencedores y pagar
exorbitantes indemnizaciones económicas a los Estados victoriosos.
De otra parte el
Plan Dawes (1924), auspiciado por EEUU,
pretendía que los aliados vencedores de la Primera Guerra,
consiguieran sus reparaciones, buscando la estabilidad de la
economía alemana y evitar mayores perjuicios. Alemania en el 20º
aniversario de su reunificación (1990),
realizó el último pago de las indemnizaciones de la Gran Guerra
estipuladas en el Tratado de Versalles.
Con el pago terminaron 92 años de un tratado, que algunos de los más
reputados historiadores alemanes consideran una chapuza en sus
términos económicos.
Más de
cincuenta guerras, conflictos armados o de baja intensidad, están
abiertas en nuestro planeta. Independentistas, de insurgencia
islámica, otras religiosas, tribales o de identidad cultural,
étnicas y contra el narcotráfico. Casi todas con la ayuda de los
países occidentales que suministran armamento y proclaman la paz:
Afganistán, Angola, Argelia, Birmania, Chad, China, Colombia, Corea
del Norte y Corea del Sur, Egipto, Etiopía, Filipinas, Gambia,
India, Indonesia, Irak, Irán, Líbano, Libia, Mauritania, Marruecos,
México, Níger, Nigeria, Pakistán, Perú, República Centroafricana,
República Democrática del Congo, Sahara, Senegal, Siria, Somalia,
Sudán, Tailandia, Túnez, Uganda o Yemen.
Guerras y
más guerras y nuevas amenaza, junto con la gran tragedia que
significa la guerra de Rusia contra Ucrania. Una guerra que aparenta
ser regional, cuando es un enfrentamiento abierto de Estados Unidos
y la OTAN, contra la Rusia de Putin, por conseguir mayor hegemonía
mundial, con China de testigo silencioso. El mundo contra Rusia,
vetando su presencia e imponiendo sanciones; pero a Israel, que
sigue bombardeando al pueblo palestino indiscriminadamente, nadie
sanciona y permite que siga con sus crímenes de lesa humanidad.
Los términos de la rendición de Alemania
fueron discutidos por primera vez el 14 de enero de 1944. Las tres
partes acordaron que el texto definitivo debería estar en un único
documento de rendición incondicional. El
acta constaba de catorce artículos, agrupados por temas relacionados
con la rendición militar, la entrega de armamento y la retirada
alemana de los territorios ocupados, volviendo a las fronteras
vigentes el 31 de diciembre de 1937. También se incluyó la
liberación de los prisioneros de guerra, la repatriación de los
presos y esclavos de los campos de concentración nazis, el cese de
las emisiones radiofónicas, cierre de los servicios de inteligencia
alemanes, la no destrucción del arsenal militar e infraestructuras,
trabajar en el proceso judicial por crímenes de guerra contra las
máximas autoridades nazis y dar poder a los representantes aliados
para sancionar órdenes y normativas. En la Conferencia de Yalta,
febrero de 1945, se acordó que las cuatro potencias Aliadas se
repartieran Alemania.
Han
transcurrido setenta y ocho años de aquella guerra y algunas de sus
consecuencias todavía se dejan sentir o están presentes en el
desarrollo de las relaciones internacionales.
Contra
las guerras y ante tanta destrucción, sufrimiento y muertes,
pasadas, presentes y las que vendrán, maldigo a los gobiernos
canallas que ordenan y provocan a quienes se benefician de la
destrucción y del dolor inocente.