¿Qué es la
justicia? ¿Qué idea tenemos de hacer justicia? ¿Qué significado tiene el
término justicia?. Corren malos tiempos para la justicia. No es necesario
acudir a las páginas de sucesos o tribunales, para conocer los diferentes
casos cuyo protagonista es la “justicia!”. En temas políticos, económicos,
administrativos, de sociedad, existen un rosario de casos conocidos de
corrupción, malversaciones, estafas y conflictos de intereses de todo
tipo. Pocas instancias públicas, personalidades o instituciones se salvan
de verse ante la justicia. Desde la persona del rey y miembros de su
familia, al juez de los jueces presidente del Tribunal Supremo y del
Consejo General del Poder Judicial; presidentes y consejeros de
comunidades autónomas, alcaldes y concejales, políticos en particular,
directivos de bancos en quiebra. En fin que les voy a decir que no sepan.
¿Y cómo se ejerce
la justicia? Pues lamentablemente no se ejerce, ni se utiliza la misma
vara de medir, para unos que para otros. Ni las leyes son iguales para
todos, ni la justicia se aplica a todos por igual. El poder es el poder y
tiene sus privilegios. El poder hace la ley y quién hace la ley, ya se
sabe, hace la trampa. Unos salen de la cárcel, tras pagar millonarias
fianzas y otros entran por manifestarse defendiendo sus derechos. Algunos
populares y poderosos ni entran, ni se les investiga y otros pobres pasan
años en prisión por delitos considerados menores.
Desde tiempos
remotos, la sociedad, ha ido elaborando diferentes conceptos sobre la idea
de “justicia”, en función de la cultura, costumbres, formas de vida,
maneras de ser en cada etapa histórica y sin duda en función de lo que el
poder quisiera otorgar en cada momento; hasta llegar a la imagen actual de
la mujer con ojos vendados, que porta en su mano izquierda una balanza y
en la diestra una espada: ceguera, equilibrio y venganza. De la justicia
divina a la justicia social. De la justicia para unos, a la justicia para
todos. De la justicia para todos a la justicia según la capacidad de
poder.
El jurista romano
Ulpiano la definió de esta forma: Iustitia est constans et perpetua
voluntas ius suum cuique tribuendi (La justicia es la constante y perpetua
voluntad de conceder a cada uno su derecho), entendfiendo el término
“derecho” como lo suyo, lo que es suyo, o lo que es de su propia
responsabilidad.
Como no podía ser
de otra forma, desde la filosofía también se ha razonado sobre la idea de
justicia. Platón identifica justicia con armonía social. Aristóteles como
igualdad proporcional o dar a cada uno lo que es suyo, o lo que le
corresponde. Santo Tomás de Aquino, lo enfocaba como de Ley Natural; los
derechos naturales que han de tener los ciudadanos y que han sido
otorgados por dios. Por último para los utilitaristas, que buscan "el
máximo bienestar para el máximo número", es justo lo que beneficia al
mayor número de personas a la vez. La máxima dice que se hace justicia,
cuando te dan la razón teniéndola, después de haber demostrado que la
tienes: tener razón, demostrar que la tienes y que te la den; difícil
proceso.
Hoy tenemos
argumentos para incorporar una nueva idea de justicia. Ayer, el pleno de
la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo (TS), ha adoptado el acuerdo, por
la mayoría de sus miembros, 11 de los 15 magistrados, de no admitir la
querella interpuesta por la asociación Preeminencia del Derecho contra el
presidente del propio TS y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos
Dívar, por los gastos de 32 viajes a Marbella y otros destinos, cargados a
cuenta de esta institución, al no encontrar indicios suficientes de delito
para investigarle por estafa, apropiación indebida ni malversación de
caudales públicos. No hay delito, pero si hay viajes cargados a las
cuentas públicas. No hay delito, pero si hay responsabilidades éticas y
políticas, pero de eso hablaremos otro día.
Por tanto y visto
lo visto, hoy podríamos definir la justicia como: lo que dice que es
justicia la mayoría de los miembros de un tribunal.