El
presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció ante el Congreso el
17 de Julio para explicar su programa de Gobierno. Tardó un mes y
medio desde que prometió su cargo, para dirigir la política del país.
También ha tardado más de dos meses para comparecer ante la prensa y
admitir preguntas. Su aptitud se está caracterizando entre la rienda
suelta y la contención, entre promesas y algunos incumplimientos;
gobernar como si tuviera mayoría absoluta y una legislatura completa
por delante.
La
regeneración democrática, las políticas sociales y la presencia en un
papel activo de España en el mundo son los pilares sobre los que ha
descansó su exposición. También realizó algunos anuncios, en los que
dejó patente algunas promesas que no cumplirá; como no publicar la
lista de los amnistiados fiscales por Montoro, compensado por el
anunció de la prohibición de futuras amnistías fiscales o el impuesto
del 15% a las grandes corporaciones. El Presidente se comprometió a
exhumar «en breve» los restos del dictador Franco del Valle de los
Caídos
La llamada
Agenda del Cambio, está marcada por cuatro grandes ámbitos: consolidar
el crecimiento económico y la creación de empleo digno; avanzar en
igualdad y en cohesión social; regenerar la democracia y fortalecer la
cohesión territorial; y participar activamente en la construcción
europea y el papel de España en el mundo.
Unidos
Podemos (junto con Ciudadanos) le ha reprochado que no publique la
lista de amnistiados fiscales, y reclamado una comisión de
investigación sobre Juan Carlos de Borbón y las conversaciones de
Corina, que desvelan supuestos negocios oscuros, con cunetas opacas en
Suiza y paraísos fiscales. El PP y Cs, por su parte, le han reprochado
el anunciado de acercamiento de los presos de ETA a cárceles vascas y
le han acusado de tener hipotecas con los independentistas catalanes,
con quienes ha abierto espacio de diálogo.
El Gobierno
presentará un anteproyecto de ley de prevención y lucha contra el
fraude fiscal, mostrando el compromiso con la justicia fiscal para
lograr la justicia social. La creación de empleo digno es una
prioridad para el Gobierno, teniendo en cuenta que España arrastra un
problema endémico al que hay que poner fin (incrementar el Salario
Mínimo hasta los 14.000 euros anuales, plan director contra la
explotación laborar, luchar contra la brecha salarial y un plan de
choque por el empleo juvenil). La Formación Profesional tendrá un
protagonismo fundamental para el Gobierno.
En otro
orden de cosas, el Gobierno fija como prioridad rescatar una auténtica
política de vivienda al servicio de la ciudadanía, elevando la
prórroga forzosa de los contratos de alquiler, limitar las fianzas
para alquilar e impulsar 20.000 viviendas públicas en cuatro años. El
Gobierno impulsará una transición ecológica justa, ubicando a la
sociedad civil en el centro de su labor. Combatir la Violencia de
Género para lograr una sociedad más libre, es un objetivo prioritario;
como el de la inversión en la lucha contra la pobreza infantil.
Desde el
diálogo y trabajo, quiere el Gobierno reforzar la cohesión territorial
y la normalización de las relaciones entre Administraciones;
recuperando el dialogo y la cooperación estable con las Comunidades
Autónomas, revisar la normativa para evitar conflicto de competencias
e impulsar instrumentos de garantías del autogobierno y la
coordinación institucional.
En política
ocurre, que prometer medidas imposibles desde la oposición, al
gobernar si no se cumple, se puede quedar en evidencia, lo que le está
ocurriendo al nuevo jefe del Ejecutivo. De hecho, la propia ministra
de Trabajo, Magdalena Valerio, tras reunirse con los agentes sociales
en La Moncloa, venía a reconocer que cuando se está en el Gobierno «se
tienen mayores dosis de pragmatismo» y, hoy, son «conscientes del
terreno que pisan y el peso parlamentario con el que cuentan». De
hecho, Valerio tuvo que confirmar que el Gobierno no derogará la
reforma laboral, que el PSOE prometió hacer, desde el momento en que
se puso en marcha en 2013.
Un grave
contratiempo que tiene el Gobierno por delante es que no tiene tiempo
para llevar a cabo su Plan ni el respaldo suficiente para cumplir
parte de él. Lo hemos visto con el rechazo al techo del gasto para
2019, que no ha sido capaz de sacar adelante. Parece que el apoyo de
investidura, no había previsto los apoyos para llevar a cabo una
política concreta o no se ha negociado suficientemente el apoyo
parlamentario a las cuentas que ya había presentado el PP. El Gobierno
no es que no tenga tiempo para llevar a cabo su Plan, sino que no
tiene apoyos suficientes para ejecutarlo.
Démosle tiempo al tiempo, aunque como ya ha
advertido Puigdemont «el periodo de gracia se le acaba». El Gobierno
tendrá que trabajar para mantener el ritmo de crecimiento y para
lograr los apoyos suficientes para poder sacar adelante el techo de
gasto de 2019, en una nueva ocasión, paso previo necesario paran la
aprobación de los Presupuestos de 2019. También deberá renovar los
acuerdos del PP en materia de pensiones, reforma laboral y empleados
públicos. El PNV en el Congreso, ha afirmado que va a facilitar que el
nuevo Gobierno dure hasta el final de la legislatura, «porque es
necesaria la estabilidad y un poco de serenidad». Podemos asegura que
sigue apoyando a Pedro Sánchez, pero exige más diálogo. También
Sánchez Mato de IU advierte: «Cuando
el PSOE se ponga del lado de las élites, nos tendrá enfrente».
Con la
doble derecha en el escenario político disputándose el liderazgo y
sobre quién es más reaccionario si el PP o Cs, no lo va a tener fácil
sino todo lo contrario. La mano izquierda de Pedro Sánchez va a tener
que hacer más que magia para sacar adelante una legislatura, sin la
convocatoria de nuevas elecciones.